• Flores, peluches y agradecimientos por “favores concedidos” adornan la gruta de Marité en La Pampilla de Coquimbo. Este viernes se cumple un nuevo año de la muerte de la menor.
Crédito fotografía: 
Lautaro Carmona
Hoy se cumplen 31 años de la muerte de María Teresa Campusano Alquinta y su familia continúa pidiendo justicia. El autor del crimen de la niña asesinada en La Pampilla de Coquimbo se encuentra prófugo tras haber incumplido con las medidas de la libertad condicional en 2017 y pese a la orden de captura, no existe una búsqueda activa de su paradero.

Cada 18 de septiembre la alegría de las celebraciones patrias en Coquimbo se ve interrumpida por el triste recuerdo de la muerte de María Teresa Campusano Alquinta. Hace ya 31 años, la niña de solo 8 fue víctima del más cruel de los crímenes, que dejó heridas imborrables en toda una familia. 

“Marité” dormía en un auto con su hermano, mientras sus padres atendían su local de comida rápida en La Pampilla. En medio de la noche, la niña fue arrebatada por el peruano Gustavo Justo León, quien la llevó hasta un lugar apartado entre los cerros para abusar de ella, provocándole la muerte.

Tras un bullado juicio y con la condena de Justo, los Campusano Alquinta lograron encontrar algo de justicia, pero esta no fue para siempre. El homicida postuló a la libertad condicional en varias oportunidades y en noviembre de 2017 el beneficio le fue concedido por parte de la Corte de Apelaciones de Arica, cuidad en la que cumplía condena.

Pero a pocas semanas de obtener el beneficio, se perdió todo rastro del hombre. Gustavo Justo dejó de acudir a firmar, por lo que el tribunal de alzada revocó el beneficio y, con ello, se emanó una orden de captura. Sin embargo, todo indica que el autor del crimen habría regresado en esos días a su país natal, desde donde incluso compartió fotografías en redes sociales hasta los primeros meses de 2018.

Una actualización de la foto de perfil en su cuenta de Facebook en el mes de mayo fue la última señal y, hasta la fecha, no ha vuelto a pasar por un tribunal para cumplir de manera efectiva con el resto de su condena perpetua por haber faltado al beneficio carcelario.

En espera

La libertad de Justo León causó repudio transversal en la sociedad, lo que motivó a que en octubre de 2018 la Municipalidad de Coquimbo comprometiera asesoría jurídica a la familia de Marité. Sin embargo, con el tiempo el repudio se fue diluyendo y, pese a resurgir cada año en Fiestas Patrias, no hay movimientos en el caso que lleven a encontrar el paradero del hombre.

“Hemos hecho averiguaciones, pero no ha habido resultados respecto de la ubicación del sujeto. Se escapó, incumplió el permiso que le dieron y nunca más volvió. Se fue del país y es la última noticia que teníamos”, indicó a El Día el abogado Claudio García, asesor jurídico del municipio.

La Corte revocó el beneficio, pero luego de eso, la huida del autor del crimen de la niña coquimbana complicó el proceso. No fue encontrado y su eventual y enigmática estadía en otro país habría dejado el caso en un incierto escenario.

Nuestro medio consultó a García y otros abogados que trabajaban en la zona en ese tiempo, por lo que conocen la causa, y la conclusión es la misma.

“Tendría que haber una noticia procesal judicial para que se pueda ordenar, por parte de la justicia, alguna orden internacional de captura”, explicó el abogado, quien además fue litigante en la causa de Marité hace tres décadas.

En este escenario, explican los juristas, encontrar al sujeto dependerá, por un lado, de las prioridades que tengan la policía y las autoridades con el caso. De otra forma, su captura queda en una “búsqueda pasiva” en la que un movimiento que este pueda realizar desde su ubicación actual los alerte. Si Justo León intenta, por ejemplo, salir del país o es detenido, se activaría la orden de capturarlo y llevarlo a un penal para que cumpla su condena.

“No les interesa”

La explicación de la madre de la menor es certera. “No les interesa”, dijo Ana María Alquinta en escuetas declaraciones a El Día. Quisimos conocer una vez más las impresiones de la mujer en torno a la libertad del asesino de su hija. Desde su casa, la coquimbana vive un nuevo año de injusticias y pese al dolor de reabrir la herida cada año y con la decepción a cuestas, sigue pidiendo justicia.

El hecho que le cambió la vida en 1989 sigue resonando entre su familia, que recibió un nuevo golpe con la libertad de Justo León hace casi tres años. El apoyo que le comprometió el municipio porteño les dio nuevas esperanzas, pero con el paso del tiempo el objetivo se ha ido alejando, ya que afirma que no se han vuelto a acercar a ella.

Sabe que es difícil y entiende que la detención de Justo depende casi de un “descuido” del peruano. Sin embargo, se niega a abandonar del todo esas esperanzas. Ana María espera que el hombre sea pronto capturado, “para que no le pueda hacer daño a otro niño”. Esa es su principal preocupación, la que revivió este año con la muerte de Ámbar en el sur del país, joven que murió este año también a manos de otro homicida que salió con libertad condicional. “Él (Gustavo) es un psicópata y en cualquier momento va a hacer algo, con la mente perturbada que tiene”, indicó Alquinta.

 

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