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Janina Guerrero
“Un automóvil completamente calcinado por terceros y el cuerpo del chofer abandonado, semidesnudo, a unos metros del lugar”. Esta macabra escena describe lo ocurrido el pasado 26 de junio, cuando el colectivero Ricardo García (50) fue hallado muerto en Altovalsol. La noticia conmocionó a la opinión pública y se tejieron diversas tesis que alertaban de un delito asociado a una “vendetta” e incluso se mencionaron vínculos con la droga. 

Pese a que la investigación se ha manejado con hermetismo, diario El Día indagó en el caso y pudimos recabar antecedentes hasta ahora desconocidos, que sustentan la tesis policial de que los golpes que provocaron la muerte de la víctima tuvieron lugar mucho antes de encontrarse con los sujetos que utilizaron su automóvil con él adentro -sin saber que estaba muerto-, y que luego, tras percatarse de la situación habrían entrado en pánico queriendo borrar toda evidencia, tratando de ocultar el cuerpo y quemando el vehículo. 

"Ese caballero era más bueno que el pan". Así, con esa frase, una vecina del sector de calle Mercedes Cervelló, en La Serena, describe al colectivero Ricardo García Muñoz (50), quien el pasado 26 de junio fue encontrado muerto en las cercanías de la Parcela 63, en Altovalsol.

Tal como ella, y pese a que ya ha transcurrido casi un mes desde el trágico episodio, nadie en el lugar donde residía el conductor de la línea 44, cuyo recorrido comprende La Serena-Tierras Blancas-, ha logrado asimilar lo que pasó. Claro, de acuerdo al relato de quienes lo conocieron en el barrio donde vivía junto a su esposa, Victoria, el hombre era un “un vecino ejemplar”. Nunca había tenido problemas con nadie y jamás se le veía llegar a su domicilio después de las 22:00 horas, cuando terminaba sus labores diarias. 

“A veces venía a comprar pan, en la noche. Era bien amable. No hablaba mucho, pero siempre saludaba, se despedía. Era una persona con mucha educación en ese sentido”, relata la dueña del almacén ubicado a poco más de una cuadra de la casa del malogrado chofer, quien asegura que nunca pensó recibir una noticia así sobre “don Ricardo”. 

Y es que no fue una muerte cualquiera. El crimen del trabajador causó conmoción en la región debido a las particulares características que daban cuenta de una acción francamente macabra, como sacada de un elaborado y sangriento thriller. 

 

"Se han dicho muchas cosas que no son verdad. Por ejemplo, que llamó a mi mamá un poco antes y que le dijo que ya venía. Todo eso es absolutamente falso", Victoria García, hija del colectivero

"Él llegó normal acá ese día, como siempre. Era alguien muy alegre, divertido y nadie vio algo raro, como si el Ricardo estuviera preocupado, o algo", Aníbal Muñoz, presidente del Sindicato de Trabajadores de la Línea 44

 

VEHÍCULO QUEMADO Y CADÁVER DESNUDO, UN HECHO TEÑIDO POR EL MISTERIO

Resulta que tras conocerse la información, la mañana del lunes 26 un halo de misterio cubrió todo tipo de certeza y se tejieron las más fantasiosas hipótesis en torno a lo que había sucedido. Y no era para menos. Ricardo fue visto por última vez con vida cerca de las 21:00 horas del domingo y sólo se supo de él hasta pasadas las seis de la mañana del lunes, cuando fue encontrado fallecido.

Este lapso no pasó inadvertido para la familia del chofer. Era tan poco habitual que no llegara “a la hora de siempre”, que de inmediato realizaron la denuncia por presunta desgracia en la Primera Comisaría de La Serena, por lo que personal de Carabineros ya se encontraba realizando labores de búsqueda cuando recibieron el llamado que alertaba del hallazgo del cadáver.

Y el impacto fue total cuando se revelaron los primeros detalles. Se aseguraba que el cuerpo estaba desnudo con varios golpes en la cabeza provocados por un objeto contundente a unos 10 kilómetros del vehículo que conducía, un Hyundai  Accent del año, el cual fue quemado por completo y abandonado en plena ruta. Sí, se trataba de un crimen sin precedentes en la zona y la tesis de un ilícito asociado a una “vendetta” o vinculado al tráfico de drogas cobraba fuerza, sobre todo porque en ese momento desde la Policía de Investigaciones no descartaron ninguna posibilidad debido a que las indagatorias recién comenzaban.

Desde Carabineros, el prefecto de Coquimbo, Luis Carrera, trató de bajarle el perfil a la situación, señalando que “se trataba de un hecho aislado”. Sin embargo, autoridades como el senador Jorge Pizarro vieron el hecho con suma preocupación y, en este caso, aseguró que ejemplificaba una eventual escalada de violencia que se estaría produciendo en la zona. “Estos acontecimientos sólo se veían a través de la televisión en otros países”, declaró.

 

UNA MUERTE LENTA
Si bien no se sabe cómo se produjo, ya está establecido que fueron dos golpes en la cabeza los que causaron la muerte de Ricardo García. Pero, claro, los efectos surgieron horas después, lo que no es poco habitual, según indicó el doctor José Luis Zúñiga, especialista y docente de la Universidad Católica del Norte. “Cuando existe un traumatismo craneano, lo que está adentro del cerebro que es como una jalea, se mueve y las alteraciones se producen en el tejido nervioso y también en los vasos sanguíneos y ahí está la diferencia. Si el golpe es tan fuerte que  sangra demasiado y se vacía la sangre rápidamente la muerte puede ser inmediata por la compresión que causa. Pero cuando ese sangramiento es más lento, o está ubicado en cierta parte del tejido encefálico va a pasar tiempo antes de que se empiecen a producir síntomas”, sostuvo el médico.  Zúñiga, además, explica que cuando el sangramiento en el cerebro no es inmediato, como habría sido el caso del colectivero, “se produce una cefalea severa que va en aumento en toda la cabeza y también se va produciendo un compromiso de conciencia que es lento. Es decir, la persona no se desmaya súbitamente sino que va perdiendo el conocimiento lentamente”, agregó el especialista.

 

HIJA DE LA VÍCTIMA: “ES FALSO QUE MI PADRE SE HAYA CONTACTADO CON NOSOTROS”

Esta semana se cumple un mes y el hermetismo ha sido la tónica. De hecho, el fiscal a cargo del caso, Eduardo Yáñez, consultado por diario El Día, manifestó que se trata de una investigación reservada por lo que no se pueden revelar detalles que entorpezcan las diligencias. Por ello el misterio ha crecido y pareciera que no existen avances.

En la familia han guardado silencio. Contactamos a una sobrina de Ricardo, quien pidió reserva de su identidad, pero aseguró que habían acordado que nadie hablaría con la prensa. Sin embargo, una de las hijas del colectivero rompió el silencio. 

Victoria García ha pasado las semanas más difíciles de su vida tras la muerte de su padre. No tiene noticias sobre el estado actual de la investigación, pero asegura que confía en el trabajo que está haciendo la Brigada de Homicidios de la PDI. “Sabemos que estas cosas a veces demoran, pero esperamos que pronto se sepa qué fue lo que pasó”, indica, cuando llegamos hasta la casa donde residía su fallecido padre.

Respecto a por qué han decidido no dar declaraciones a los medios, precisa que “se han dicho muchas cosas que no son verdad. Por ejemplo, que llamó a mi mamá un poco antes y que le dijo que ya venía. Todo eso es absolutamente falso”, aclaró escuetamente la joven. 

 

ARMANDO EL PUZZLE, LOS GOLPES FATALES

Pero, ¿la investigación realmente se encuentra en foja cero y sin avances? De acuerdo a la información recabada en exclusiva por diario El Día con fuentes al interior de las policías, la respuesta es no. Es más, en la Brigada de Homicidios ya tendrían prácticamente establecida la cronología de los acontecimientos que tuvieron lugar aquel trágico domingo por la noche, y existen dos personas que están siendo investigadas por su presunta participación en los hechos, las que ya fueron interrogadas por los detectives. 

Tras estas entrevistas, además del relato de otros testigos, y con la ayuda de las cámaras de seguridad, se conocería con precisión qué sucedió con Ricardo García, aproximadamente desde las 20:00 horas del domingo 25 hasta el día siguiente cuando fue hallado en la Parcela 63 de Altovalsol. 

Y no se trataría de vendettas ni mucho menos. Lo cierto es que el hecho que el cuerpo haya sido encontrado desnudo, a kilómetros de su casa, y que el vehículo haya sido quemado, se debe a circunstancias desencadenadas tras una serie de episodios que, aparentemente, nadie tenía planificados. 

Claro, el puzzle estaría armado casi por completo, y sólo faltaría dilucidar qué ocurrió entre las 21:00 y las 22:00 horas, lapso en el cual el chofer de la línea 44, en definitiva, habría recibido dos certeros golpes en la cabeza, los que a la larga causaron su deceso, según consta en la autopsia llevada a cabo por peritos del Servicio Médico Legal. 

 

LA GRAN INTERROGANTE: ¿QUÉ PASÓ ENTRE LAS 21:00 Y 22:00?

Recapitulemos. Antes del que se decía era un inédito y cinematográfico crimen, el protagonista, Ricardo, había tenido una jornada normal. Temprano salió desde su casa ubicada en Mercedes Cervello para iniciar su ruta habitual en la línea 44 donde trabajaba hace 15 años. 

“Él llegó normal acá ese día, como siempre. Era alguien muy alegre, divertido, y nadie vio algo raro, como si el Ricardo estuviera preocupado, o algo”, cuenta Aníbal Muñoz, presidente del sindicato de la línea de colectivos donde laboraba la víctima. 

Pero la desgracia cayó durante la tarde noche. Cuando ya se disponía a retornar a su hogar, una compañera le pidió que la fuera a dejar a su casa junto a su hija, a lo que Ricardo García accedió. 

En el intertanto, de acuerdo a antecedentes corroborados por fuentes que trabajan en la investigación, cuando ya eran cerca de las 20:30 horas, los tres se detuvieron en un local para tomar un café en donde habrían estado por alrededor de 30 minutos. Es en ese momento cuando se produce el vacío, el eslabón perdido de esta intrincada historia. Resulta que tras separarse de su colega a las 21:00, el hombre, quien debió haber vuelto a su hogar, emprendió otro rumbo, desconocido, y sólo se volvió a tener registro de él a las 22:00, cuando las cámaras de seguridad de un céntrico estacionamiento serenense lo captaron en momentos en que se aparcaba con alguna dificultad. Claro, según se registra en los videos, el automóvil habría venido zigzagueando y, de hecho, quedó mal estacionado. 

Es aquí donde surgen las interrogantes, y donde está centrado ahora el trabajo policial. ¿Qué hizo Ricardo García durante la hora en la que nadie lo vio?, ¿Por qué venía conduciendo de manera errática y se detuvo en un estacionamiento que estaba fuera de su recorrido habitual y que nunca utilizaba? En este punto las tesis también son variadas, y, tal como señalan desde la Brigada de Homicidios, nada puede descartarse. Sin embargo, todo indica que fue en ese intertanto cuando el hombre recibió la fatal agresión. Y claro, los golpes habrían hecho que ya no le fuese posible conducir, por lo que tomó la decisión de detenerse, aparentemente, para esperar hasta sentirse mejor y continuar su camino. 

 

LA VOZ DESCONOCIDA TRAS LA LLAMADA DE LA FAMILIA

Pero no se pudo recuperar. De acuerdo a lo que se apreciaría en el video al que tuvo acceso tanto PDI como Fiscalía, Ricardo, estando al interior del vehículo, tomó varias veces su teléfono celular, reclinó el asiento y en un momento simplemente dejó de moverse, según se puede ver en los registros.

Las horas pasaron y García continuaba tal cual, quieto y aparentemente fuera de peligro. De hecho, en algún minuto, tres sujetos se acercaron al automóvil, lo abrieron y estuvieron observando al chofer, quien no respondía a ningún estímulo. Fue uno de estos individuos quien se percató de que el teléfono del colectivero sonaba incesantemente y lo respondió. Del otro lado de la línea, un familiar alcanzó a oír la voz desconocida del sujeto quien colgó rápidamente para, minutos después, marcharse junto a sus dos acompañantes sin provocarle ningún daño al colectivero. 

Pero la noche no había terminado y el conductor continuaba inconsciente. No se sabe si dormido, o derechamente ya fallecido por los golpes recibidos entre las 21:00 y los 22:00, lo cierto es que no realzaba ningún tipo de movimiento. 

 

UNA LOCA NOCHE, NUEVOS PROTAGONISTAS ENTRAN A ESCENA

Fue a eso de las 03:00 de la mañana cuando se produjo el punto de inflexión en la historia. Claro, esta muerte no hubiese causado ni el revuelo ni la conmoción pública que finalmente se generó si a esa hora un joven de unos 20 años no se hubiese topado con el conductor totalmente inconsciente a bordo del auto. Pero el destino -si se cree- entrelazó sus caminos y el resultado fue el que todos conocemos.

De acuerdo a información obtenida por fuentes policiales, el joven se encontraba ebrio y aparentemente había consumido algunas sustancias cuando se acercó al automóvil en el que se encontraba Ricardo García. 

Merodeó el vehículo por algunos minutos, hasta que se decidió a abrir la puerta y, según declaró posteriormente a la PDI, vio al trabajador dormido y jamás se le pasó por la cabeza que podría estar muerto, pese a que lo más probable es que a esas alturas su corazón ya habría dejado de latir. 

Vio una oportunidad única, como caída del cielo para continuar su noche de fiesta, la que había comenzado ya hace varias horas. Pensando que el conductor se encontraba borracho y que no despertaría en lo inmediato, decidió llevarse el automóvil para continuar la juerga. 

Debía actuar rápido y, según afirman fuentes que tuvieron acceso a las imágenes de las cámaras de seguridad, realizó varios intentos para sacar a la víctima del asiento del conductor, lo que finalmente le resultó imposible, por lo que pidió ayuda. 

Con una frialdad que impresiona hizo parar a otro taxi colectivo que pasaba por el sector y le dijo a su chofer que tenía un grave problema: Su tío había bebido más de la cuenta y necesitaba trasladarlo al asiento trasero del automóvil para llevarlo a su casa. 

La mentira dio resultado. De buena fe, el conductor accedió a colaborar y entre ambos cargaron a Ricardo y lo acostaron en la parte posterior de la máquina para que continuara “durmiendo”. El trámite estaba hecho y ahora el individuo tenía un automóvil del año con el estanque lleno a plena disposición. 

Lo que vino después fue una noche de locura. El joven recorrió kilómetros, según declaró posteriormente, sin saber que llevaba un cadáver a bordo. Por ello no le dio importancia, y tras ir a recoger a otro amigo partieron al Barrio Inglés de Coquimbo a continuar con sus andanzas nocturnas. 

 

UNA TRÁGICA SORPRESA, OCULTANDO LA EVIDENCIA

La fiesta siguió y los dos jóvenes pensaban que era su noche de suerte. Sin embargo, cuando volvieron al automóvil para, de acuerdo al relato oficial que entregaron a los investigadores, ir a dejarlo donde lo encontraron, con conductor incluido, y retornar a sus hogares se dieron cuenta que el hombre que los había acompañado silenciosamente durante horas estaba muerto. 

Según declararon a los detectives de la Brigada de Homicidios, entraron en pánico y no supieron qué hacer. Claro, siempre fueron conscientes de que estaban haciendo algo malo, pero un homicidio era palabras mayores y ellos serían los principales sospechosos. Había que tomar una decisión. 

Tuvieron la oportunidad de entregarse y contar la verdad, pero optaron por el peor de los caminos: iban a tratar de ocultarlo todo bajo la alfombra y después actuar como si nada hubiese sucedido. 

Sin pensarlo demasiado emprendieron rumbo por la Ruta D 41 a bordo del Hyundai Accent, buscando un lugar donde abandonar el automóvil. Y es que, aparentemente, esa era la idea inicial. Dejarlo lejos con el cuerpo adentro y huir, pero en algún momento el plan cambió. 

Quisieron resguardarse aún más y claro, si el cuerpo estaba lejos del vehículo, en algo podían entrampar una posterior investigación. Por ello, al llegar a la parcela 63 de Altovalsol subieron por un camino de tierra interior, se estacionaron y echaron abajo el cuerpo de Ricardo García, cuyas ropas a esas alturas se encontraban totalmente rasgadas debido a los forcejeos para trasladarlo de asiento en asiento. Incluso, sus pantalones se le habían bajado producto de los fuertes tirones. De ahí nace aquel escabroso antecedente inicial que indicaba que el hombre había sido encontrado desnudo lo que inducía a pensar que el crimen tenía otras características, aquellas gansteriles que encendieron las alarmas. 

Una vez que dejaron el cadáver, abandonaron el lugar en el vehículo, pero pensaron que no era suficiente. Decidieron ir más allá en sus esfuerzos por ocultar la evidencia. Y es que, según se presume, a los sujetos no se les habría ocurrido nada mejor que prenderle fuego al automóvil para no dejar rastro. Tras ello, por supuesto, emprendieron la huida rumbo a La Serena, aparentemente en otro móvil propiedad de uno de los individuos. 

El resto de la historia es conocida. Un habitante del sector encontró el cuerpo, otro dio cuenta del incendio por lo cual tanto Carabineros como Bomberos concurrieron al sitio del suceso. Allí, personal policial verificó que se trataba de Ricardo García, por quien horas antes se había presentado la denuncia por presunta desgracia, y que el vehículo efectivamente era en el que este hombre trabajaba en la línea 44 que cubre el trayecto entre La Serena y Tierras Blancas. 

A partir de eso, la incertidumbre, el misterio, las hipótesis de todo tipo. En definitiva, las alarmas de que las bandas organizadas al más puro estilo de la mafia habían llegado a La Serena. Y claro, la escena del crimen invitaba a echar a andar la imaginación. Y sí, a  sentir temor, hasta ahora.

  

DILIGENCIAS CONTINÚAN

Así las cosas, lo que resta por resolver es qué sucedió durante la hora en que García no tuvo contacto con nadie conocido y recibió los golpes que más tarde le provocarían la muerte. Consultado al respecto, el jefe de la Brigada de Homicidios de la PDI, el subprefecto Jaime Rojo, admitió que el lograr reconstruir la dinámica de esos hechos ha resultado complejo debido a que no hay ninguna pista. Por lo mismo, se trabaja intensamente empadronando todo el sector que cubre el trayecto por el que eventualmente se desplazó la víctima desde que tomó el café con su compañera de trabajo hasta que se detuvo en los estacionamientos. “Muchas veces las personas tienen la sensación de que no hay avances, o que la PDI no está haciendo nada, pero la verdad es que si supieran cómo se trabaja y la cantidad de horas que se trabaja en este tipo de investigaciones se sorprenderían. Nosotros tenemos la historia bastante clara en relación a los acontecimientos que siguieron después de que el sujeto se llevó el auto con el cuerpo adentro, hasta que lo abandonaron en Altovalsol quemando el vehículo. De hecho, ya individualizamos y se entrevistó a todos los involucrados, quienes continúan siendo investigados. Lo que falta es establecer cómo se produjeron los golpes en la cabeza en las horas anteriores”, manifestó el policía. 

Y no se puede descartar nada. “El hombre tenía dos golpes en la cabeza, que habrían sido los que le provocaron la muerte. Ahora, estos golpes pueden haberse debido a una agresión de un tercero, a una pelea, una caída o a cualquier otra cosa. Eso es lo que estamos tratando de averiguar y hasta que no logremos resolver esta interrogante no vamos a cerrar la investigación”, concluyó Rojo, dejando claro que muchas veces el trabajo es silencioso, porque “así tiene que ser”, según afirma, para que “no se entorpezca la investigación”. Por lo pronto, aunque el puzzle está casi completo, todavía falta poner la última pieza que devele con certeza qué fue lo que le pasó en esa “hora perdida”, que marcó el destino de Ricardo García.

El automóvil apareció totalmente calcinado a un costado de la Ruta 41, en el sector de Altovalsol, y personal policial concurrió de inmediato a efectuar las pericias correspondientes. 

 

 

CRONOLOGÍA

Domingo 25 de junio, 20:00 horas 

Ricardo García termina sus labores y se alista para retornar a su domicilio en calle Mercedes Cervello en La Serena.  Lleva a una compañera de trabajo y a la hija de ella.

Domingo 25 de junio, 20:30 horas

El colectivero se detiene con sus acompañantes en un café donde comparten por media hora. 

Domingo 25 de junio, 21:00 horas

El conductor se separa de sus acompañantes y emprende rumbo desconocido. No se tiene registro de sus acciones hasta una hora más tarde. 

Domingo 25 de junio, 22:00 horas

Las cámaras de seguridad de un estacionamiento captan la llegada de García conduciendo con dificultad y zigzagueando.  Un grupo de sujetos se le acerca, pero no le hacen daño. 

Lunes 26 de junio, 03:00 horas

Un joven se acerca al vehículo y encuentra al colectivero inconsciente. Decide trasladarlo a la parte trasera y se va en el automóvil a juntarse con un amigo. 

Lunes 26 de junio, 05:00 horas

Los jóvenes se habrían dado cuenta de que el hombre que llevaban en la parte trasera estaba muerto. 

Lunes 26 de junio, 06:00 horas 

Abandonan el cuerpo en la Parcela 63 de Altovalsol y queman el vehículo cerca del lugar. 

 

“INVESTIGACIÓN RESERVADA”
Uno de los puntos que ha llamado la atención, a casi un mes de iniciarse la investigación, fue el hermetismo. Pero, según explica el fiscal regional Adrián Vega, esto no es algo poco usual. De hecho, por ley todas las investigaciones deben mantenerse en reserva. “La investigación penal siempre es secreta para terceros ajenos al procedimiento. Los no ajenos son el fiscal, el defensor, los imputados, el querellante y la víctima. Entonces, en rigor no debiese conocerse el contenido explícito de la carpeta de investigación por nadie más. Inclusive, la ley nos permite decretar secreto de investigación prohibiendo a los intervinientes conocer de ella en determinadas situaciones. Ahora, no es un secreto absoluto que hay una serie de situaciones en que al imputado no se le puede privar de la información sobre diligencias en las que haya participado”. Además, Vega manifestó que específicamente en el caso del colectivero, en ningún momento se había decretado una reserva especial. “En esta situación no se aplicó ninguna medida extraordinaria, sólo se aplicó la ley que indica que se debe mantener reserva de ciertos procesos y diligencias concretas”, puntualizó.



ZONA DE DEBATES



“El hombre tenía dos golpes en la cabeza, que habrían sido los que le provocaron la muerte. Ahora, estos golpes pueden haberse debido a una agresión de un tercero, a una pelea, una caída o a cualquier otra cosa”. Jaime Rojo, jefe de la Brigada de Homicidios de la PDI.



“Cuando ese sangramiento es más lento, o está ubicado en cierta parte del tejido encefálico va a pasar tiempo antes de que se empiecen a producir síntomas después del golpe”.  José Luis Zúñiga, médico especialista de la UCN.



“En esta situación no se aplicó ninguna medida extraordinaria, sólo se aplicó la ley que indica que se debe mantener reserva de ciertos procesos y diligencias concretas”. Adrián Vega, fiscal regional.

 

 

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