Nelson Guerra había hablado con su sobrino Celso Espinoza (47) el día miércoles y en medio de la conversación este le indicó que estaba en La Serena, pero que ya se iría a su casa en calle Lord Cochrane, en la comuna de Coquimbo donde vivía con su madre, Zoila Guerra, de 73 años de edad.
Nelson lo llamó horas más tarde para preguntar por su hermana, pero el sobrino no contestó, lo que se repitió la mañana de ayer.
Preocupado prefirió ir al domicilio para verificar que todo estuviera bien, pero se encontró con un lamentable escenario. Zoila y su hijo estaban muertos y la casa con un potente olor que hacía presumir una intoxicación.
Rápido llamó a las policías y se puso en contacto con familiares. Al revisar el lugar se encontró con algunas notas escritas por Celso, las que no pudo leer con detención, lo que generó incertidumbre entre los familiares que desconsolados lloraban a los seres queridos que acababan de perder.
Apostados fuera de la casa y sin saber con exactitud qué había pasado, prefirieron dejar trabajar en el lugar a la Brigada de Homicidios de PDI que llegó al lugar a periciar los cuerpos, junto a funcionarios del SML que se encargaron de hacer retiro de los cuerpos entre las lágrimas de los familiares.
Minutos más tarde, en los cuarteles de PDI, el subprefecto Cristian Lobos, jefe de la unidad investigadora detalló que tras las pericias preliminares se logró establecer que la mujer tendría una data de muerte superior a las 48 horas y el hombre una cercana a las 12 horas.
Este escenario hace presumir que la muerte del hombre se trataría de un suicidio, teoría avalada por Nelson, sin embargo Lobos prefirió no dar alguna causa de muerte posible, que deberá ser confirmada a través de los informes del SML. Desde el entorno familiar, según lo indicado por el tío, Celsio no habría soportado la idea de perder a su madre, con quien vivía, al posiblemente haberla encontrado muerta.