El día martes se daba a conocer la principal hipótesis respecto a la muerte de María José Zambra. La joven de 30 años fue mutilada y encontrada sin vida bajo el puente El Libertador de La Serena el día 19 de octubre del 2019.
Según los antecedentes que pudo recabar este medio acerca del crimen de la mujer -que había desaparecido el 29 de agosto- todo se habría tratado de una vendetta de narcotraficantes.
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Zambra, habría tomado malas decisiones en el último tiempo y una de ellas fue retomar el vínculo con un viejo amigo, con el que incluso había sido pareja en su juventud en el sector de La Antena, pero que ahora se encontraba en la cárcel. El sujeto se dedicaba a las estafas telefónicas y en una de ellas, involucró a la mujer, madre de dos hijos de 11 y 7 años.
Pese a que ese delito resultó bien para el antisocial,en paralelo, realizó otro que no tuvo el final esperado, ya que su contacto afuera, otra mujer, se quedó con todo el dinero, el que le pertenecía a un narcotraficante, quien cuando se enteró de lo que la habían hecho fue a buscar al estafador.
El sujeto fue golpeado al interior del recinto penal por los hombres del narco, quienes no le creyeron la historia de que él también había sido estafado, por lo que “cargó a Zambra”. Al hacerlo, firmó su sentencia de muerte, ya que los sujetos mandatados, la interceptaron cuando volvía de dejar a sus hijos del colegio el día 29 de agosto, y finalmente la asesinaron de la manera más cruel.
Un trasfondo social
Pero todo aquello es materia de investigación, y en la familia no pierden la esperanza de que los responsables paguen por lo que hicieron. En estos momentos están preocupados de eso, y también de ayudar a la madre de María José, quien tiene serios problemas de consumo de pasta base, los que se habrían agravado luego de la tragedia.
La adicción de la mujer quien hoy tiene 53 años, se extendería desde hace décadas, y pese a que en varias oportunidades ha intentado rehabilitarse no ha podido lograrlo. Este problema llevó a que hoy esté peleada con sus hijos, quienes pese a ello, quieren ayudarla. Así lo consigna Leidy Zambra, una de las dos hijas menores, hermana de la joven asesinada.
“Se ha generado un distanciamiento desde que pasó lo que pasó con María José. Ella entró en una especie de crisis y se intensificó su adicción, entonces, estamos un poco separados, porque ella tiene reacciones que no son las mejores”, contó Leidy.
Confirma que han intentado ayudarla, de hecho, luego de la muerte de María José, se la llevaron de La Antena, para que viviera en otro lugar de La Serena, donde estuvo unos días, hasta que no aguantó más y caminó durante horas hasta su antiguo hogar, para volver “a lo mismo de siempre”, al consumo.
Una infancia difícil
Leidy, a partir de ese momento, asegura que sintió dolor, pero también que ya no pueden hacer más. “Lo que pasa es que ha sido demasiado tiempo. Ella consume desde hace mucho, más de 20 años, y por eso mismo nosotros tuvimos una infancia muy fome, todos incluida María José”, relata.
La joven fallecida, habría tenido problemas con la madre precisamente por sus adicciones, ya que no quería que sus hijos cayeran en el vicio, sin embargo, la abuela “fumaba adentro de la casa y no les daba buen ejemplo, por eso que ella (María José Zambra) estaba por irse de la casa también, como nos fuimos todos en su momento”, indica.
De hecho, Leidy de 22 años y su hermana menor, fueron las más perjudicadas debido a los problemas que hubo en la casa de su madre por culpa de las drogas, ya que ambas tuvieron que crecer en un hogar del Sename. “Esta adicción nos ha causado demasiado daño a nosotros como familia, por eso esperamos que algún día pare, pero no sabemos cómo hacerlo a estas alturas, con una persona de más de 50 años y que lleva tanto tiempo sumida en las drogas”, precisó la joven.
Situaciones que se repiten
Lamentablemente, el consumo de drogas en algunas poblaciones de La Serena y Coquimbo es un tema que preocupa y que experimenta un incremento, según lo han advertido los propios dirigentes vecinales. Lo que llama la atención, es la cantidad de mujeres que son adictas, un número que en los últimos años también ha tenido un aumento explosivo. De hecho, según confirma la propia directora de Senda, Fernanda Alvarado, en la actualidad en la Región de Coquimbo el 35% de las personas que reciben algún tipo de tratamiento por adicción a las drogas son mujeres, las que ciertamente requieren un trato diferente al hombre.
“Lamentablemente esta situación se está repitiendo cada vez más, y porque antes estaba más invisivilizado, pero hoy los números se están acercando a las cifras masculinas”, remarca Alvarado.
La directora enfatiza en que, incluso, “esto tiene una connotación social distinta, nosotros lo trabajamos con una perspectiva de género, porque las mujeres tienen otras perspectivas psicosociales frente al consumo de sustancias, esas condiciones son las que se consideran respecto a esta problemática”, sostuvo.
En relación a la madre de María José Zambra, la joven asesinada, aseguró que no conocía el caso, pero se trataba de una situación muy compleja, aunque no imposible de tratar.
“Aquí no hay que mirar los impedimentos para tratarse, sino las oportunidades. Nosotros como Senda, en nuestros diferentes programas para mujeres recibimos a gente de todas las edades, tenemos a personas de 60 años y más, porque nunca es tarde para recuperar lo que uno ha perdido”, enfatizó Alvarado.