• Rolando Calderón:“Para lograr la reconciliación hay que conocer la historia real  y no los inventos”
    Rolando Calderón:“Para lograr la reconciliación hay que conocer la historia real y no los inventos”
El exministro de Agricultura del expresidente Salvador Allende cree que los jóvenes necesitan saber qué fue lo que ocurrió el 11 de septiembre de 1973 para ello reconoce que hay que contar la historia sin omisiones

Si bien Rolando Calderón tendía tan sólo 28 años en 1973 su liderazgo político lo convirtió en uno de los ministros más jóvenes de la Unidad Popular. El expresidente Salvador Allende lo asignó en una de las carteras más difíciles de la época: El Ministerio de Agricultura.
El exgobernador de Elqui fue una de las figuras políticas que se la jugó hasta el final por la opción del plebiscito para evitar el golpe de Estado.
Calderón recuerda que cerca de las ocho de la mañana del 11 de septiembre de 1973 el expresidente Allende lo llama por teléfono para solicitarle que abandone el hogar porque los militares habían llegado a la capital a concretar el golpe de Estado, orden que no cumplió. Ese ímpetu por defender el gobierno del expresidente lo llevó a colocar en peligro su vida, ya que en 1973 fue víctima de un atentado, donde lo balearon en la cabeza.
A cuarenta años de aquellos acontecimientos que marcaron su carrera política y vida familiar cree que es posible encontrar la reconciliación y unir a un país que ha estado dividido desde hace cuatro décadas.
-¿Pero existe voluntad?
“Para lograrla hay que conocer la historia real y no los inventos, porque la dictadura se encargó de distorsionar los hechos históricos. Por ello es interesante lo que está ocurriendo hoy donde los jóvenes quieren conocer la realidad y los medios se abrieron hacia una reflexión política. Esto genera que existan las bases para una reconciliación”.
-¿Cuánto tiempo debe pasar para que llegue la reconciliación?
“Hace falta otro gobierno democrático. Si Michelle gana se podría lograr eso, pero no con una derecha arrogante, que pisoteó los derechos humanos, que sesgó la vida de tanta gente noble y que mandó al exilio a tantas personas”.
-¿Cree en el perdón que estarían solicitando algunas figuras de la derecha?
“Pero si ni acompañaron al Presidente Piñera (ayer) como voy a creer. Este acto (11 de septiembre) lo hizo fracasar la derecha”.
-¿Sin justicia no hay perdón?
“Tiene que haber justicia. Un gobierno nuestro puede lograr eso y crear las condiciones para reconciliar al país”.
-¿Cuál es el mea culpa que debe hacer la actual oposición?
“No haber creado una fuerza social capaz de impedir el golpe. No sólo fue Pinochet quien derrocó a Allende hubieron fuerzas más poderosas como EE.UU.”.

UNA DIFÍCIL JORNADA… -¿Faltó fuerza para buscar una salida alternativa?

LA FRASE

Él nunca renunció al diálogo. Pero hay que reconocer que se necesitaba una alianza muy amplia para concretar los cambios que se estaban produciendo

“Allende por su formación democrática trabajó en la idea de un plebiscito y si él perdía renunciaba. Por mi cargo de secretario general de la CUT hice gestiones internacionales para que el mundo entendiera que podía existir otra salida a la situación chilena, específicamente por un plebiscito”.
-¿Traicionaron a Allende?
“Evidente que sí y como el mismo decía me traicionaron algunos generales. Le costó comprender el comportamiento de algunas personas, sobre todo con aquellos que compartía todas las tradiciones democráticas de Chile. Nadie puede desconocer la profunda vocación constitucional democrática de Allende”.
-¿En qué minuto cambia el eje del país que termina en un golpe de Estado?
“Él nunca renunció al diálogo. Pero hay que reconocer que se necesitaba una alianza muy amplia para concretar los cambios que se estaban produciendo y para eso luchó y trabajó. Por ello hasta el último instante se la jugó por un plebiscito, porque quería evitar la guerra civil. Ahora he escuchado a algunos políticos queriéndose adueñar de esa idea, pero fue Allende quien propuso esa consulta ciudadana. Inclusive, se la propuso a los partidos y a los trabajadores”.
-¿No estaban todos convencidos?
“Como en esos tiempos era el segundo hombre al mando de la CUT me reuní con algunos dirigentes del movimiento sindical mundial para comentarles que la única salida que existía en esos momentos era el plebiscito, pero para eso había que apoyarlo y convencer a la democracia cristiana que era necesario su utilización. Creo que existe un discurso mío referente a ese tema”.
-Desde ese punto de vista ¿era evitable el golpe de Estado?
“Sí, pero se necesitaba grandeza de parte de todos los partidos y dirigentes de la época y la no traiciones de algunos militares como lo hizo Pinochet. Estuve en más de una oportunidad con él y se manifestaba como constitucionalista.
“Allende estaba dispuesto a someterse a la opinión pública, si perdía renunciaba y se buscaba otro camino. Pero los militares adelantaron su accionar, porque sabían que el Presidente anunciaría el ejercicio democrático. El golpe era evitable”.
-¿Los mismos partidos de gobierno (de aquel entonces) fallaron en el cauce del país?
“Pudo haber gente que creó situaciones que no estaban bajo la línea del mandatario”.
-¿Durante 11 de septiembre se logró contactar con Allende?
“Sí. Él me llamó a las ocho de la mañana, porque tenía confianza a mí. Recuerdo que me avisa lo que estaba sucediendo, de inmediato le digo que nos tomaremos las fábricas para evitar el golpe. Ante lo cual me pide que no hagamos nada porque nos pueden masacrar. Inclusive, me pidió que saliera de mi casa”.
-¿Fue la única llamada que recibió?
“No. Sus asesores me pidieron que los ayudara a sacarlo de La Moneda (sin que él lo solicitara). Hicimos las gestiones, pero no fue posible porque las fuerzas militares habían avanzado muy rápido por Santiago”.
-¿Cuándo lo detienen?
“Poco antes de fin de año, estuve cerca de tres meses y medio preso. Eso me dio tiempo para reunirme con mis compañeros del partido y discutir la autocritica de la Unidad Popular.
“Antes que me detuvieran sufrí un atentado, me dispararon en la cabeza. Si bien primero se informó que había sido producto de un enfrentamiento entre nosotros, pero después el hecho fue reconocido por Manuel Contreras. Ahí señaló que me ocurrió esto, porque era un dirigente de la CUT y el tercer hombre en el Partido Socialista”.
-¿Cómo se salva?
“Estuve muy poco tiempo, porque hubo un movimiento internacional muy fuerte exigiendo que me liberaran. Sé que vinieron muchos médicos para tratar de salvar mi vida. La presión de ellos permitió que ingresara un especialista civil a la operación. Después de eso me seguí operando en otros países, porque estaba exiliado”.
-¿Cuándo retorna al país?
“Un mes antes del plebiscito, aunque ingresé clandestinamente dos veces. Alcance a estar en un acto en el sur, porque mis últimos años los pasé en Argentina. Ahí creé la Casa del Pueblo, donde llegaban todos los chilenos. Era como una embajada alternativa. Recuerdo que el canciller argentino de esa época luchó mucho por mi entrada al país”.
-¿Creía en el plebiscito?
“Luché mucho por eso. Por eso cuando supe que Fidel Castro asistiría al cambio en Ecuador viajé hasta allá para solicitar una audiencia, porque sabía que era el único que podría convencer al Frente Patriótico Manuel Rodríguez de apoyar al plebiscito. Me costó llegar hasta él debido al equipo de seguridad, pero la ‘Tencha’ me ayudó a concretar la cita”.
-¿Qué le respondió?
“En esa reunión le señalé que las fuerzas del FPMR estaban perjudicando esa vía, porque estaban en otra postura y que sólo él podía ayudar a concretar esa salida. A lo que él me respondió que sabía que una consulta ciudadana era la única alternativa, por ello no dudó en realizar algo.
“Después de esa reunión convocó a una reunión donde participaron varios líderes políticos del país. Eso generó que se apoyará con más fuerza el plebiscito”.
-¿Temió a que no se reconociera el triunfo?
“Se demoraron. Pero era mucha la presión. Por ello finalmente terminaron reconociendo”. 

 

Autocrítica

••• El exministro de Agricultura reconoce que faltó voluntad política para frenar el inminente derrocamiento del gobierno de Salvador Allende, por ello señala que fue una derrota política. “Se redactó un documento donde se señalaba que la derrota no era militar sino que política. Faltó fuerza para apoyar el proyecto de gobierno. Nosotros sabíamos que para detener el golpe se necesita de mucha fuerza, de apoyo internacional que impida el baño de sangre”. 

 

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