Francisco Opazo, de Carabineros a liderar el plan de seguridad para Coquimbo

La ofensiva de seguridad en Coquimbo trajo consigo cambios y novedades, pero además de las medidas anunciadas por el alcalde Marcelo Pereira, sorprendió la configuración de todo el plan municipal contra la delincuencia dentro de un nuevo departamento, la Dirección de Seguridad Pública, que tiene como su primer jefe a un rostro conocido en la materia, el exprefecto de Carabineros  Francisco Opazo Cole.

Opazo fue jefe de la Prefectura Coquimbo, luego quedó liderando a los uniformados de la región como suplente en la IV Zona durante algunas semanas, tras la salida del general (R) Rolando Casanueva, para luego dar un paso al costado en las filas de la institución, tras una carrera llena de logros.

Pero detrás de todo el trabajo hay un hombre de familia. Sandra González Peñaloza, su esposa, junto a sus hijos Francisca, Tomás y Dominga de Jesús, son sus principales pilares en la vida y lo han seguido fielmente en cada traslado, aunque cuando el tiempo pasa, se hace cada vez más difícil moverse.

Se acogió a retiro voluntario luego de 31 años de servicio y después de seis meses de descanso, recibió una llamada del alcalde Marcelo Pereira para liderar el trabajo por la seguridad, esta vez desde el municipio. No lo pensó mucho y los Opazo González decidieron quedarse en la región.

Echar raíces

Nacido en Santiago y criado en Concepción, el coronel Opazo proviene de una familia “de sangre verde”, su padre fue teniente de Carabineros y falleció tempranamente en servicio, siendo ascendido póstumamente a capitán, hecho que lejos de atemorizarlo, fue el principal detonante de vocación tanto para Francisco como para su hermano gemelo. Ambos decidieron seguir los pasos de su padre y vestir el uniforme verde en el legendario Escuadrón Arauco.

En su carrera ha servido por todo el país, iniciando en Viña del Mar, pasando por Santiago y Punta Arenas, donde nacieron sus dos primeros hijos, para después volver a la capital, a lo que siguió su traslado a Iquique, donde nació Dominga, antes de llegar a La Serena, en el grado de oficial superior, y el resto es historia.

¿Cómo ha tomado su familia lo de trasladarse tanto?

“Con la gracia de Dios me ha ido extraordinariamente bien en ese sentido, tengo 20 años de matrimonio con mi señora, ella tuvo que dejar su trabajo, sus estudios de Relaciones Públicas en Santiago cuando nos fuimos a Iquique y seguir los caminos que Dios nos tenía dispuestos en otro lugar”.

Aun así lo ha seguido fielmente en estos cambios…

“La mujer de un carabinero tiene que soportar diferentes situaciones, entre ellas el traslado. Con los niños chicos no hay mayores complicaciones, porque se adaptan bien, pero cuando ya son adolescentes y empiezan a generar redes y compañeros de cursos, es más complicado. Mi hija mayor está estudiando en la Scuola Italaiana, donde tiene a todos sus amigos, y está a punto de egresar. Tomás también tiene amistades más férreas, así que les cuesta más el traslado a esta edad”.

¿Ahí radica la decisión de tomar otro camino y radicarse en la región?

“La verdad es que no eran nuestros planes radicarnos en La Serena, sino que en otra ciudad, pero siendo conocedor de todo el territorio nacional, cuando llegamos a la región encontramos que hay una calidad de vida extraordinaria, que no todas las ciudades lo tienen. A eso se suma lo hermosa que es esta zona, con todos los lugares turísticos que tiene para visitar, la calidad de la gente, lo barato que es la vida y la sociabilidad entre las personas, nos encanta”.

¿Cómo llega a la municipalidad de Coquimbo?

“Cuando uno desarrolla un trabajo profesional es visto por todas las personas. Yo escuchaba días atrás el comentario de un sacerdote que decía que lo más importante en este mundo es tener a Dios, porque es quien conduce nuestras vidas y segundo tener amigos, porque los buenos amigos son los que dicen las verdades de cada uno. Yo creo que con ese pensamiento lógicamente el municipio apreció mi trabajo profesional y con la confianza que me dio el alcalde Marcelo Pereira, no me cabe duda de que vamos a llevar a efecto un buen trabajo”.

Pese a no seguir en Carabineros, su vocación sigue en la seguridad pública…

“Sin duda, el servicio es entregarse a las demás personas, sin esperar ninguna recompensa, esa es la doctrina que tiene Carabineros de Chile, que se refleja en el juramento de cada uno de nosotros y esa doctrina la mantenemos todas las personas que hemos pasado a retiro. Sabemos que va a ser la única forma de brindarle seguridad a la gente que lo necesita. La alianza estratégica entre las policías y los municipios ya está dando resultados súper exitosos”.

Desde otra ventana

Tal como advierte el nuevo director de seguridad, la estrategia del municipio porteño incluye mucho terreno, más funcionarios municipales y por supuesto, mayor coordinación con las policías, algo planes para los cuales el rol de Opazo es fundamental.

En su primera semana su agenda ha estado llena de reuniones con la Cámara de Comercio y las juntas de vecinos, donde el foco ha sido mejorar la seguridad del centro. Las coordinaciones con Carabineros están en mejor pie que nunca y con otro conocedor de las policías, el exPDI Jorge Treveillo, también en el municipio, la alianza estratégica ha sido “más fluída”, afirma.

¿Cómo ha sido esta primera semana?

“Han sido días de harto trabajo, pero sumamente entretenido, porque cuando uno hace lo que le gusta lo hace de corazón y sin duda va a salir bien. Hemos tenido una muy buena recepción por parte de Carabineros y de la Policía de Investigaciones, en donde ya hemos llevado a efecto distintas reuniones y diferentes estrategias operativas para poder concretar lo que se está trabajando en la municipalidad de Coquimbo y en lo que es potenciar aún más la vigilancia en el centro”.

¿Cómo es ver la seguridad desde esta otra arista, ha cambiado su apreciación?

“Me he podido impregnar de experiencias durante estos últimos días en el municipio y no varía mucho en cuanto a las estadísticas que manejamos. Tengo un poco más de tiempo, estos días me he entrevistado con varios dirigentes y locatarios que han sido víctimas de delitos violentos en el sector central y hemos aprovechado de ver las medidas de seguridad con las que cuentan y les hemos sugerido otras. Ese tiempo se invierte en poder orientar y generar lazos de confianza”.

¿Ya hay diagnóstico y estrategias?

“Los cursos de acción que se ha adoptado en la contratación masiva de funcionarios municipales nos va a dar un posicionamiento en las calles, principalmente en el sector central, donde a mitad de año nos afectó en gran número los delitos, pero con esto va a haber mayor presencia y el delincuente lo sabe. Vamos a tener un carabinero en la central de cámaras de municipio, los días viernes en la noche y los días sábado en la noche, donde hay mayor cantidad de gente y se producen incidentes que escapan al ámbito normal de lo policial”.

Esto involucra mucho trabajo en terreno ¿Ese sería el sello?

“Una de las calves del éxito en este ejercicio es estar presente en las operaciones. Me he quedado hasta las 2 de la mañana analizando y verificando lo que ocurre en las cámaras. La instrucción que me dio el alcalde es avocarme en el centro para disminuir la sensación de temor y una vez que esté finalizado, ampliaremos al resto de la comuna “.

Se habían anunciado medidas y hubo una protesta de comerciantes, ¿Cómo tomaron esta movilización?

“Hay que ser responsables con las actuaciones de cada uno, yo se los representé a los dirigentes de la cámara de comercio, que en lo personal, como director de seguridad pública, me pareció sumamente extraño, porque para empezar, el grupo no superaba las ocho personas, que no reflejan el sentir de todos los integrantes de la Cámara de Comercio. Con esto solo se consigue crear una falsa expectativa y un ambiente erróneo y con eso se daña el mismo turismo en la región. El llamado es a confiar en que le estamos poniendo todo el empeño por lograr que Coquimbo se destaque por ser una ciudad segura, vamos a seguir entrevistándonos con la gente”.