En 1988 Renán Fuentealba llevaba 5 años en Chile luego de haber retornado al país en septiembre de 1983 tras cerca de una década de exilio. Con el paso de los meses se recluyó en Tongoy y abrió una oficina de abogado en La Serena.
Desde la capital regional comenzó a articular lo que había desplegado, sobre todo en encuentros en Colonia Tovar, y que a su juicio fue el inicio del ex conglomerado oficialista. A sus 101 años lo remarca con fuerza. “La Concertación en la que participé en el extranjero era amplia y sin restricciones. Desde democratacristianos a comunistas y como lo he repetido otras veces, la Concertación nació en una reunión en Venezuela en Colonia Tovar. La idea era determinar qué íbamos a hacer en el futuro porque todos estábamos de acuerdo que había que unirse para recuperar la libertad y eso se llamó Concertación”.
-En ese tiempo (1976-1977) estimaban que se podía sacar al General Augusto Pinochet a través de un plebiscito o era muy ingenuo pensarlo?
“No sabíamos cómo lo íbamos a sacar, pero sí estábamos consciente que debíamos luchar para que los militares llamaran a elecciones, lo cual era una ingenuidad nuestra, porque eso no pasó (sólo ocurrió en 1988). Pero, sí el objetivo era recuperar la democracia”.
-En las reuniones en el exilio, ¿cuánto tiempo se fijaron para recuperar la democracia?
“Nosotros nos fijamos la meta de recuperar la democracia. No sabíamos cuánto tiempo nos íbamos a demorar. Pero, esa reunión (de exiliados en Colonia Tovar) fue muy importante, porque permitió la unión del Partido Socialista que estaba dividido entre Almeyda (Clodomiro) y Aniceto Rodíguez y ahí se juntaron”.
-¿Una vez que retorna a Chile en 1983, advirtió que la esperanza que despertó la reunión en Venezuela se diluyó con el tiempo?
“En Chile estaban en lo mismo, antes de 1988 se había firmado el acuerdo nacional convocado por la iglesia. También había un movimiento interno y estábamos de acuerdo en lo fundamental que era la necesidad de recuperar la democracia, por lo que no fue difícil que la gente se reuniera porque el ambiente ya estaba maduro”.
-¿Cuando ocurre el atentado al General Pinochet en 1986 advertía que se truncaba y retrasaba el regreso a la democracia?
“Ese atentado que se frustró, en ese momento fortaleció a Pinochet porque la gente estaba con la persona más débil, caída y al General casi lo matan. Eso fue contra producente”.
CONTINUANDO CON LA LUCHA
-¿Estando en Chile se convenció que a través de un plebiscito como fue el SI y el NO se podía realmente terminar con el Gobierno Militar?
“Nosotros trabajamos por eso con mucha fe, hubo un movimiento gremial y muchas protestas en todo el país, por lo que teníamos la esperanza que le podíamos doblar la mano a los militares para que dejaran el poder y llamaran a elecciones y volver a la democracia, creíamos en eso y era nuestra esperanza”.
-¿Se convenció que inscribiéndose en los registros electorales y participando en el plebiscito del 5 de 1988, era el camino?
“Teníamos mucha fe en que íbamos a ganar, como lo hicimos finalmente”.
-¿Temió que el General Pinochet desconociera los resultados y siguiera en el poder?
“Naturalmente que sí, todos sabemos que hizo el intento de desconocer”.
El 5 de octubre de 1988 Fuentealba Moena sufragó en La Serena y de inmediato se dirigió a la sede partidaria a esperar los resultados. Aún recuerda que había satisfacción luego que los cómputos eran favorables. “Pero, nerviosos porque sabíamos de los rumores de que había maniobras para impedir y tergiversar el resultado de la elección. Pero, estábamos confiados en que el triunfo se impondría al final”.
EL PAPEL CLAVE DE LA DC
-¿Luego del triunfo del NO, la pugna en la DC estuvo por quien sería la carta presidencial y con ello de la Concertación?
“En general no hubo discrepancia en la Concertación y era muy razonable porque todos los opositores estaban abiertos a que fuera una persona que les diera confianza y que tuviera la chance de ganarle a Pinochet y esa persona no era otra que un demócrata cristiano. El que menos resistencia tendría en la sociedad civil, sobre todo de los cuerpos armados”.
-¿Gabriel Valdés era la persona que debió encabezar ese proceso, sobre todo porque lideró el descontento y las protestas en la década de los ‘80 ?
“Fue una figura fuerte, pero no tan fuerte como Aylwin (Patricio). No lo veía haciendo giras por todo el país o durmiendo en cualquier parte, pese a que yo era partidario de él y voté por él en la Junta Nacional”.
-¿Estaba consciente de la reacción que provocaría en los partidos de izquierda la nominación de Patricio Aylwin, principalmente por el recuerdo de su figura en el Golpe de Estado?
“Pero, lo aceptaron encantados. Con Aylwin (Patricio) se entendieron perfectamente bien”.
-¿Con el tiempo se criticó que el costo para retornar a la democracia fue demasiado alto porque, además, los militares siguieron teniendo una fuerte influencia?
“Pero, de qué otra forma se podría haber actuado, la Concertación no lo podía hacer por medio de la violencia, porque nosotros éramos partidarios de la oposición democrática”.
ALEGRÍA HISTÓRICA
-¿Qué significó en lo personal el triunfo del NO el 5 de octubre de 1988?
“Una gran alegría, sobre todo por la gente que estaba exiliada y con la esperanza de volver. Uno vivía con cierta nostalgia al estar fuera de la patria y el saber que no podía ingresar. Fue una alegría el hecho de que terminaría la dictadura que no pudo ser más sangrienta y violenta como lo indicó el el General Prats (Carlos)”.
-¿Temía que el General Pinochet se presentara como candidato presidencial en 1989, a pesar de haber perdido el plebiscito?
“No había duda, por eso mataron a Frei (Eduardo), quien era el líder indiscutido”.
-¿Cómo enfrentó que en su momento se la DC dijera que el PC no debía estar la celebración del NO?
“Había distintos puntos de vista en el método para terminar con Pinochet, pero después los comunistas trabajaron no por la violencia, sino que por el NO. Es por ello que en esta ceremonia deben estar todos los chilenos para que manifiesten su adhesión y alegría por volver a la democracia y el repudio a los gobiernos dictatoriales, violentos, sangrientos como fue el del General Pinochet”.
El triunfo de la democracia
-¿Hoy día el Presidente Sebastián Piñera está complicado porque si bien él votó por el NO gran parte de sus ministros estuvieron por el SI?
“No conozco lo que pasa en La Moneda, pero no vamos a celebrar a Pinochet (Augusto), sino que el triunfo de la democracia y que significó que él tenía que salir, aunque después no se fue rápidamente (risas). Pero estoy viendo que las cosas se están llevando bien armoniosamente y me gustaría que en el futuro, tanto la oposición como el Gobierno, pudieran colocarse de acuerdo en un programa mínimo que resolviera problemas fundamentales de Chile, apoyados por todos. Pero, eso no va a suceder porque los comunistas no aceptaran”.