A dos meses de accidente, menor continúa en coma y madre clama por justicia

Un centenar de personas se congregaron la mañana de este lunes en la Plaza de Armas de La Serena, frente a la Corte de Apelaciones. ¿La razón? Clamar por justicia para la familia Garrido Traipe, cuya historia tuvo un trágico giro el pasado sábado 27 de abril.

Una mañana fatal

Aquella mañana fue una de las más negras del último tiempo en la Región de Coquimbo. Cuando eran aproximadamente las 06:00 el accidente provocado por un conductor ebrio, destruyó para siempre los sueños del grupo de familiar de Las Compañías. El vehículo donde iban los cuatro ocupantes fue impactado de frente por la camioneta en la que se trasladaba el sujeto en estado intemperante de 33 años, quien además, tras lo ocurrido, se dio a la fuga sin prestar ayuda a los heridos ni dar aviso a la policía.

Los resultados fueron fatales. El padre de familia, Miguel Garrido, chofer de la línea 39 de colectivos, murió instantáneamente, mientras que los dos menores, Mery Danae (8) y Jean Pierre (13) salieron eyectados por el parabrisas del automóvil quedando gravemente heridos. Horas más tarde, el adolescente de 13 años no resistiría, falleciendo en el hospital San Pablo de Coquimbo, mientras que la pequeña Mery Danae, quedaría grave en riesgo vital, del que sólo saldría semanas después.

La cuarta ocupante del automóvil siniestrado, era la madre, Joselyn Traipe. Ella corrió una suerte muy distinta. Emocionalmente quedó devastada ya que perdió a dos integrantes de su familia y  su hija menor se encuentra postrada. Sin embargo, físicamente, sólo resultó con lesiones de mediana consideración y fue dada de alta rápidamente.

“Yo pido al juez que aplique la mayor de las penas porque aquí fueron tres vidas destruidas, mi hijo se fue, mi marido fallecido y mi hija postrada. Yo necesito justicia”, Joselyn Traipe, sobreviviente de fatal accidente.

Una lucha diaria

No ha sido fácil, pero tras dos meses, y sacando fuerzas de flaqueza, Joselyn Traipe, la sobreviviente, alzó la voz y junto a vecinos y seres queridos, organizó la manifestación que tuvo una alta convocatoria.

Con carteles y globos blancos, las personas exigieron justicia para la familia “Garrido Traipe”, ya que temen que no se aplique el máximo rigor de la ley contra el imputado, hoy en prisión preventiva.

Fue la propia Joselyn, quien se armó de valor y por primera vez habló con los medios de comunicación. “Esto no puede quedar impune, tiene que existir el máximo de los castigos”, expresó la mujer, quien asegura que durante estos casi dos meses ha tenido que dar una lucha diaria, para no sucumbir ante la tristeza de haber perdido a su esposo y a su hijo. Hoy es su hija menor la que le da la fuerza para seguir.

No quiere que nadie más tenga que vivir lo mismo, por eso, hace un llamado a las personas, para que no conduzcan en estado de ebriedad. “Esto le puede pasar a cualquiera, por eso yo llamo a las personas a tener conciencia del daño que pueden causar (…) Yo pido al juez que aplique la mayor de las penas porque aquí fueron tres vidas destruidas, mi hijo se fue, mi marido fallecido y mi hija postrada. Yo necesito justicia”, sostuvo.

“Ustedes no saben lo que es llevar una carga, de que te digan que tu hija no puede hacer nada, que tienes que conseguir todos los insumos de hospitales para tenerla en tu casa”, Joselyn Traipe, sobreviviente del accidente.

Problemas económicos

Miguel Garrido era el principal sustento de la familia, y como un ingreso extra, estaba lo que generaba Joselyn cortando el pelo en la feria de Tierras Blancas. En la actualidad, su marido ya no está y ella difícilmente puede trabajar, ya que, por un lado, no está preparada emocionalmente, y por otra parte, pasa prácticamente todo el día en el hospital San Pablo de Coquimbo, donde su hija Mery Danae, permanecía hasta el día viernes – fue trasladada al hospital de La Serena- en un coma inducido. “Lo he pasado bastante mal en ese sentido. Ustedes no saben lo que es llevar una carga, de que te digan que tu hija no puede hacer nada, que tienes que conseguir todos los insumos de hospitales para tenerla en tu casa. Eso es muy costoso”, dice Joselyn, quien también ha tenido que pagar “cifras exorbitantes” por los gastos que implica tener a su pequeña hospitalizada por dos meses.

2 delitos fueron formalizados en contra del individuo: conducción en estado de ebriedad con resultado de muerte y lesiones, y la negativa injustificada de detener la marcha y prestar ayuda en un accidente en el que hay personas heridas.

Situación de la pequeña Mery Danae

Joselyn se muestra fuerte, pero no puede evitar quebrarse cuando habla de Mery Danae, su hija menor de 8 años, quien sigue luchando por su vida. “Yo por ella estoy aquí, parada y por ella estoy exigiendo que se haga justicia”, enfatizó.

Hoy en día vive para ella. Hasta el día viernes, antes  de que su hija fuese trasladada al Hospital San Juan de Dios de La Serena, viajaba todos los días hasta Coquimbo, para estar con ella, pese a que todavía se encuentra inconsciente en estado de coma. “Los médicos me dicen que está despertando, pero lo único que puede hacer es mover un poco sus pestañas. Pero yo me aferro al milagro”, sostiene.

Apoderados se hacen presentes

En la manifestación también estuvieron algunos apoderados del Liceo Gregorio Cordovez, donde estudiaba en octavo básico, Jean Pierre Garrido, de trece años.

Una de las apoderadas presentes fue Pamela Brevis, madre de una de las compañeras del menor, según dice, su mejor amiga.

Tal como todos en el lugar, exigió justicia tanto por Jean Pierre como por toda su familia. “Estamos hablando de una persona ebria, que iba a exceso de velocidad, que choca a otra familia, y ahora están viendo si lo dejan libre o no lo dejan libre, si lo sacan, no lo sacan, cuando la evidencia es clara y tiene todas las agravantes. Además que es un tipo que ya tenía antecedentes”, manifestó.

Respecto a cómo ha sobrellevado su hija la pérdida de su amigo, enfatizó en que el apoyo del colegio ha sido fundamental. “El liceo se ha portado súper bien. Nos han apoyado bastante a nosotros y también han estado dispuestos a apoyar a otros apoderados que necesiten ayuda psicológica”, puntualizó Pamela Brevis.

Medidas ejemplificadoras

El concejal por La Serena, Pablo Yáñez, también estuvo presente en la manifestación y ha estado cerca de Joselyn Traipe durante el proceso. Pide medidas ejemplificadoras. “Aquí tiene que funcionar el sistema judicial, demostrar que cuando ocurren hechos como estos, no van a quedar impunes. Que cuando un conductor en estado de ebriedad le cambia la vida así a una familia, tiene que asumir sus responsabilidades con todo el peso posible”, indica el concejal, enfatizando en lo complejo de “lo que se viene”, ya que la pequeña Mery Danae podría ser trasladado a su casa y en este escenario, con la menor en estado de coma y sin poder moverse, “vamos a tener que adaptar la casa para la pequeña, comprar los insumos que se necesiten, y ver que Joselyn también después pueda trabajar desde su casa. Queda mucho por hacer”, precisa Yáñez.

15 años es la pena máxima a la que podría ser condenado el individuo que provocó el accidente.

Situación judicial

El panorama para el imputado de iniciales F.A.A.M de 33 años es complejo, según explicaron desde la defensoría Penal Pública a diario El Día. Fue el día martes 30 de abril en el Juzgado de garantía de La Serena, que el sujeto fue formalizado por los delitos de conducción en estado de ebriedad con resultado de muerte y lesiones, y la negativa injustificada de detener la marcha y prestar ayuda en un accidente en el que hay personas heridas, quedando en prisión preventiva por peligro de fuga durante los 70 días en que quedó fijado el plazo de investigación.

Por el primer delito, las penas van desde los 3 años y un día a los 10 años de prisión mayor en su grado mínimo, basándose en la Ley Emilia. Respecto del segundo ilícito, la negativa injustificada de detener la marcha y prestar ayuda en un accidente en el que hubo personas heridas, arriesga desde tres años y un día hasta cinco años. Por lo que en suma, de aplicarse el mayor rigor de la ley, podría pasar hasta 15 años tras las rejas.

El problema es que la normativa legal establece un rango de sanciones muy amplias. Es decir, referido al primer delito, así como pueden ser 10 años, podrían ser tres o cuatro según el juez pondere la extensión de mal causado, durante un posterior juicio oral. Por lo pronto, la familia se aferra a que “primará el sentido común” y continuarán haciendo presión para que esta persona tenga el máximo de la pena.