Aspirantes a Carabineros comparten sus historias y llaman a jóvenes a postular

Por dos semanas un grupo de aspirantes a conformar las filas de Carabineros de Chile hicieron una pausa en sus rutinas normales para llegar a la Región de Coquimbo, con el objetivo de incentivar a los jóvenes a postular a la Escuela de Carabineros, que por estos meses se encuentra en pleno proceso de admisión.

Se trata de tres jóvenes oriundos de esta zona, con una fuerte vocación de servicio, que en compañía del subteniente Rodolfo Álvarez, de la Sexta Comisaría Las Compañías, han recorrido colegios, medios de comunicación y han conversado con la comunidad para motivar a quienes están construyendo su futuro, con sus historias y su experiencia.

Intachables, con el uniforme que llena de orgullo a sus familias, conversaron con El Día, asegurando que no se arrepienten del camino que tomaron y que cada nueva experiencia los anima a seguir adelante.

EN LOS PRIMEROS PASOS.

Sebastián Poblete está viviendo su primer año en la Escuela de Carabineros. Desde pequeño quiso entrar y su padre lo motivó a realizar su primera postulación. No fue fácil. De hecho no fue sino hasta su tercer intento que logró entrar y hoy con 21 años no se arrepiente de haber sido perseverante por un cupo.

En su familia estaban expectantes, aunque en principio su madre tenía algo de miedo, por los claros riesgos que corren los funcionarios de Carabineros en el ejercicio de sus funciones. No se olvidan las historias de los mártires que han dado la vida por el servicio, pero poco a poco, el miedo comenzó a convertirse en orgullo.

Sebastián emocionó a todos cuando llegó a la zona en el marco de sus dos semanas de vacaciones, las primeras. “En mi familia están todos orgullosos, ven el uniforme y los emociona, mis vecinos están impresionados y eso a mí me llena como persona”, asegura.

También es consciente de que los miedos que su madre tenía en un principio son comprensibles, él también los tuvo al principio, “pero la escuela siempre nos prepara para tener una buena formación y hacerlo de la mejor manera sin que haya algún riesgo para mí o para terceras personas”, comenta.

VERDADERA VOCACIÓN.

David Pavéz era admirador de la labor policial desde pequeño, “los veía como unos héroes, en la básica participaba con ellos en la brigada escolar”, recuerda de los tiempos en que era un estudiante en colegios del sector de San Juan de Coquimbo.

Entró a estudiar a la universidad Santo Tomás, donde se tituló de Laboratorista Dental y con el tiempo llegó a Viña del Mar a trabajar en el Hospital de Carabineros, seguía con el interés de vincularse con la institución policial y le aconsejaron que postulara como profesional, pensando en seguir su profesión en el hospital.

Sin embargo, retomó el sueño que siempre tuvo, “quería ser carabinero, cumplir ese sueño de trabajar para la gente, que no está alejado de lo que estudié en la universidad. Poder ver a una persona que llega con un problema y se va con una sonrisa es bien gratificante, la verdad”, sostuvo.

Se decidió y entró a la escuela, admite que al principio acostumbrarse a la disciplinas y las formalidades es un poco complicado. Además se pierde el contacto con la familia, “pero después se puede retomar y uno se da cuenta de que uno tiene que romper ese lazo tarde o temprano”, indicó Pavéz.

Hoy no se arrepiente y cree que se hubiese lamentado de no entrar. “He escuchado de varias personas que me dicen que se arrepienten de no haber postulado, de no haberse informado más, porque es una bonita carrera, con mucha proyección”. ¿Cuáles son las suyas? Ya lo tiene claro, su objetivo es llegar a la especialidad de Labocar, hoy está en tercer año, a punto de egresar y seguir trabajando para cumplir con su sueño de la niñez.

FUERTE CONVICCIÓN

Iván Guzmán se atrevió. El joven de 21 años, del sector de La Florida de La Serena, dejó sus estudios por seguir su vocación. Hace un tiempo viajó a Santiago para estudiar Ingeniería Civil en la Universidad Federico Santa María, y hoy cursa al igual que David Pavez, su tercer año en la Escuela de Suboficiales de Carabineros.

De la misma forma que sus compañeros enfrentó grandes desafíos al entrar. “No puedo mentir, en un momento igual fue difícil. Es complicado cambiar la vida civil por la vida uniformada y tener un ordenamiento en nuestra planificación diaria”, indicó.

Pero con el tiempo las cosas se pusieron más fáciles. “Uno se va acostumbrando y tomarle el ritmo a las cosas, el tiempo se pasa muy rápido”, afirmó.

Dejar a la familia tampoco fue fácil, si bien ya se había mudado para entrar a la universidad, el encierro es complicado, “pero dentro uno valora mucho más las cosas, incluso las relaciones familiares.

No es un momento fácil para la institución a la que entraron estos tres jóvenes de la región y ellos lo saben. Distintos hechos a nivel nacional han afectado la imagen de Carabineros de Chile, un problema del cual quienes están a la cabeza de los uniformados en la zona se han hecho cargo, han enfrentado y del cual también se han desmarcado. “No puede afectar la confianza de la gente en la institución”, indicó el jefe de la zona policial en su discurso en el último aniversario frente al edificio del Gobierno Regional.

Para Guzmán, joven aspirante, este escenario no fue capaz de derrotar su convicción. “En un universo tan grande de personas hay de todo tipo, pero no puede derribar nuestro convencimiento de estar en la escuela. Dentro hay que aislarse un poco de eso y seguir nuestro camino, mantener el objetivo firme y cumplir con nuestra meta de ser buenos oficiales el día de mañana”, indicó.

Lo cierto es que la institución tiene en la actualidad un déficit de funcionarios, explicado por un desinterés en los jóvenes en postular.

La labor de motivar a los jóvenes hoy recae en el subteniente Rodolfo Álvarez, que junto a los aspirantes hacen el llamado a informarse del proceso, el cual se encuentra abierto desde el mes de marzo y se extiende hasta fines de septiembre. 6301i