• El teletrabajo no ha sido un problema para la seremi María José Escobar, de hecho, admite que esta modalidad le ha permitido aún mayor interacción con los actores de la región de Coquimbo.
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La secretaria regional de la cartera aborda en conversación con El Día los aprendizajes y desafíos del primer año de trabajo. Más y mejor investigación para generar conocimiento científico, pero también aplicar este valor en resolver problemas y aportar al desarrollo regional, es el principal objetivo de la seremi en su trabajo en la Región de Coquimbo.

Desde su creación, el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, ha tenido por delante grandes desafíos. Con una crisis social y una pandemia a la que hacer frente, las secretarías regionales han debido redoblar esfuerzos para poner en marcha sus primeros objetivos y han encontrado en este adverso escenario una oportunidad para sortear fortalecidas el primer año de trabajo.

Desde la base de operaciones de la Seremi de la macrozona centro (Valparaíso – Coquimbo), la mujer al mando de una de las cinco secretarías existentes actualmente en el país, María José Escobar, aborda en conversación con El Día los primeros meses de este desafío y las tareas pendientes de Chile con la ciencia, para fijar el rumbo de los próximos meses, con aprendizajes y retos en el escritorio.

El teletrabajo no ha sido un impedimento, afirma, sino una ventaja para tener lograr aún más interacción con la región de Coquimbo.

-¿Cómo ha sido el trabajo de la seremi en este primer año?

“Desde que comenzó el trabajo del ministerio y la secretaría comenzó a funcionar, hemos vivido dos crisis importantes, el estallido social y la pandemia. Ambas obviamente que cambian prioridades y formas de trabajo. En ese sentido se ha dado un trabajo extremadamente urgente, para atender a aquellas necesidades inmediatas en la pandemia y también reubicando un poco los objetivos que nos habíamos planteado para este primer año”.

-¿Cuáles eran esos objetivos?

“Era la instalación del ministerio, pero no solo de forma física, sino que también instalarse dentro del ecosistema de ciencia, tecnología e innovación existente en la macrozona. Somos un ministerio nuevo, entonces teníamos la tarea de articularnos con el sector público, privado, con las universidades y con la ciudadanía en general”.

“Yo tengo una fuerte convicción en que la inteligencia artificial va a abrir nuevos oficios y que va a generar más empleos y mejor calidad de vida para las personas”.

-¿Cómo cambiaron esos planes con la pandemia?

“Además de todos los problemas que ha traído, la pandemia también trajo aprendizajes que son muy importantes. Se han acelerado procesos que de otra forma habrían tomado más tiempo para hacer. Las articulaciones, acercar la academia al sector público, en lo que se ha contribuido  con laboratorios y con informes de movilidad, por ejemplo”.

-¿Cómo ve el desarrollo de la ciencia en Chile?

“Una de las tareas de este año es precisamente hacer un diagnóstico de este ecosistema, no solo conocerlo, sino que también saber cómo está. Los científicos en Chile son pocos, tenemos ocho veces menos que el promedio de la OCDE, pero son altamente productivos. Sin embargo, este conocimiento no está muy enlazado con las necesidades de las regiones o del país. Eso porque el foco siempre ha estado en la investigación como generación de conocimiento como tal y no en la investigación aplicada, que es la que resuelve algún problema específico que la región pueda tener. Ese es un desafío gigante que tenemos como ministerio y que pretendemos abordar ahora en este período”.

-¿Cuáles son los principales asuntos a atender en la región de Coquimbo? La sequía es uno de los grandes problemas…

“Si, la sequía es un problema transversal en el país y Coquimbo tiene más experiencia, por ejemplo, que la región de Valparaíso, por lo que están más preparados para abordarla. Los investigadores de la región de Coquimbo están más cercanos al problema.

Además de la sequía, el sector productivo está un poco más lejano del mundo científico y eso es un desafío importante que hay que impulsar, acercar la ciencia al desarrollo de empresas que tengan base científica tecnológica. El otro problema es la contaminación lumínica, que es una forma de custodiar un patrimonio único que tenemos en nuestro país, que es la calidad de nuestros cielos y que se ve reflejado por los innumerables observatorios astronómicos que hay”.

-¿Cómo se trabaja desde una macrozona a atender las necesidades de cada región? ¿Cuándo podría haber un seremi en cada una?

“El proyecto de ley dice que se parte con cinco macrozonas y se espera que de aquí a 10 años existan 16 secretarias regionales ministeriales.

“Hay una región de asiento, que en nuestro caso es la región de Valparaíso y antes de la pandemia estábamos alrededor de dos o tres veces al mes en Coquimbo. Hoy en día las reuniones virtuales nos han permitido acercarnos más”.

-¿Cuál ha sido el rol en esta pandemia?

“Primero fue el tema de los laboratorios, ayudar a implementar una capacidad inexistente en muchas regiones del país. Muchas no tenían la capacidad de poder diagnosticar el Covid-19 y eso fue un trabajo conjunto con Salud muy importante. Minsal instaló sus laboratorios y lo que hicimos desde el Ministerio de Ciencia fue invitar a los laboratorios científicos a acoplarse a esta red de diagnóstico y eso es lo que ha ocurrido con dos laboratorios de la región de Coquimbo: Figema y ULS.

También hemos acercado a la comunidad científica a estos temas, en el sentido de que se generan reportes de movilidad y los hacemos llegar a las autoridades pertinentes. Estamos siendo un canal de difusión de lo que los científicos e investigadores están generando, para los tomadores de decisiones”.

-Mucho conocimiento científico se ha generado con la pandemia ¿Cómo llegar mejor con esa información a la comunidad, que no siempre la comprende y suele desconfiar de los estudios?

“Yo creo que la barrera más grande es el lenguaje. El lenguaje que usan los científicos no es necesariamente un buen lenguaje para comunicar a la ciudadanía. La pandemia ha sido una oportunidad para visibilizar el trabajo científico que se realiza en el país, la ciencia es incremental, en el sentido de que se va nutriendo de lo que unos van haciendo y va avanzando. Todo el mundo está tratando de entender cómo funciona este virus. De repente puede haber información que se contradice, pero la ciencia es así, hay que leer  con ojo crítico los estudios científicos. Hay una gran responsabilidad de cómo se comunica ese estudio a la ciudadanía y los periodistas científicos tienen un rol importante”.

-¿Cuáles son los desafíos de la cartera para 2021 ya con un año de experiencia?

“Hay cosas que queremos dejar institucionalizadas e instaladas en este periodo. Lo primero es una política de equidad de género, de manera de equiparar un poco la balanza e invitar a más mujeres a que se conviertan en investigadoras científicas y promover su desarrollo académico y científico dentro de toda su carrera. Lo segundo es revisar los programas de becas, en el sentido de que nunca ha existido una estrategia para definir qué tipos de perfiles queremos o no potenciar para becar magister y doctorado en nuestro país, es un proceso participativo que está comenzando.

Por otro lado, a nivel regional tenemos una fuerte convicción en fortalecer el ecosistema científico y sobretodo acercar la ciencia al sector productivo y a los tomadores de decisiones. Estamos llevando a cabo un trabajo con empresas de base científica-tecnológica, de manera de detectar con ellas qué barreras pueden estar impidiendo su crecimiento y al mismo tiempo, invitar a más emprendedores a que se unan”.

Inteligencia artificial

María José Escobar es ingeniera Civil Electrónica y Magíster en Ingeniería Electrónica de la Universidad Técnica Federico Santa María. Realizó un doctorado en Procesamiento de Imágenes y Señales en la Université Nice-Sophia Antipolis, Francia.

Entre el 2004 y el 2019, se desempeñó como Académica del Departamento de Electrónica de la UTFSM e Investigadora Principal del Centro Avanzado de Ingeniería Eléctrica y Electrónica AC3E. Sus principales líneas de investigación tienen relación con la visión biológica, neurociencia computacional, inteligencia artificial y robótica cognitiva.

-Hay mucho avance en inteligencia artificial, pero también está la necesidad de regularlos. ¿Cuál es la misión del ministerio y su visión como experta en el tema?

“El ministerio está a cargo de desarrollar la primera política nacional de inteligencia artificial. Contar con ella es lo que hace la diferencia para que se convierta en una oportunidad para nuestro desarrollo y no en una amenaza. A fines de agosto terminó un proceso participativo en el que se habló con la ciudadanía, con expertos, niños y adolescentes, ancianos y personas de toda edad. En la región hicimos un taller donde el conocimiento de ellos se nutre en el desarrollo de esta política”.

-¿Cuáles son los principales lineamientos?

“Hay tres pilares. El primero tiene que ver con los factores habilitantes y ahí se habla de los datos -qué tipos de datos necesitamos y quién los resguarda-, y de infraestructura. El segundo tiene que ver con el desarrollo productivo y el tercero tiene que ver con factores normativos y la ética. Cómo regulamos este tema y qué hacemos con la reconversión laboral, porque hay gente que va a perder sus empleos”.

-La pérdida de empleos es uno de los principales temores y en esta región tenemos los índices más altos de desocupación ¿De qué forma logramos que la IA no agudice este problema?

“Hay trabajos que son repetitivos y que pueden ser reemplazado por maquinas, como ya está pasando con ciertos empleos, como los cajeros de supermercado o las plazas de peaje. Parte importante que hay que conversar y ponerse de acuerdo a nivel de sector público y privado es qué vamos a hacer con esas personas que están perdiendo su trabajo, cómo las vamos a capacitar en nuevas competencias. Si va a existir un subsidio estatal para aquellas personas, por ejemplo. 

Yo tengo una fuerte esperanza y convicción de que la inteligencia artificial va a abrir nuevos oficios, que va a generar más empleos y mejor calidad de vida para las personas, pero la transición es algo de lo que hay que hacerse cargo y esto espera hacer la política nacional de inteligencia artificial”.

 

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