Parece ser que el nuevo tema de moda, tanto en los noticiarios como en las charlas cotidianas, es la inmigración. Un proceso complejo donde un ser humano o grupo de seres humanos deben adaptarse a un nuevo idioma, nuevas costumbres, nuevos sistemas de vida y muchos nuevos más para insertarse funcionalmente dentro de Chile, producto de diversos conflictos en su país natal. Este fenómeno cultural sin lugar a dudas nos invita a pensar. ¿Es la inmigración un acto creativo? La inmigración, como se dijo anteriormente, tiene muchos porqué. Ya sea por conflictos políticos o económicos, Chile parece ser una  opción a la resolución de dichos problemas a la hora que personas deciden migrar.  Lo anterior no es algo dicho al azar, las estadísticas del año 2017 han demostrado un aumento de aproximadamente un 9.8% de permanencias definitivas a inmigrantes de distintos países. Esto quiere decir que el país está cambiando, por tanto en el nuevo Chile hay un 9.8% de nuevos colores, de nuevas comidas, de nuevos sonidos, nuevos idiomas e incluso de nuevas tradiciones que poco a poco vamos aceptando, apropiando y adaptando a nuestra cultura. Un proceso que para muchos es considerado una invasión a nuestras “tradiciones”, para otros es la oportunidad de enriquecer la cultura nacional y fomentar el desarrollo del país.  Tomar la decisión de migrar a otro país no es algo simple, ésta requiere de sacrificios materiales y emocionales enormes; familias que se tienen que distanciar, atreverse a enfrentar una realidad completamente distinta, dejar atrás el trabajo de toda una vida, empezar de la nada para cambiar la situación que obligó a emprender el viaje, etc.  En la vida diaria, un migrante debe enfrentarse a la discriminación y prejuicios, algo que tampoco se acarrea fácilmente; el desgaste emocional y la frustración se vuelven un hábito cotidiano. Todo migrante por tanto se ve obligado a utilizar la creatividad (éstos sin siquiera saber que la están utilizando y/o desarrollando) para subsistir en esta nueva travesía.  Esta capacidad se ve reflejada, por ejemplo, en la búsqueda de hogar, puesto que para muchos es complejo encontrar un techo bajo el cual poder dormir, se ven en la necesidad de idear nuevas formas de establecerse en un lugar, ya sea negociando su estadía, ayudado por otros migrantes o en el mejor de los casos, arrendando un pequeño departamento o pieza. El cómo se logra, es todo un proceso creativo, donde el migrante debe idear nuevas formas de conseguir hogar y poder mantenerlo. Otro reflejo de la increíble capacidad creativa que tienen es en la búsqueda y creación de empleos, siendo la última la que más ha sobresalido en los últimos tiempos. Vemos que hay trabajos que antes no eran notoriamente visibles como por ejemplo traductores en distintos centros médicos o colegios, en donde dada la creciente llegada de personas al país éste ha tenido que adaptarse en función de poder entregarles una mejor atención para que éstos puedan incorporarse y adaptarse paulatinamente al funcionamiento de esta sociedad. Esto ha significado una oportunidad de obtener ingresos que permiten paliar una situación precaria que muchos viven, abriendo nuevos espacios laborales donde se puedan desempeñar las personas que llegan al país. En función de lo anterior, también destaca la creatividad como proceso y no tan solo como producto final, siendo el proceso la forma en que se intenta dar respuesta a la problemática, en este caso el no conocimiento de muchos migrantes del idioma, y el producto final como la proposición de apertura de este nuevo campo laboral a nivel más accesible para todos y todas. Ser migrante es ser creativo. Como consecuencia, la migración es un acto creativo que desafía a enfrentarte a pruebas donde tienes que sacar todo tu potencial humano para dar respuesta a los problemas y poder sobrevivir en un ambiente ajeno, salir de la zona de confort e innovar. Dichas respuestas que muchas veces escapan de lo convencional, historias increíbles de superación gracias a la no convencionalidad hay por montones. La creatividad se manifiesta inconscientemente a través de todos, y mucho tenemos que aprender de nuestros nuevos vecinos sobre cómo llevarla a un nivel superior en donde funciona como una herramienta que permite salir adelante e incluso revertir los problemas. Por tanto la creatividad amplía los repertorios de acción de nuestra cotidianeidad y nos invita a creer que nuevas formas de hacer sociedad son posibles. Bajo esta lógica, y para finalizar, nos gustaría plantear la siguiente ecuación: CREATIVIDAD + INMIGRACIÓN = DESARROLLO

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MPC
El MPC es una organización social autogestionada fundada por José Aybar, Nasri Lamas y Eduardo Vargas, que anhela el desarrollo y difusión de la creatividad en espacios públicos y privados. Dentro de sus objetivos primordiales está el crear y habilitar espacios sociales donde las personas puedan desarrollar su potencial creativo, apoyando las distintas formas en las que éste se puede expresar, entendiendo la creatividad como un derecho social y no como particularidad de unos pocos.

 

 

 

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