En una encrucijada de se encuentra el Frente Amplio para decidir sobre su postura frente a las nuevas elecciones y es que no es fácil alinear en una posición a 14 fuerzas políticas las cuales tienes han conformado corrientes dentro del mismo FA, como el “MDP” (movimiento democrático popular) encabezado por Alberto Mayol y Doris Gonzales de “Ukamau”, le agregamos a la complejidad que además hay sectores que ya han tomado una decisión, como el Partido Igualdad de no apoyar a Guillier, mientras que por otro lado el diputado electo, Tomar Hirsch hace guiños a la fuerza de la mayoría. Sin embargo, además de toda esta complejidad que ofrece una plataforma tan diversa, existe un peligro aún mayor. Este es, que el frente amplio no sea capaz de leer a su electorado y es que su alta votación en sectores populares pareciera aún no asimilada por los jóvenes políticos. Ese electorado que no es ideologizado, ni de clase acomodada, esos que probablemente votaron por la Bea en forma de protesta, pero que no son aún capaces de comprender la magnitud de los cambios que se plantean. Ese electorado, enfuscado y volátil, es el que podrían perder por no adoptar una postura ante la segunda vuelta y es que la horizontalidad propia de proyectos nórdicos es no a lugar con respecto a la realidad Chilena, el país necesita una dirigencia no autoritaria, pero con decisión.
Una lectura apropiada de la situación hicieron en el comando de Apoquindo #3000, donde luego de la segunda vuelta, en donde la ciudadanía se mostró favorable en su mayoría a seguir y hasta en profundizar las reformas comenzadas por Bachelet, hizo que el candidato de Chile Vamos girara más hacia el centro y ahora, como por arte de magia es favorable en aumentar la gratuidad (pero con letra chica). Ese toque populista que se vio obligado a tomar de Ossandón, tiene como fin quitar al menos un 1/3 del electorado de la Bea y revertir el resultado en el sur de Santiago. Si el frente amplio va de eunuco en la segunda vuelta o no toma una postura clara de apoyo a Guillier y por omisión le entregan el gobierno a Piñera, habrán regalado 1/3 de su electorado a la derecha y en caso de un fracaso de la derecha (nuevamente) en su conducción del gobierno, la alternativa más viable de gobierno lo representarán sin duda las fuerzas tradicionales de la centro izquierda que tenderán al reacomodo, tendrán que luchar contra el vuelo mediático de un PC con ocho diputados y varias federaciones estudiantiles, como la lucha por acaparar columnas, entrevistas y pantalla en la TV para la campaña 2022. El discurso del frente amplio tendrá cabida en un gobierno progresista donde podrá poner puntos en la agenda legislativa, ser protagonistas y mostrarse como una alternativa de gobierno, mientras que siendo oposición de la derecha seguirán siendo un voto esencialmente de protesta.