• Desconocidos rompieron la ventana e ingresaron al lugar para robar especies de valor.
Crédito fotografía: 
Andrea Cantillanes
En dos oportunidades individuos desconocidos vulneraron la seguridad de las ventanas, ingresando a las dependencias de la institución para sustraer diversos artículos de valor, con los cuales treinta adultos con discapacidad mental realizan talleres para desarrollo personal e integración social.

Preocupados y con impotencia se encuentran los trabajadores del taller protegido Unpade en La Serena, luego de que esta semana sufrieran dos robos en sus dependencias a manos de desconocidos que con diversas herramientas han vulnerado la seguridad sustrayendo diversas especies de valor.

Unpade es una institución sin fines de lucro que ayuda a adultos con distintas discapacidades mentales a desarrollarse e integrarse en la sociedad, una vez que egresan de los establecimientos educacionales cuando sobrepasan los 26 años de edad.

En este escenario, y al no tener una subvención estable del Estado, han tenido que subsistir con sus propios medios para dar el servicio a más de 30 usuarios que pasan la mayor parte del día en la institución, donde reciben alimentación completa y realizan distintas actividades.

"No tenemos un apoyo gubernamental estable, funcionamos con el apoyo de la comunidad y amigos, hemos hecho un sacrificio que no podemos entregárselo a estos delincuentes". Zenobia Anais, presidenta Unpade.

Es por esto la decepción y frustración, explica su presidenta Zenobia Anais, quien señala que ya no sabe qué hacer para frenar los ilícitos y seguir funcionando con normalidad.

El pasado martes al llegar a al lugar se encontró con que desconocidos habían sacado uno de los barrotes de la reja de la ventana, y rompiendo el vidrio, ingresaron a las dependencias para sustraer un televisor LCD y comida desde las despensas, “acá si se roban un paquete de fideos nos afecta muchísimo, estoy indignada porque la inseguridad es tremenda”, comentó.

Además, asegura que cada día al llegar se encuentran con personas durmiendo en el frontis de las oficinas, lo que genera constantes problemas de inseguridad, “los niños llegan con miedo, yo los despierto y les digo que se vayan, pero después vuelven”, agregó.

30 adultos con discapacidad mental se atienden en Unpade La Serena.

Llamó a Carabineros y reparó la protección en las ventanas principales, pero nuevamente se encontró con sorpresas cuando este jueves al llegar a su oficina la encontró completamente desordenada, y nuevamente faltaban objetos de valor, como un proyector y un parlante con los que realizan sus talleres.

Decepcionada, comenta que ya no sabe qué hacer para detener los delitos, “me siento angustiada, porque puede volver a suceder. No tenemos un apoyo gubernamental estable, funcionamos con el apoyo de la comunidad y amigos, hemos hecho un sacrificio que no podemos entregárselo a estos delincuentes que vienen a vulnerar los derechos de las personas”, señala Zenobia. 6301

 

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