• Estas cifras corresponden al levantamiento que se realizó el 19 de abril del año pasado. FOTO LAUTARO CARMONA
  • Uno de los datos relevante que arrojó este proceso es que la población se está envejeciendo. Al 2002, en la zona por cada 10 niños había 3 adultos mayores. Para el 2017, por cada 10 niños hay 6 adultos mayores. FOTO LAUTARO CARMONA
  • Los datos obtenidos permiten ir desarrollando políticas públicas de futuro, tomando en cuenta la realidad de cada una de las comunas. FOTO LAUTARO CARMONA
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Lautaro Carmona - Andrea Cantillanes
Este proceso no tiene solo un carácter cuantitativo, sino que sirve además para caracterizar a la población de manera de generar políticas públicas a futuro. En este sentido, especialistas advierten que, dado el envejecimiento de la población, se deberá apuntar, por ejemplo, a traer geriatras a la región y a la construcción de nuevas casas de acogida. En el ámbito de la infraestructura, recalcan que en La Serena y Coquimbo fundamentalmente se tiene que avanzar en el mejoramiento de las calles y carreteras, que ya a la fecha registran un colapso importante.  

El pasado mes de diciembre se dieron a conocer las cifras definitivas del Censo abreviado realizado el 19 de abril de 2017. Estas arrojaron que la población en la región de Coquimbo en 15 años (si se compara con el proceso de 2002) se incrementó en un 25,6 %, pasando la zona de tener 603.210 habitantes a 757.586. De este total, 368.774 (48,7%) son hombres y 388.812 (51,3%) son mujeres.

Según señala la directora regional del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), Marcela Puz, esta alza se considera un crecimiento bastante importante, pero que era previsible. “Sin tener números es algo súper evidente acá en la región, por donde veas se están construyendo nuevas viviendas y que está llegando más gente”, puntualizó.

“Nos sirve para saber cuáles son las necesidades de la población en cuanto a educación, vivienda, salud, un sinnúmero de variables”, Marcela Puz, Directora regional del INE

De hecho, dice, ya desde que se entregaron los resultados del pre Censo (previo al levantamiento) comenzaron a observar aspectos bastante relevantes en la zona. La Serena y Coquimbo aparecieron en la lista de las 10 comunas del país en las que más se incrementó el número de viviendas. “En un ranking de las 354 comunas, dos de ellas corresponden a la región y eso ya nos pareció significativo, argumenta”.

57% De toda la población regional se concentra en La Serena y Coquimbo

Pero este no es un proceso que se desarrolle solo para cuantificar a quienes viven en el territorio, sino que además permite dar luces de aspectos tan relevantes como las políticas públicas que se van a desarrollar en los próximos años. “Nos sirve para saber cuáles son las necesidades de la población en cuanto a educación, vivienda, salud, un sinnúmero de variables que se están analizando”, especifica la directora del INE.

“Existe la necesidad de geriatras, broncopulmonares, especialistas en situaciones traumatológicas como caderas, rodillas y otros problemas que enfrenta la tercera edad”, Rodrigo Sánchez, Seremi de Economía

Pero además destaca la importancia que tienen estas cifras a nivel local. Señala que son datos sumamente relevantes para los municipios, por ejemplo, porque una parte del Fondo Común Municipal va relacionado con la cantidad de población de cada comuna.

Si nos vamos más al detalle, indica, la influencia se da a nivel de sectores residenciales. Plantea que si como pobladora vivo en un cierto lugar y queremos construir una plaza, por ejemplo, porque hay muchos niños y vamos a postular a un proyecto, la primera pregunta es cuántos son los beneficiarios. “Entonces, va desde algo sumamente amplio como las políticas públicas, hasta lo más mínimo”, argumenta.

Por esta razón, El Día quiso convocar a algunos actores sociales para darle una segunda lectura a estos números. En líneas generales, hay coincidencia de que, en el análisis preliminar, se puede observar que los desafíos futuros de la región deberían apuntar a mejorar las condiciones de los adultos mayores, a procurar el ordenamiento territorial a través de los planos reguladores, a optimizar la infraestructura urbana en materia de calles y carreteras e incluso a detalles como potenciar el desarrollo de mayor cantidad de salas cunas.

POBLACIÓN ENVEJECIDA/MENOS NIÑOS. Uno de los primeros aspectos que llama la atención de estos resultados es que revelan que tenemos una pirámide poblacional con una base con menos jóvenes, mientras los adultos han ido en aumento.

En la zona al 2002, por cada 10 niños había 3 adultos mayores. Para el 2017, por cada 10 niños hay 6 adultos mayores.

“Es vital considerar una planificación urbana vinculante con las ciudades que reflejen lo que queremos para nuestros barrios y comunas”, Sergio Quilodrán, Presidente CChC La Serena

Marcela Puz señala que si nos vamos a las cifras de los últimos procesos censales la conclusión se hace mucho más evidente. En 1982, la población de menores de 15 años en la región alcanzaba un 34,6%, a 1992 ésta se redujo a 30,9%, el 2002 siguió su decrecimiento para llegar a 27,2%, mientras que en el último Censo llegó sólo a 21,7%.

Lo contrario ocurre con la población de 65 años y más. A 1982, este segmento etario llegaba a 6,3%  del total regional, en 1992 subió a 6,7%, en 2002 A 8,4% y al 2017 se eleva ya al 11,8%.

“Ya sabemos cómo está estructurada la población o cuál es la tendencia. Estamos en un proceso de transición demográfica”, sostuvo la directora regional del INE, quien señala que con estas cifras ya se puede contar con un dato muy interesante que tiene ver con las políticas públicas respecto a dónde hay que invertir en este sentido.

“Por ejemplo, hemos analizado que acá en la región no hay geriatras, no está la especialidad en la región y tenemos una población que está envejecida, por lo tanto hay una necesidad”. Estas son las primeras luces, indicios de hacia dónde debieran apuntar los proyectos, especificó.

A la luz también de las estadísticas vitales, que el INE publicó hace un par de meses, Puz plantea que la tasa de natalidad también ha ido disminuyendo de forma considerable desde año 60’ a la fecha. En esa época, era de sobre 5 niños por mujer, hoy estamos hablando de 1,8%. “Además la esperanza de vida ha ido creciendo cada vez más, antes las mujeres y los hombre morían mucho antes y hay que tomar en cuenta también esos datos”, indica.

INFLUENCIA DEL NORTE. Así lo considera también el seremi de Economía, Rodrigo Sánchez, quien argumenta que en los últimos años se ha visto un incremento en la población de adultos mayores. Uno de los factores que han influido a su juicio son las condiciones naturales de calidad de vida de la zona, que ha generado la llegada de personas provenientes principalmente del norte del país. “No es un misterio de que mucha gente del sector minero nortino de jubila y se viene a vivir a la zona”, especifica.

Esto presenta a su juicio una serie de desafíos en relación a fortalecer la cantidad y calidad de las actividades de los adultos mayores, también la posibilidad de poder acceder a algún empleo “porque con la situación particular de las pensiones, para algunas personas es importantes seguir en el mundo laboral”.

Hay de igual forma un tema médico que no es menor, aduce, pues existe la necesidad de médicos geriatras, broncopulmonares, especialistas en situaciones traumatológicas como caderas, rodillas y otros problemas que enfrenta la tercera edad. “Son requerimientos importantes que la región debería enfrentar, así como también aquellos adultos mayores que no son autosuficientes y que no tienen el apoyo de la familia”.

“Las calles se han ampliado, pero el parque automotriz aumenta considerablemente y tal vez nuestros planos reguladores fueron muy bien pensados en la década del 50 o 60, pero ahora es otra la realidad”, Raúl Vergara, Pte. Colegio Ingenieros zonal Coquimbo

Para ello, dice, se debe ya comenzar a pensar también en la creación de nuevos hogares de acogida. Durante este gobierno se levantó uno en Las Compañías, sin embargo “es poco, definitivamente hay una falencia en ese sentido y se debe avanzar en esta materia”.

MAYOR CANTIDAD DE PERSONAS DEPENDIENTES. Las cifras del Censo también revelan que la región de Coquimbo es la que presenta el mayor índice de dependencia, con un 50,4, en base a que la población de 0 a 14 años es de 164.331 (21,7%) y la mayor de 65 años es de 89.543 (11,8%). En contraste, las personas en edad de trabajar, es decir entre los 15 y 64 años, alcanzan las 506.712 personas (66,5%).

Esto significa que en la región hay cerca de 254.000 habitantes menores de 14 años y mayores de 65 años que dependen de una persona en edad de trabajar. “El índice de dependencia de menores a lo largo del tiempo ha ido disminuyendo, lo que indica que tenemos menos niños, en cambio el índice de dependencia de mayores ha ido aumentando”, señaló Puz León.

El intendente regional, Claudio Ibáñez, planteó durante la conferencia que se realizó para dar conocer estos resultados, que esto revela que se debe seguir impulsando la creación, por ejemplo, de nuevas salas cunas “porque cada vez serán más las mujeres que se verán en la necesidad de salir a trabajar”.

25,6% Creció la población de la región de Coquimbo si se compara con el Censo de 2002

Por su parte, el seremi de Economía recalca que estos datos corroboran que tenemos poblaciones vulnerables, dependientes y eso implica una serie de políticas públicas destinadas a sectores particulares como por ejemplo los menores de edad. “Hay que seguir avanzando en la construcción de salas cunas y se tiene el desafío de mejorar la calidad de la educación en la oferta pública”.

Además, indica “existe la necesidad de especialistas, de espacios de esparcimiento que permitan el desarrollo integral de nuestros niños”.

Pero que seamos la población más dependiente, dice, no significa necesariamente algo negativo. Lo que ha ocurrido en la zona, afirma, es que muchas familias  toman la decisión de venirse a vivir a la región de Coquimbo por las condiciones de calidad de vida y para la salud, aumentando la población de menores de 14 años. Esto se ha visto reflejado en Coquimbo, agrega y tiene que ver con el auge del precio del cobre en el año 2011 y 2012. “Muchas familias mineras se instalaron en la zona aprovechando los precios más baratos de las viviendas en relación a lo que es Antofagasta o Copiapó, también porque existe buena oferta en educación”.

Se puede deducir que esto impone planteamientos en materia de empleo. Esta misma situación de migración ha complicado este escenario en los últimos años, plantea Sanchez, porque se trata de familias de clase media que ya estaban acostumbradas al ritmo de vida que les generaba la actividad minera.

“Cuando antes había problemas de desempleo uno lanzaba programas proempleo y se solucionaba, pero en este caso no se podía porque es gente que está acostumbrada a ganar sobre 1 millón de pesos” y agrega que “ya no están dispuestas a acceder a cualquier empleo por el temor a volver atrás”.

CONCENTRACIÓN DEMOGRÁFICA VERSUS ZONAS AISLADAS. Otro aspecto que llama la atención de estos datos es la alta concentración de habitantes que se da en las principales ciudades de la región.

Coquimbo por primera vez pasó a ser la comuna con mayor cantidad de habitantes, con 227.730 personas, mientras que La Serena llega a 221.054 personas. De hecho, solo entre La Serena y Coquimbo se concentra el 57% de la población total de la zona.

227 Mil 730 habitantes tiene actualmente la comuna de Coquimbo, siendo la de mayor población en la región.

Ovalle, en tanto, pasó de tener 98.089 habitantes el 2002 a 111.272 personas en la presente medición.

La diferencia es bastante notoria con el resto de las comunas. En cuarto lugar en cantidad de habitantes se encuentra Illapel con 30.848 habitantes; en quinto lugar Monte Patria con 30.751; en sexto Salamanca con 29.347; de séptimo Vicuña con 27.771.

Le siguen Los Vilos con 21.382; Combarbalá con 13.322; Andacollo con 11.044; Punitaqui con 10.956; Canela con 9.093; Paihuano con 4.497; Río Hurtado con 4.278 y por último La Higuera con 4.241 personas.

Según expresó el seremi de Economía, Rodrigo Sánchez, estas cifras ya reflejan una tendencia respecto de la alta migración que existe hacia las zonas más pobladas y, por otra, plantea el desafío de que se deben implementar planes en las resto de las comunas para aminorar este impacto.

“Hay un trabajo por hacer en aquellas zonas rurales que cada día se vuelven más complejas, porque al tener menos habitantes obtienen derechamente menos recursos”, especifica.

Esto valida mucho más aún el Programa de Zonas Rezagadas, indica porque “más allá de cualquier crítica que pueda tener al respecto se pone de manifiesto gracias al Censo la necesidad de fortalecer el factor productivo”, precisó. 

ORDENAMIENTO E INFRAESTRUCTURA

Si nos vamos a las viviendas, las diferencias entre las comunas también son marcadas.

En Coquimbo existen en total (entre particulares y colectivas) 89.499 inmuebles. En La Serena, en tanto, la cifra llega a 87.267. En Ovalle alcanzan a 42.039.

De ahí ya pasamos a Los Vilos y Monte Patria que superan las 13 mil, versus, por ejemplo comunas como Paihuano y Río Hurtado, que solo llegan a 2.348 y 2.751 respectivamente.

Los especialistas en general coinciden en que la conclusión que cabe en este caso es en que el crecimiento explosivo que tiene la conurbación debe ir de la mano con el desarrollo de obras de infraestructura viales que vayan acorde.

“Debería de alguna manera impulsarnos a seguir trabajando con mucha fuerza en este proyecto del área metropolitana, que resuelva los graves problemas de tránsito que sabemos que no son fáciles”, expresa el seremi de Economía.

Sergio Quilodrán presidente de la Cámara Chilena de la Construcción La Serena, plantea que no vivimos solos en una estructura residencial, sino que formamos parte de un tramado urbano, el que exige cambios y un estándar que asegure bienestar, independiente del nivel socioeconómico de sus habitantes.

“Para ello es vital considerar una planificación urbana vinculante con las ciudades que reflejen lo que queremos para nuestros barrios y comunas”, puntualiza. En este sentido, cree que es clave construir visiones compartidas y de largo plazo.

En cuanto a infraestructura urbana, piensa que se requiere de una política de Estado -ajena a los cambios de Gobierno- y donde haya un trabajo colaborativo público - privado, donde aumentemos el actual 4% de inversión del PIB que existe en esa materia y sostener un crecimiento económico en torno a un 4 y 5 por ciento.

“Definir estándares urbanos mínimos que deban cumplir, independiente de las condiciones socioeconómicas de sus habitantes, de manera de asegurarles niveles básicos de infraestructura urbana, equipamiento y servicios”, expone.

Por su parte Raúl Vergara, presidente del Colegio de Ingenieros zonal Coquimbo, quien también preside un Consejo Consultivo Ciudadano creado por el ministerio de Obras Públicas, señala que especialmente la conurbación La Serena- Coquimbo presenta desafíos en infraestructura vial, pero además en seguridad del abastecimiento del agua potable y en cuanto a la energía eléctrica.

“Las calles se han ampliado, pero el parque automotriz aumenta considerablemente y tal vez nuestros planos reguladores fueron muy bien pensados en la década del 50 o 60, pero ahora es otra la realidad”

En cuanto a la conexión específica entre La Serena y Coquimbo, manifiesta que existen proyectos como el que está buscando desarrollar el MOP que plantea terceras pistas y un paso nivel en Francisco de Aguirre, considerado que, según estudios, es uno de los puntos más conflictivos a nivel de congestión. “Va a ayudar bastante, pero todavía falta más vialidad urbana”, cree.

El profesional va mucho más allá y cuenta que junto a un grupo de ingenieros han pensado en una solución mucho más radical en este sentido, que involucra una vía lateral de tránsito norte-sur a la altura de Tongoy, pasando por el sector Barrancas, llegando a Tambillos y proyectándose por detrás de la Cárcel de Huachalalume hacia el norte.

“Hay estudios que dicen que eso es muy optimista y como los recursos son escasos se han hecho otras cosas. Pero falta un poco más de voluntad política y mejorar los estudios de factibilidad técnica”, recalca.  

 

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