A lo largo de la historia la creatividad se ha tendido a relacionar con distintas perspectivas o formas de comprenderla. Según Enrique Salanova (2004); la creatividad ha transitado por múltiples definiciones a la hora de entender sus orígenes. En una primera instancia de la humanidad la creatividad estuvo estrechamente vinculada con la divinidad, creer que Dios como único creador del mundo y la vida, tenía cierto dominio especifico de la creatividad. Esta idea, estuvo muy arraigada dentro del conocimiento popular hasta que en la edad media, con la aparición de los artistas, se dio un vuelco en atribuir que la creatividad es un don o elemento sobresaliente en quienes dedican su vida al arte.  Dichas concepciones se mantuvieron por un tiempo prolongado hasta que Guilford en el año 1950, logró presentar sus investigaciones respectivas a la creatividad. Los resultados fueron categóricos, dando a conocer, que, si bien existe una amplia gama de aproximaciones al concepto de la creatividad y cuáles son aquellas características que destacan en las personas creativas, su teoría estaba más orientada en describir los elementos identificadores de una persona creativa, los cuales según el autor son: Pensamiento Divergente, Flexibilidad, Fluidez y Originalidad.  A partir de las aportaciones de Guilford al campo de la creatividad, se han desarrollo un sinfín de investigaciones que buscaron comprender los orígenes y desarrollo de la creatividad en las personas. Si pensamos la creatividad en el siglo XXI, ésta ha estado caracterizada por distintos actos o productos creativos que podemos encontrar a nuestro alrededor.  Sin duda, la creatividad en nuestro tiempo es apreciada desde la estética y/o la funcionalidad de lo que entendemos por productos creativos. La invitación que busca este escrito es discutir una mirada mucho más allá de la aproximación estética y/o funcional de la creatividad, sino, lo que se busca es promover una reflexión basada en entender la creatividad más que un resultado estético como un proceso o acto político.  Cuando una persona o grupo hace ejercicio de la creatividad, a su vez, está realizando un acto político, en donde se pone en juego el ejercicio de su poder. El crear es un ejercicio ante todo de poder, en donde las relaciones que se establecen entre Creador (es) - proceso y producto creativo - receptor (es) está cubierta por una relación dinámica de poder, en donde las redes de éste mismo están sujetas a las formas en que se vinculan estas variables.  Quien logra crear ha llevado a cabo un proceso no tan sólo creativo, sino que una cadena de relaciones y posicionamientos respecto a las otras personas. Como hemos descrito en otras publicaciones, la creatividad está sujeta a las leyes y dinámicas de la sociedad, por ende, cuando una persona o grupo logra presentar su producto creativo, éste debe pasar por un estricto control en relación a la responsabilidad social que acompañó a ese proceso político- creativo.  MPC: MOVIMIENTO POR LA CREATIVIDAD

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MPC
El MPC es una organización social autogestionada fundada por José Aybar, Nasri Lamas y Eduardo Vargas, que anhela el desarrollo y difusión de la creatividad en espacios públicos y privados. Dentro de sus objetivos primordiales está el crear y habilitar espacios sociales donde las personas puedan desarrollar su potencial creativo, apoyando las distintas formas en las que éste se puede expresar, entendiendo la creatividad como un derecho social y no como particularidad de unos pocos.

 

 

 

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