Para el lunes 9 de noviembre se fijó la audiencia de preparación de juicio oral en torno a la muerte de Daniela Reyes (17), joven que falleció en febrero de 2017 y cuya familia intenta probar, mediante una querella, que su muerte se trata de un femicidio, producto de los golpes que le habría propinado su pareja días antes de su muerte.
David Espinoza, el hombre involucrado, se encuentra actualmente recluido en el Complejo Penitenciario de La Serena, acusado por la Fiscalía por los delitos de lesiones graves en contexto de violencia intrafamiliar, lesiones menos graves y amenazas, luego de que la autopsia detallara que la adolescente habría muerto por un envenenamiento y no por sus golpes.
La causa de muerte de Daniela ha estado en el centro del debate a lo largo de las audiencias. Los abogados de la familia de la víctima, tras encargar nuevos exámenes, rebaten la tesis de un envenenamiento, mientras que la defensa del imputado ha pedido tiempo para realizar sus propias pericias, lo que ha dilatado el inicio del juicio oral.
A más de dos años y ocho meses desde la muerte de Daniela, María Espejo, su madre, vislumbra una “luz de esperanza”, que la lleva a ilusionarse con un juicio pronto. Sin embargo, mantiene sus críticas al sistema judicial tras años de lucha por esclarecer la muerte de su hija, en medio de reprogramaciones y también de un par de errores.
Según consta en actas de la última audiencia, el Juzgado de Garantía de La Serena volvió a reprogramar la preparación de juicio oral a causa de que “la defensa manifiesta intenciones del imputado de llegar a un juicio en esta causa”.
Hace más de dos años
El 26 de febrero de 2017 una patrulla de Carabineros encontró a Daniela Reyes convulsionando en una calle de Las Compañías. Tras dos días hospitalizada, falleció. La autopsia reveló que su muerte se produjo por un edema pulmonar agudo producto de un envenenamiento por consumo de “sustancias tóxicas”.
Sin embargo, el mismo 26 de febrero por la mañana, se había registrado uno de tantos episodios de violencia entre la pareja. María Espejo había sido alertada por vecinos de que Espinoza estaba golpeando a la joven. Al entrar a la casa donde ambos convivían, para ir a defenderla, también terminó golpeada, y posteriormente el imputado habría amenazado a otro de sus hijos, hermano de Daniela. Estos tres delitos fueron los formalizados por el Ministerio Público.
Pero a María nunca la convenció el supuesto envenenamiento, por lo que buscó asesoría legal. Presentó una querella por femicidio y su abogado encargó exámenes a la conocida médico forense Carmen Cerda, que demostrarían que las únicas sustancias que existían en el cuerpo de Daniela a la hora de su muerte serían los medicamentos suministrados por el hospital para su estabilización y sustentarían la tesis de que el edema se produjo por una “respuesta inflamatoria exagerada” a raíz de los golpes de Espinoza.
El abogado querellante en la causa, Pedro Orthusteguy indicó a El Día que “recalificamos el hecho como femicidio y el fundamento de eso está en el metaperitaje que realizó la doctora Cerda. Ella nos señala que, revisando todos los antecedentes de la carpeta, la muerte se habría producido por los golpes que recibió (…) Ella nos señala que hay un error en la autopsia de Daniela y en las conclusiones a las que se llegó en el SML de la zona y eso nos da pie a poder pelear el femicidio”.
Ante los peritajes contrapuestos, Orthusteguy adelantó que en audiencias “se va a producir la discusión técnica entre los exámenes respecto de la causa de muerte. La defensa ha estado varios meses realizando otra metapericia, razón por la que durante varios meses se ha ido reprogramando la audiencia”, indicó.
Contactada por El Día, María Espejo, madre de Daniela, manifestó “impotencia” ante el lento avance y los presuntos errores en el caso de su hija, pero se mostró confiada en los argumentos de la querella y esperanzada en pronto obtener justicia.