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Lautaro Carmona
Durante la última edición del foro Voces Al Día, en el que participó Rubén Quezada (presidente regional del Colegio médico), Loreto Ibarra (Fundación La Minga), Blanca Díaz (Movimiento Social Salud Digna Para Todos), y Carlos Guajardo (dirigente locomoción colectiva), hubo diferencias respecto a cómo se recupera la paz social y al actuar de Carabineros. Sin embargo, todos coincidieron en que se requiera un actuar más decidido por parte del ejecutivo para dar soluciones frente al estallido social.

A más de 40 días del estallido social, todavía no hay soluciones y pese a los intentos del Gobierno, la gente no está conforme con las respuestas a las demandas. En el intertanto, se ha desatado una escalada de violencia la que, se pensaba, se vería mitigada en parte tras el Acuerdo por la Paz y una Nueva Constitución anunciada por el Congreso nacional, en la que se llama a un plebiscito en el mes de abril para que sean los propios ciudadanos los que decidan si quieren una nueva carta fundamental y de ser así, qué metodología quieren utilizar para elaborarla.

Pero todo se ha entrampado. Las divisiones de siempre vuelven a la palestra y la paz social parece estar lejos de recuperarse. De hecho, a estas alturas las fuerzas policiales han reconocido estar superadas por los manifestantes violentos y a la vez, seriamente cuestionados tras dos informes de organismos internacionales que concluyen que han vulnerado los derechos humanos.

El escenario local también es complejo. A modo de ejemplo, la noche del martes la ciudad de La Serena vivió una de sus jornadas más violentas luego que saquearan tanto las dependencias de la Seremía de Educación como el hotel Costa Real. Una vez más nos hicimos la pregunta, ¿cómo salimos de esta crisis? Aquello se lo planteamos a los participantes de una nueva edición del foro de debate Voces Al Día, el que  contó con diversas posturas respecto a diferentes aristas del estallido social.

Una jornada negra

El debate comenzó con el análisis de los disturbios en la ciudad que vienen siendo reiterados, día tras día, sobre todo durante las tardes. En ese sentido, Loreto Ibarra de la Fundación La Minga (cooperación Humana en libertad), expresó no le parecía sorpresivo, por ejemplo, lo que sucedió el día martes. “Creo que cada día estas personas se superan más. A mí me tocó ver la manifestación (del martes) y da mucha tristeza ver a gente arrancando con cosas de Sodimac, o saliendo con cosas del hotel. Yo lo vi directamente y no me parece nada de sorpresivo ni espontáneo, acá hay una organización y alguien se tiene que hacer cargo (…) Y si las marchas no son autorizadas están incumpliendo lo legal”, sostiene.

Admite que efectivamente hay gente que “con muy buena intención va a marchar”, sin embargo, dice, es constante que también se vea gente que “va derechamente a delinquir. Eso lo hemos visto todos y lo estamos sufriendo todos los ciudadanos, todos los días”, expresa.

El presidente del Colegio médico regional, Rubén Quezada también condenó lo sucedido. “Yo acabo de pasar por ahí y es absolutamente lamentable. Da pena, rabia, tristeza, impotencia, sobre todo cuando ya veníamos con una experiencia bastante traumática que tiene que ver con el ataque al hospital de Coquimbo”, manifestó.

Pero hizo la diferencia, y llamó a ser claros en los términos. “Aquí delincuencia es delincuencia, vandalismo es vandalismo, y saqueo es saqueo. Eso es muy distinto a lo que significa una protesta, una lucha o una reivindicación. No hay que poner todo en el mismo saco porque se generan discusiones”, precisó.

Por su parte, Blanca Díaz, de la organización Salud y Dignidad, hace una análisis del origen de la violencia y asegura que en cada una de las personas que cometen desmanes, hay historias llenas de faltas de oportunidades. “Yo no avalo la delincuencia, no avalo el vandalismo, pero las autoridades de la sociedad son las responsables de tomar las medidas y las sanciones para evitar todo esto (…) Me llama la atención cómo se desvirtúa tan fácil el derecho a manifestarnos. Esto lo desvirtúa la gente que trata de llevar esto sólo al tema del vandalismo y delincuencia, porque nos acostumbramos a criticar la consecuencia pero no analizamos el origen. El estallido tiene un origen y el origen es tanta injusticia social”, indicó.

Puso como ejemplo un caso que le tocó ver durante las últimas semanas de manifestaciones. “Como defensora de la infancia he visto muchos casos de familia, defendiendo a niños abusados, y el otro día pasé por una manifestación que ya estaba tomando caracteres violentos y uno de los niños que estaba ahí, yo lo ayudé en tribunales, donde nunca llegó la prueba biológica de la persona que había abusado sexualmente de él, y su violador quedó en libertad. Eso plasma el descontento, por eso, como defensora de la infancia no puedo criticar, y no puedo decir que todos son vándalos. Obviamente que aquí hay aprovechamiento, obviamente que hay delincuentes, pero lo más urgente es escuchar las demandas”, expresó.

Carlos Guajardo, presidente de la línea 71 de colectivos, trabaja justo en el epicentro de los disturbios, en la Avenida Francisco de Aguirre, y hace una clara distinción entre las marchas del día y las de la tarde. “En las marchas de la mañana casi toda la gente se conoce, entonces no se puede infiltrar nadie, pero las marchas de la tarde no organiza nadie. Se juntan nomás y ahí viene de todo. Y vienen preparados, vienen con bidones, con todas las cosas, con capuchas. Entonces, si vienen así, no vienen a manifestarse por algo”, cuenta, quien desde el principio ha sido testigo de las marchas.

Sistema perverso

La aseveración de Blanca Díaz respecto a que los manifestantes violentos eran víctimas de un sistema perverso, no fue compartido por Loreto Ibarra, quien aseveró que la desigualdad no era sinónimo de violencia. “El sistema es injusto con muchas personas, y no necesariamente son delincuentes. Yo pienso que la labor de la familia que está un poco olvidada, que está un poco delegada a otros, es fundamental para que esos jóvenes no se conviertan en delincuentes”, afirmó.

También le respondió a Díaz respecto a su aseveración de que “llevábamos 46 años callados”, en ese sentido dijo que “yo nací en el 80 y ahí sí que no podía opinar sobre nada. Eso es muy distinto a la realidad de los jóvenes de ahora, por lo que decir que estábamos callados no es real. Tenemos más posibilidad de manifestarnos que la que tuvieron nuestros padres”, insistió.

Los derechos humanos

Los dos recientes informes respecto a los derechos humanos también fueron tema de discusión y Loreto Ibarra señaló de frentón que ambos –los que cuestionan el actuar policial- tenían un sesgo político, aunque había que esperar las resoluciones de la justicia.

Rubén Quezada del Colegio médico, expresa todo lo contrario. Manifiesta que en primeros términos existen pruebas de que los daños a las personas han sido producidos por agentes del estado. “Cuando tú vez a una persona que se le arroja una bomba lacrimógena en el rostro, cuando tú extraes de un globo ocular un balín que concuerda con las armas que están siendo utilizadas por los carabineros, es bastante propio señalar que está existiendo un excesivo uso de la fuerza”, expresó el doctor.

Agregó que, además, el número de heridos también era una evidencia. “Cuando tú vez que el número de heridos en las protestas supera y rompe todos los récords internacionales y cuando en los primeros 20 días de estallido social se producen más heridos con daño ocular que el que se ha producido en los últimos seis meses en la Franja de Gaza, uno puede concluir que el nivel de fuerza que se está ocupando, no es proporcional”, sostuvo.

Consultada Blanca Díaz, respecto a si no era “injusto” que las organizaciones internacionales sólo vieran las violaciones a los derechos humanos de los manifestantes, insistió en que “todos tenemos derechos humanos, pero las organizaciones que son garantes de las fuerzas de orden tendrán que emitir un comunicado sobre los daños que han sufrido, tal como lo han hecho los que corresponden a la sociedad civil”, aseveró.

Por su parte, Carlos Guajardo, hizo hincapié en que los derechos humanes debían condenarse cuando son vulnerados “pero desde los dos lados”. Respecto al por qué las cifras de Carabineros lesionados sería menor, indicó que “lo que pasa es que cuando ellos resultan heridos, siempre se van a sus hospitales institucionales, y ahí no hay informes. Da pena ver como hay tantos carabineros heridos y a nadie le importe. Si le pegan a un carabinero es como si no pasara nada. Puede que haya un uso excesivo de la fuerza, pero también hay un uso excesivo de la violencia de la gente”. 

¿Militares a la calle?

El Presidente Piñera ya ingresó un proyecto de Ley para aumentar la dotación de Carabineros a lo largo del país, y también para que las Fuerzas Armadas se encarguen de resguardar lugares estratégicos y así los funcionarios estén más liberados. En relación a ello, Loreto Ibarra tiene una positiva apreciación. “El Estado tiene que garantizar la seguridad de las personas de alguna manera. Ya empezaron con los hospitales, no podemos llegar a que nos voten las torres eléctricas y que el problema se empeore”, consignó.

En esa línea precisa que si de ella dependiera sí volvería a un Estado de Excepción Constitucional que permitiera a los militares salir a la calle de manera inmediata. “Necesitamos recuperar el orden, no puede pasar que los particulares se organicen para salir a combatir la criminalidad. Eso sería peligroso”, expresó.

Buscando acuerdos

Pero en lo que hay consenso es en que el Gobierno debe dar rápidas respuestas para que esto no siga escalando. “Frente a esta crisis social, la posibilidad de salir es un diálogo honesto, fraterno y que permita encauzar los cambios (…) Se ha avanzado, se están discutiendo cosas, pero aquí se tienen que tomar decisiones en el corto plazo. El Gobierno tiene que abrirse más al diálogo y actuar en consecuencia”, expresó el presidente del Colegio médico.

Carlos Guajardo indica que, “el Gobierno tiene que apresurarse en avanzar en un plan económico grande, sin anunciar cosas que no se pueden cumplir, pero tiene que hacerlo pronto y la gente también debe colaborar y ser más propositiva”, sostuvo.

Por su parte Blanca Díaz, manifestó que “yo creo que el Gobierno tiene que escuchar más, abrir sus cajones y leer todas las propuestas que le han llegado, desde diferentes sectores. Sólo así se logra el entendimiento”, manifestó.

Loreto Ibarra pone el acento en el respeto a la democracia. “Acá obviamente que las autoridades deben actuar. Nosotros vamos a respetar lo que pase en el plebiscito, si gana la opción de Asamblea constituyente que se respete, pero si no gana que también se respete”, concluyó.

 

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