Para explicar las claves del proceso constituyente con miras al plebiscito de entrada del 26 de abril, fue que el abogado y doctor en Derecho de la Universidad de Edimburgo, Fernando Atria visitó la Región de Coquimbo.
Atria, de 51 años, nacido en EE.UU pero con nacionalidad chilena, fue militante del Partido Socialista hasta octubre del 2019, cuando anunció su renuncia debido a que, según dijo “el partido no está a la altura de la tradición que encarna”. De igual forma se ha alineado con la opción Apruebo, aunque precisó que aceptará cualquier resultado ya que “esto se está haciendo por la vía democrática, como debió haberse hecho hace mucho tiempo”.
Quiso derribar mitos y dijo no comulgar con ninguna campaña del terror, sea cual sea la opción que gane. En lo que fue enfático fue en decir que espera que finalmente se logre un acuerdo político para aprobar la paridad de género, y los escaños reservados para pueblos originarios e independientes en una eventual convención constitucional.
-Partamos por la polémica que se suscitó con Luis Mesina (No+AFP) hace algunos días respecto a lo que podría pasar cuando asumieran los constituyentes. Que se podían tomar el poder, que se acababa Piñera, y que se acababa todo… ¿Podría llegar a suceder algo así?
“Yo creo que el escenario que describía Luis Mesina es un escenario bastante ficticio precisamente porque las reglas que se le aplican a la convención tienen la finalidad de mantenerla en su calidad de convención constituyente, es decir que esté orientada a discutir y orientar una nueva constitución, no a gobernar el país. Por eso, tiene explícitamente prohibido afectar los poderes del Estado ya existentes, precisamente para que no pasen cosas como esa, como arrogarse las funciones del congreso y empezar a legislar”.
-Es decir, ¿es sólo un instrumento, con un solo mandato?
“Claro, el mandato es discutir y aprobar una propuesta de nueva constitución que se le presentará al país para que este ratifique o rechace en un plebiscito al final”.
-Llama la atención entonces, que esto lo diga Luis Mesina, alguien que está por el Apruebo, ¿cuáles habrán sido sus motivaciones?
“No lo sé. Yo no estuve en ese foro, no confío en secciones breves de videos recortadas por Andrés Allamand, además. Por lo tanto yo no tengo ninguna razón para pensar que ese fragmento representa lo que piensa fielmente Luis Mesina. Es perfectamente posible que antes haya dicho otra cosa. El tema se puede haber sacado de contexto, por ende lo único que puedo decir es que el escenario que él describe, es infactible”.
-¿Imposible?
“Infactible”.
Asamblea Constituyente y Convención Constitucional
-Hay una pregunta que se repite permanentemente y que ha sido materia de discusión incluso académica. ¿Cuál es la diferencia entre la asamblea constituyente y la convención constitucional?, ¿Hay diferencias?
“Mire, lo que pasa es que hay diferencias, pero no son lo suficientemente importantes, de modo que para los efectos prácticos podemos entender que la convención es una asamblea constituyente. Está bien, en teoría, si uno mira los atributos de la asamblea constituyente podría decir que hay deferencias entre eso y la convención, pero sólo en teoría”.
-En teoría entonces, ¿tiene más atribuciones la asamblea?
“Lo que pasa es que hay gente que dice que una asamblea tiene que ser soberana, es decir, que no le vengan dadas reglas anteriores”.
-¿Eso se acerca a lo que postulaba Mesina?
“Bueno, sí. Supongo que él estaba hablando de esto. Ahora bien, yo creo que es obvio, por más que en teoría se diga que es así, una asamblea no puede no estar sujeta a ninguna regla anterior, porque por ejemplo la asamblea no puede decidir cuál va a ser el sistema electoral por el cual la asamblea va a ser elegida, eso es obvio, porque la asamblea viene después de la elección. Entonces, siempre va a haber reglas anteriores que en algún sentido u otro afecten el funcionamiento de la asamblea, de cualquier asamblea”.
-¿Por qué cree que hay personas que insisten en decir que la diferencia es mucho más de lo que usted describe?
“Mire, los que dicen que son dos cosas distintas, en el fondo lo que están diciendo es que en las reglas que se le aplican a la convención hay una trampa, por lo tanto no nos van a poder dar una nueva constitución, ahora. Yo creo que en esas reglas no hay una trampa, por lo tanto yo creo que esas reglas van a permitir que esta convención nos dé una nueva constitución, y por consiguiente yo creo que en el sentido político esta convención es el equivalente a una asamblea constituyente”.
-Se escucha mucho también en el ambiente en que una constitución no le soluciona los problemas a la gente, lo que motivó que saliera a las calles…
“Sí, por supuesto, hay personas que creen que la constitución no tienen nada que ver con lo que está pidiendo la gente, que la constitución es sólo una cosa de los políticos, porque se llama Constitución Política. Pero este argumento dicho por la derecha es totalmente desvergonzado. Es decir, es la derecha la que cuando se trataba de ampliar las facultades del Sernac, para que los consumidores estuvieran más protegidos, fue al Tribunal Constitucional para que declararan inconstitucional esas facultades. Fue la derecha, la que fue al Tribunal Constitucional cuando se trataba de prohibir a las empresas ser controladoras de universidades para evitar el lucro en la educación y lograron que se declarara inconstitucional. En fin, la cantidad de veces que, cuando se trataba de medidas tendientes a proteger a las personas del abuso, el abuso de las personas en las universidades, el abuso de las personas en el comercio, las distintas formas de abuso, la misma derecha que dice que la constitución no tienen nada que ver, fue la que dijo que estas medidas tendientes a favorecer a la gente eran inconstitucionales”.
Legitimidad perdida
-¿Cree que con la nueva constitución el Estado y sus poderes van a recuperar la legitimación que han perdido?
“Es que esta es la crisis política de legitimación más aguda que Chile ha vivido en varias décadas, o en su historia, entonces, por supuesto que es el gran paso. Porque hay que pensar que esto no es de ahora, pensar que esto es porque un parlamentario pidió un raspado de la olla, que otro habló de error involuntario, y que el partido socialista tenía trataos con Soquimich, pensar que eso explica todo es absurdo, porque es evidente que una crisis como la que estamos viviendo, en la que no se salva nadie, porque la legitimidad está en cuestión respecto al parlamento, respecto al poder judicial, respecto a los carabineros, es decir es transversal. Entonces, una crisis de esta profundidad es un poco ridículo decir que se explica por tres o cuatro eventos puntuales, no. Esto corresponde a un problema grave en el funcionamiento del sistema político chileno, y las condiciones básicas del sistema político chileno, son precisamente lo que consagra la constitución”.
-Pero hay gente que postula que basta con hacer reformas en la constitución que es mucho “más seguro” que cambiarla…
“Insisto, eso viniendo de la derecha es una burla. Si es cosa de ver lo que ha pasado en los últimos 30 años. Lo que yo le diría a quienes piensan eso, que están en todo su derecho a decirlo, y hacer campaña por el Rechazo, es que yo esperaría que mostraran sus argumentos genuinos. O sea ellos no pueden pretender que son los más interesados en hacer reformas constitucionales cuando las reformas constitucionales que Chile ha necesitado han fracasado por culpa de ellos. Lo mismo que nos digan que esto de la hoja en blanco es lo mismo que partir de cero, eso es desinformar”.
-¿Por qué no es partir de cero?
“No lo es. Mira, si la hoja en blanco es súper simple. Si nosotros tenemos una regla que privatiza las aguas, ¿cómo se cambia? Hoy día se cambia con un quórum de dos tercios, es decir que tienen que haber dos tercios de los diputados para cambiarla. ¿Qué pasa si no hay dos tercios?, ¿qué pasa si sólo hay 65% de los parlamentarios y se requiere un 67%? No se cambia, ¿y qué pasa si no se cambia? La regla que privatiza las aguas sigue vigente. Entonces, para poder deshacernos de la regla que privatiza las aguas, necesitamos tener dos tercios, porque si no es así, ese tercio que se opone nos obliga a todos a seguir viviendo en la constitución que a ellos les gusta. Eso es lo que ha pasado en los últimos 30 años, la derecha se ha opuesto a todo lo que ella quiere y entonces nos obligan a seguir viviendo bajo la constitución de Pinochet”.
-¿Cómo se evita esto?
“A eso voy y a eso apunto cuando explico lo de la hoja en blanco. ¿Cómo evitamos que haya algunos que puedan decir no y nos obliguen a seguir viviendo bajo la constitución que ya existe? Diciendo, en vez de reformar una constitución, vamos a escribir una nueva constitución, entonces, esta constitución está en blanco, no hay una regla sobre el agua, entonces, si hay dos tercios para privatizar el agua, el agua se va a privatizar, si hay dos tercios para estatizar el agua, el agua se va a estatizar, y si no hay dos tercios ni para una cosa ni para la otra, esa hoja se va a mantener en blanco, de modo que la constitución que surja de esto, va a ser un genuino acuerdo. Cada cosa que esté en la nueva constitución va estar ahí porque cuenta con el apoyo de dos tercios, no es que esté ahí porque hay un tercio que impide que la reformen los demás. Y sigamos con el ejemplo del agua, hoy día el agua sigue siendo privada y la respuesta a eso no es que hay un gran acuerdo para que el agua siga siendo privada, la respuesta es que hay doce votos que se opusieron y que obligaron a los 24. O sea, una minoría nos está obligando, pero con una hoja en blanco, cuando nos preguntemos por qué la nueva constitución contiene una regla que dice que la educación es un derecho social, ahí la respuesta va a ser porque hubo al menos dos tercios para ponerla ahí. Entonces esa regla sí fue el resultado de un gran acuerdo”.
Soluciones
-¿Cuál sería la solución?
“Bueno, lo que yo veo es que aquí la alternativa es el surgimiento de partidos orientados a permitir la participación electoral de este mundo que tiene ideas políticas, pero odian a los partidos políticos. Entonces, como no están dispuestos a estar en los partidos políticos, o van como independientes y sufren todos estos problemas, o forman sus propios partidos políticos. Entonces yo creo que lo que vamos a ver ahora son distintas iniciativas de partidos políticos que pretendan darle un camino electoral a esta fuerza social que no tiene contacto con el sistema de partidos”.
Cuestiones claves
-Haciendo un poco de pedagogía respecto al tema, por ejemplo, ¿cómo se va a elegir a los constituyentes? Sigue habiendo desinformación…
“Bueno, vamos del principio. El 26 de abril el plebiscito va a tener dos preguntas: la primera es quiere usted una nueva constitución y las opciones van a ser el Apruebo o Rechazo. Y la segunda pregunta va a ser qué tipo de órgano debe decidir la nueva constitución, y ahí las opciones son convención mixta constitucional o convención constitucional. La mixta estará compuesta en un 50% por personas especialmente elegidas y en un 50% por parlamentarios en ejercicio designados por el parlamento, y la convención constitucional va a estar compuesta en un 100% por ciudadanos elegidos en una elección popular al efecto”.
-¿Qué características tendría esta elección, posterior al plebiscito de entrada si gana el Apruebo?
“Bueno, se va a hacer en octubre, junto con la elección municipal. La regla, como está ahora, es que a esta elección se le va aplicar el mismo sistema electoral con el que se elige a los diputados. Parte de eso, está más o menos fijo, porque no hay ánimo de modificarlo, entonces podemos asumir que en octubre vamos a tener distritos electorales para elegir a los constituyentes que serán los mismos de la elección de diputados, que, en el caso de la convención constitucional, va a haber el mismo número de constituyentes que de diputados, y bajo un sistema proporcional. Esa parte está más o menos clara”.
-Pero el sistema proporcional ha sido muy criticado también, desde siempre….
“Claro, lo que pasa es que el sistema de elección de diputados es por listas formadas por los partidos o pactos. Y los votos de todos los candidatos de una lista se suman, entonces claro, puede ocurrir que en una lista hay un candidato que es muy votado y con eso saca también al segundo que no es tan votado, pero eso es porque la lista sacó muchos votos. Ahora, el punto es hay tres cuestiones de este sistema electoral que han estado en discusión y que lo más probable es que cambien en marzo. Primero, el sistema no asegura paridad de género, hoy día las mujeres son el 18 o 20 por ciento de la cámara y son el 51% del país. Segundo, el sistema no asegura una participación adecuada a los pueblos originarios, entiendo que sólo hay dos diputados pertenecientes a pueblos originarios cuando son alrededor del 15% de la población, y tercero es un sistema que privilegia a los partidos políticos, porque hoy día la competencia entre candidatos que forman parte de partidos políticos, y aquellos que no forman parte de partidos políticos, es tremendamente desigual, en beneficio de los candidatos de los partidos.
-¿Cómo se van a ir subsanando estas situaciones?
“Respecto a la paridad de género, esto está en comisión mixta, y todavía no hay mucha claridad y yo no me atrevería a hacer muchas predicciones, pero hay que tener presente que el 8 de marzo es el día de la mujer y que van a existir movilizaciones feministas y esas cosas. Es probable que se logre paridad de género, pero todavía no hay mucho que decir, hay que esperar marzo”.
-¿Y respecto a los pueblos originarios y los que no forman parte de los partidos políticos?
“En la representación adecuada de pueblos originarios, eso está más o menos avanzado, en términos de acuerdo político, para que haya escaños reservados, faltan algunas cosas, pero la idea está más o menos consensuada. En el caso de la diferencia en la competencia entre quienes forman parte de partidos, e independientes, eso es en lo que más hay acuerdo, falta legislarlo, pero está acordado”.
-¿Cómo sería?
“A ver, la razón del desbalance, es porque los independientes se presentan solos, cada candidato independiente se presenta solo y no en lista, por lo que es muy difícil que salga un independiente, no imposible, pero muy difícil. Entonces, lo que se buscó hacer es modificar la ley para que los candidatos independientes puedan agruparse en listas. Y eso entonces diría, que si pueden agruparse en listas, entonces están en igualdad con los partidos políticos”.
-¿Y cree que es una ley efectiva?
“Hasta por ahí nomás, porque el problema es que para inscribir candidaturas independientes se necesita de las firmas del 0,4% de las personas que votaron en la última elección parlamentaria y esto quiere decir que si una lista de independientes quisiera llevar a todos los candidatos posibles en todos los distritos, necesitaría juntar 100 mil firmas”.
-¿Hecha la ley, hecha la trampa?
“Bueno, que cada uno haga su juicio. Ahora, si una lista de independientes quisiera llevar a un solo candidato en cada distrito, también necesitaría 26 mil firmas. Y para inscribir un partido político en todo el país, se necesitan 18 mil firmas, entonces, en estas condiciones la posibilidad de que los candidatos que no pertenecen a partidos políticos participen como independientes, es irrisoria”.