Fue en el año 2014 cuando el Gobierno definió una nueva estrategia para combatir el tráfico ilícito de drogas. Hasta ese momento el foco estaba puesto más que nada en el narcotráfico y en desbaratar a las grandes bandas criminales. Sin embargo, se detectó que en las poblaciones la inseguridad de los barrios era provocada en gran medida por la venta en pequeñas dosis, por lo que se decidió atacar también de manera organizada el microtráfico. Así nació el Plan Microtráfico 0, a cargo de la Policía de Investigaciones de Chile.
A un año y medio de su puesta en marcha, el jefe nacional del Plan, el subprefecto Mauro Mercado realizó un balance y valoró positivamente la labor policial.
-¿Tras un año y medio, cuál es la evaluación que hace de Microtráfico 0?
“Bueno, la evaluación es positiva. Hemos cumplido todas las metas ambiciosas que se puso la PDI, porque nuestra principal preocupación es la ciudadanía, darle respiro de este fenómeno que está en muchas de nuestras poblaciones. Queremos sacar de circulación a estos pequeños traficantes que ensucian muchas veces el normal funcionamiento de una comunidad y en ese ámbito nos hemos fortalecido bastante con un trabajo muy serio y muy profesional. Con muchos periodos de entrenamiento para nuestro recurso humano, y una inversión muy fuerte del Ministerio del Interior para dotar a nuestros equipos con distintas tecnologías y también con un trabajo muy coordinado con el Ministerio Público, con el que hemos hecho un despliegue importante de esfuerzos”.
-Y en la Región de Coquimbo, en particular, ¿el balance también es positivo?
“Por supuesto, esta semana hemos visualizado y han expuesto los alumnos parte del equipo de MT-0 y han contado las operaciones en las que han participado y tenemos operaciones muy potentes en la zona, que han sacado de circulación incluso a microtraficantes históricos, que en este minuto están presos. Además, tenemos la valoración que hace la ciudadanía de nuestro trabajo, donde, según las encuestas que han salido, nos sitúan en el segundo lugar luego de las radios en cuanto a confiabilidad. Eso también dice mucho de cómo se percibe nuestro trabajo”.
-¿E influye también en la percepción de inseguridad? El que haya menos microtraficantes hace que la gente se siente más segura…
“Bueno, por supuesto que nosotros cuando diseñamos este modelo de trabajo, que fue en el 2014, una de nuestras ventanas de trabajo fue, primero, identificar por qué se producía la inseguridad y una de las principales razones por las cuales se produce la inseguridad es la existencia de estos puntos de venta de droga, que se enquistan en algunas poblaciones y que también atraen fenómenos criminológicos adyacentes, por ejemplo, se producen robos para comprar droga, se quitan la droga entre bandas rivales, hay enfrentamientos armados que dañan a otras personas, por lo tanto el poblador común, de esfuerzo, que se levanta todos los días a trabajar, por la tarde tiene que están encerrado en su casa porque algunos lugares se han tornado un poco peligrosos”.
-Hasta la puesta en marcha del plan, ¿la gran deuda era el combate a los microtraficantes?
“El trabajo tiene que abarcar todo. Esto es una cadena, nosotros tenemos visualizada la pirámide del narcotráfico donde en la parte superior de la pirámide están los grandes capitales que generan el tráfico, que está siendo abordada también por una unidad especializada de la jefatura nacional antinarcóticos. La parte media de la pirámide, que es donde está el narcotráfico, está siendo abordada por unidades que están en todo Chile, y el objetivo es que no llegue la droga a las poblaciones. Y en la parte más baja de la pirámide estamos nosotros, con el fenómeno del microtráfico. Creo yo, con toda mi experiencia de 25 años en el tema del tráfico de drogas, que el fenómeno del microtráfico genera mayor inseguridad y mayor violencia que el narcotráfico, que muchas veces está en una parte muy superior que el poblador no alcanza a ver”.
-Pero el que haya un grupo focalizado en el microtráfico no quiere decir que hayan descuidado el tráfico en mayores cantidades…
“No, de hecho, como te decía, todas las caras del tráfico están siendo abordadas. Lo que pasa es que ahora, con este plan, el microtráfico está siendo combatido con la misma fuerza con la que estamos combatiendo el narcotráfico, con la misma cantidad de recursos humanos, y con la misma cantidad de recursos logísticos y tecnológicos. Esa es la mirada que le quiso dar la PDI, que todos los trabajos son importantes, porque si atacamos estas pequeñas organizaciones barriales, evitamos que se conviertan en grandes organizaciones. Nosotros lo cortamos cuando está naciendo, para que no se desarrollen como una gran organización”.
-Se habla del combate en las poblaciones, ¿pero qué pasa con los barrios bohemios de las ciudades, en donde también se da mucho la venta en pequeñas cantidades?
“Sí, a eso también apuntamos nosotros, porque lo primero que se realiza al momento de trabajar un diagnóstico jurisdiccional de la comuna, es ver dónde están radicados los puntos de venta y distribución de drogas en pequeñas cantidades. Una de las preocupaciones fundamentales para nuestro personal de acá son los locales comerciales, diurnos, y nocturnos, porque tenemos microtraficantes también operando en esa zona. De igual manera, en coordinación con el Ministerio Público se efectúa una investigación con respecto a eso. Si no fuera por esa investigación, no podríamos detener ni acreditar el delito, porque al final las personas terminan argumentando que es para su consumo personal, por lo tanto, de un delito pasa a ser una falta. Por eso, si lo investigamos, claramente esa persona va a ser sometida a un proceso”.
-Pero muchas veces se dice que pese a que se les detiene, los microtraficantes quedan libres a los días después. ¿Hay un problema estructural en el sistema que permite eso?
“Bueno, nosotros trabajamos en base a las leyes establecidas en nuestro país. Y en ese sentido no tenemos mucho que decir, ya que el delito de microtráfico tiene unos niveles de condena establecidos y existen las medidas cautelares, si a una persona se le somete a proceso. Claro que para que comience un juicio, pueden pasar un par de meses en lo que dura la investigación, y esa persona puede pasar esos meses en libertad, con alguna medida cautelar. Pero es efectivo, esa persona va a volver a la población donde vendía. Ahora, lo que nosotros buscamos y perseguimos es la reincidencia criminal, es decir, que si nosotros investigamos a una persona que queda con medidas cautelares antes de comenzar un juicio, y si comete algún delito en este intertanto, nosotros vamos a volver a detenerlo, y obviamente su condena será mayor, si es condenado”.