Las cifras dadas a conocer por este medio el pasado 14 de julio, respecto al aumento de un 30% en los casos de la explotación sexual en la región, fueron un indicio de lo que lamentablemente se está convirtiendo en una tendencia, como un efecto no deseado de la cuarentena.
Claro, en este escenario, los menores de edad pasan excesivo tiempo conectados a las redes sociales, lo que ha sido detectado por los abusadores, viendo en Internet un lugar propicio para realizar prácticas como el sexting o el grooming. Estas formas de abuso sexual se gestan online, pero pueden terminar con la concreción de peligrosos encuentros presenciales, tal como ocurrió la noche del 20 de septiembre, en La Serena, donde presuntamente un niño fue abusado por otro sujeto mucho mayor.
“El uso de las redes sociales y plataformas de internet deben ser permanentemente supervisados por los adultos responsables del cuidado de niños y niñas, a fin de que se puedan prevenir hechos delictivos”, Verónica Zárate, directora regional del Sename
Este último hecho es una voz de alerta para los padres, tendiente a extremar los cuidados fundamentalmente de los adolescentes, ya que son el grupo más vulnerable a sufrir este tipo de situaciones.
Prueba de esto fue lo ocurrido también durante el fin de semana de Fiestas Patrias, con el caso de la menor extraviada en la parte alta de Coquimbo, que mantuvo en vilo a toda la región, ya que había desaparecido misteriosamente desde el antejardín de su domicilio, y nada se supo de ella hasta el domingo por la tarde cuando, afortunadamente, fue encontrada sana y salva en la casa de su pololo. Hechos diferentes, en su génesis y en sus consecuencias, pero con un denominador común: menores vulnerables y expuestos, más que nunca en medio de la pandemia.
Brigada en alerta
En la Brigada de Delitos Sexuales y Menores de La Serena existe preocupación. Si bien habían existido denuncias de grooming, el caso del menor serenense escapa a lo habitual, ya que cuando se presentan estas situaciones generalmente tienen que ver con la extorsión hacia el niño por parte del agresor, quien se gana su confianza haciéndose pasar por alguien de su misma edad, y cuando obtiene fotografías íntimas, por ejemplo, recurre al chantaje para manipular al niño y que le continúe enviando imágenes. Pero aquí se cruzó la línea de lo virtual ya que lo que comenzó como una amistad vía internet terminó con uno de los peores finales posibles.
Según relata el jefe (S) de la Brisexme Osvaldo Silva, de acuerdo a los antecedentes recabados hasta ahora, efectivamente habría existido un abuso sexual, el que fue denunciado por el padre del menor.
El lamentable episodio se habría producido “en un sitio poco iluminado de La Serena”, donde la madrugada del domingo 20 de septiembre, el niño de 13 años se juntó con un sujeto de alrededor de 35, a quien conoció por internet. Tras conversar por algún tiempo, el adulto lo convenció de tener un encuentro real.
“Hay que tomar medidas de prevención, como siempre digo, tener el computador que utilicen los niños en un lugar visible para todos, porque tenemos los casos de grooming o sexting que este año se han incrementado”, Lorenzo Macaya, coordinador del Cibercrimen
Aprovechando la soledad, y la oscuridad del lugar, el presunto abusador ocupó sus artimañas y, presuntamente, forzó al menor a mantener conductas de índole sexual. Todavía no se establece si hubo intento de violación o golpes, algo que deberá esclarecerse luego de la formalización, la que, según indicó el comisario Silva debería producirse el día de hoy martes luego que se ampliara la investigación.
Llamado a prevenir
Pero, ¿se pudo haber evitado este abuso? Para el comisario, claramente sí, ya que “la familia podría haber detectado lo que estaba ocurriendo”. No se trata de responsabilizarlos, sino que de hacer el llamado a estar siempre más alertas, sobre todo en tiempos donde los inescrupulosos abusadores están actuando en masa en las redes sociales donde saben que encontrarán a posibles víctimas. En ese sentido, expresa que, “la conversación debe estar presente. Sea cual sea la tendencia sexual, consultarle a los menores, si están saliendo con alguien, si les gusta alguien. En definitiva, generar esa confianza, para que si en algún momento el menor decide juntarse con alguien, lo cuente y los padres puedan advertirles que no se debe hacer”, manifestó.
Aunque entiende que es una edad compleja, por lo que, pese a que parezca demasiado invasivo, es de la idea de “ser celoso” y estar al tanto incluso de los contactos que mantienen los menores en sus dispositivos móviles y en sus redes. “Para evitar estas cosas de plano, sobre todo cuando son menores de 14, con menos discernimiento, si hay que revisar el celular, lamentablemente habrá que hacerlo, porque si no, pueden caer en este tipo de delitos”, sostuvo.
Y claro, en el caso del adolescente de La Serena, terminó de la peor manera, y la más inusual, puesto que si bien se ha producido un explosivo aumento del abuso a través de internet, no siempre se concreta un encuentro. “Es importante que los padres tengan presente y tengan conocimiento del riesgo en el que están los niños, y que tal como pasó ahora, de una situación que se inicia con el contacto vía internet, puede terminar así. No es común, pero puede suceder y por lo mismo, los familiares no deben bajar la guardia. Ni siquiera en casa, en su pieza, los niños están totalmente protegidos”, enfatizó.
Una región en vilo
Lo de Michelle Monroy (13) en primer término lo tomó otra unidad policial, pero de igual forma, en la Brisexme estuvieron atentos, y manifestaron que no se podía ver como un hecho aislado, ni separar de otras vulneraciones que han tenido menores, independiente de que cada caso revista una gravedad diferente. “Aquí si bien no es un tema que se haya judicializado por lo que se sabe, y tampoco se conoce si hubo algún tipo de fuerza para ejercer las acciones por parte de algún tercero, es evidente que la situación es disfuncional, y si bien ahora no pasó a mayores, ella claramente se convierte en una persona propensa a sufrir algún tipo de abuso, ya sea por grooming u otro. Por eso, lo que podemos decir aquí es que falta una mayor comunicación. Respecto a si hay otra responsabilidad, es algo que tendrá que determinar la justicia en caso que así se requiera”, expresó.
Problemas “solucionables”, pero preocupantes
Según informó Carabineros, al momento de encontrar a Michelle no existía indicio de haber sido víctima de agresiones, y las personas que la acompañaban colaboraron en todo momento con el procedimiento policial. De igual forma, el caso fue derivado al SernamEG, y posteriormente a Sename regional, desde donde encargaron a la OPD (Oficina de Protección de la Infancia) de Coquimbo, tomar contacto con la menor y su familia para realizar una intervención tendiente a prevenir nuevos hechos de esta naturaleza. “Tenemos que reunirnos con la familia, para ver lo que sucedió y evitar otros eventos. Ella está en una etapa de la vida en la que suelen haber dificultades con los adultos significativos, en este caso padre y madre. Entonces hay que despejar y dilucidar qué fue lo que la motivó a irse de la casa, porque pensamos que debe necesitar algún tipo de intervención. Tanto a ella como sus padres”, especificó Miroslava Luck. Jefa de la OPD.
“Es importante destacar que mientras más datos se entreguen al momento de la denuncia, más efectivo será el trabajo de búsqueda. Por eso, en caso de enfrentarse a esta situación, comparta siempre la mayor cantidad de información”, Francisco Aravena, representante de Carabineros en Sernameg
La profesional coincide con el jefe de la Brisexme en el sentido de que se debe estar alerta siempre con los menores en la etapa adolescente, “sobre todo este año en que, debido a la pandemia, la cuarentena y un sinfín de factores hemos visto tantas cosas, como los abusos y agresiones sexuales tanto a menores como a mujeres”, expresó.
Aparentemente, aquí habrían sido los “problemas con los padres”, los que llevaron a la joven a irse sin avisar. Por lo mismo, “lo importante es ver cómo se realiza un trabajo integral para subsanar lo que está ocurriendo”, manifestó Miroslava Luck.
Sename en alerta
Desde el Sename están en constante alerta, porque entienden que las circunstancias son propensas para que los niños estén en riesgo. Hicieron la derivación a la OPD en el caso de la menor extraviada y en relación al uso de internet para incurrir en abusos sexuales, que pueden propiciar incluso encuentros que terminen con agresiones como le ocurrió al adolescente de La Serena, sostuvo que la tarea es estar atentos a todo lo que hace un niño en internet, sobre todo con quién se relaciona. “El uso de las redes sociales y plataformas de internet deben ser permanentemente supervisados por los adultos responsables del cuidado de niños y niñas, a fin de que se puedan prevenir hechos delictivos como el sexting o el grooming, pues abusadores aprovechan estos medios para engañar a sus víctimas. Igualmente es relevante la conversación en casa y que los niños reconozcan estos delitos y si se ven amenazados puedan pedir ayuda. Para pedir orientación, pueden hacerlo en las oficinas de protección de derechos o el programa contra la explotación sexual y denunciar en Carabineros o PDI”, aseveró Verónica Zárate, directora regional del Sename.
Más vulnerables que nunca
El coordinador del Cibercrimen en la Región de Coquimbo, subcomisario Lorenzo Macaya, una vez más advirtió sobre el problema que se produce al converger los menores frente a un computador gran cantidad de tiempo sin supervisión y adultos acosadores al acecho. “Claramente esta mezcla no es buena. Por lo mismo, hay que tomar medidas de prevención, como siempre digo, tener el computador que utilicen los niños en un lugar visible para todos, porque tenemos los casos de grooming o sexting que este año se han incrementado sustancialmente y que pueden culminar en una agresión presencial como pasó ahora. En el caso de la menor de Coquimbo, no tendría relación con lo mismo, pero claramente ella se sitúa como una persona de riesgo. De hecho, muchos de los adolescentes que se van de la casa o desaparecen, es producto de un contacto previo por internet. Este problema debe verse de manera integral”, sostuvo el policía.
La importancia de reaccionar a tiempo
Desde Carabineros, el comandante Francisco Aravena expresa, referente a la menor que se extravió en Coquimbo, y a casos de esta naturaleza en general que “existen diversos motivos que pueden llevar a una persona a abandonar su hogar. En el caso específico de los niños, niñas y adolescentes, inciden factores como el ambiente familiar, la personalidad de los mismos menores, su ambiente social e influencias externas, entre muchos otros. Por eso, es importante que los adultos o cuidadores, estén siempre alerta a las señales que un niño, niña o adolescente pueda entregar en el día a día, conocer los ambientes en que comparte, saber sobre sus estados de redes sociales, y tener identificado un círculo de contactos frecuentes. En definitiva, el adulto debe involucrarse en la vida de los menores potenciando los canales de comunicación con la familia y estando siempre atento a señales de eventuales conflictos, como insomnio, mentiras, irritabilidad o rebeldía”, sostuvo. Ahora bien, cuando hablamos de una presunta desgracia, “nos referimos a la pérdida o extravío de una persona, sobre quien se ignora su paradero y que se presume podría haber sufrido una desgracia. Si en algún momento, alguien se enfrenta a esta situación, la recomendación inmediata es realizar una primera exploración con los círculos cercanos, es decir familiares y amigos, para saber si la persona extraviada ha establecido algún tipo de contacto. En forma paralela, se debe presentar una denuncia, ya sea en cualquier unidad de Carabineros de Chile, PDI o Ministerio Público para activar los protocolos de búsqueda. No podemos olvidar, que en estos casos, el tiempo de reacción juega un papel trascendental para el éxito de un eventual procedimiento”, agregó.