Señor Director:
A mediados de los años 60, la izquierda chilena validó “la guerra”, como la posibilidad más acertada para alcanzar el poder.
Como diría más diplomáticamente Carl von Clausewitz, aceptaron “la continuación de la política por otros medios”. Pero, para hacer “la guerra”, había que crear las condiciones. Se tenía que tensionar el ambiente político y obtener el apoyo del pueblo. Fue así como en pleno Gobierno de Eduardo Frei Montalva, la izquierda de Chile aprovechándose del éxito de la Revolución Cubana y del descontento de los “asalariados”, organizó las tomas de los campos, las industrias y las fábricas. Otros, para cumplir con la funesta promesa, se adjudicaron el asesinato del ministro del interior de esa época, como también de integrantes de Carabineros, el Ejército e Investigaciones.
Centenares de jóvenes, gracias a la “Beca Fidel Castro”, se fueron a estudiar medicina y agronomía a Cuba país, donde bajo la engañosa elocuencia del líder comunista de la Isla, terminaron ingresando a la Escuela Militar del Ejército Revolucionario, egresaron de Oficiales, combatieron en Nicaragua y, posteriormente en Chile, al Gobierno de las Fuerzas Armadas. Todo ello, con la promesa de ser los futuros “Generales Comunistas del Ejército de Chile”.
Esperemos, para el bien de Chile, que esa fantasía jamás se cumpla, aunque a veces, como ex militar decepcionado de la política, me dan ganas de ser comunista, pero cuando miro a Cuba, Venezuela y el desastre que dejaron en Argentina y Brasil, se me pasa.
Christian Slater Escanilla.
Coronel en retiro del Ejército de Chile.