Gran regocijo se vivió en el embalse Recoleta el 13 de diciembre de 2007, fecha en la que los regantes hacían la inauguración simbólica de obras por un monto de 800 millones de pesos y en las que se incluía la modificación del vertedero de la infraestructura. Según los archivos de prensa de la época, los trabajos consideraban la construcción de un muro de 80 centímetros, lo que permitiría incrementar su capacidad en 6 metros cúbicos.
“Se está dando cumplimiento al anhelo de nuestros regantes, que era la modificación del vertedero”, sostenía en esa oportunidad el presidente de la asociación de regantes del tranque, Luis Pizarro, quien a la fecha se mantiene en su cargo. El dirigente agregaba además que este incremento de capacidad, “si bien no es mucho, en periodos de sequía puede marcar la diferencia”.
Diez años después y en ese mismo lugar en el que se daban cita regantes y autoridades para valorar los trabajos, el viernes pasado se vivió una situación inquietante. Ello porque ese agregado que se le realizó al muro original cedió, generando alarma, lo que conllevó a la evacuación de más de 1.500 personas que habitaban bajo la cota 20 en los poblados de Huamalata, Algarrobo, Villaseca, San Félix y Samo Bajo, en la comuna de Ovalle. A esto se sumaba que el aumento de caudal provocaba la inundación de la planta de agua potable emplazada en el sector de Los Peñones, que dejaba a 26 mil personas sin el recurso en la capital del Limarí.
Pero la polémica fue más allá. A su llegada a la zona, el ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga, realizó un fuerte emplazamiento, anunciando que se iniciaría una investigación, pues este recrecido había sido construido “de forma irregular y sin permiso”.
El secretario de Estado fue enfático en señalar que “he instruido una investigación para sancionar a los responsables, porque acá lo que cedió no fue el embalse original, sino una especie de recrecido que se le hizo de manera irregular”, precisó.
En este sentido, la autoridad del nivel central recalcó que “los responsables tienen que ser sancionados, porque aquí se construyó un recrecido en el muro que la verdad es que no estaba autorizado, no cumplía con las condiciones estructurales. El resto del embalse está en buenas condiciones” y añadió que esto “se hizo de forma irregular y sin permiso y ha generado los problemas que vemos hoy en Ovalle”.
Esto fue refutado en entrevista con Radio Mistral por el presidente del embalse Recoleta, Luis Pizarro, quien respondió las afirmaciones del ministro e indicó que este rebalse se dio por efecto de la crecida del río, que llevó a que la infraestructura llegara a evacuar más de 400 metros cúbicos por segundo durante el viernes.
Reconoció que efectivamente se construyó esta cortina de 220 metros por 80 centímetros, pero que “se hicieron los estudios en la época, todas las averiguaciones, los permisos y el proyecto se realizó. El tranque se llenó en más de 2 oportunidades con posterioridad y resistió”, precisó.
El dirigente insistió en que el nivel de caudal fue el responsable de que cediera la infraestructura. “El día miércoles el tranque llegaba a 2,5 metros cúbicos por segundo de agua y el viernes, tras 36 horas de lluvia, provocó que de los 2,5 metros cúbicos llegara a eso de las 12:00 horas, al peak de la crecida, a 500 metros cúbicos por segundo, lo que hizo que cediera la cortina. Independiente de que ese tramo hubiera cedido, no es el causante de la inundación, con ella o sin ella iba a pasar igual. Ahora, si el ministro estima que debe hacerse una investigación, es la autoridad y está en todo su derecho de hacerlo. Nosotros tenemos todo para demostrar y explicar, porque lo único que nos animó a hacer todas estas cosas es poder tener agua y hacer un uso más eficiente de ella”.
El Día indagó en los archivos de prensa y constató que efectivamente, con fecha 14 de diciembre de 2007, aparece tanto en este medio como en diario El Ovallino una noticia de prensa que habla de la inauguración simbólica de esta obra, ceremonia que, según se informó, contó con la presencia de autoridades. Especifican, eso sí, que los recursos para levantar el muro provinieron de la asociación de regantes y no de programas del Estado. La pregunta que surge, entonces, es cómo no se sabía de su realización.
Al respecto, la seremi de Obras Públicas, Mirtha Meléndez, quien además en ese entonces tenía el cargo de directora regional de Obras Hidráulicas, explicó que ese peralte (muro), por ser de un embalse privado, de administración de privados, tenía que haber pedido directamente la aprobación a la Dirección General de Aguas (DGA). Como directora de Obras Hidráulicas, dice, no tenía las facultades para revisar una iniciativa de este tipo.
De hecho, agrega, no es la única obra de este tipo que se ha desarrollado, pues también se construyó un muro de características similares en el embalse Cogotí. “Contratamos un proyecto, lo presentamos a la DGA, que es la instancia donde se presentan este tipo de proyectos, sea del Estado o de privados, y tuvimos todas las autorizaciones”, especificó. Por ello, indicó, es que se inició una investigación para determinar si contaban con los permisos.
Para poder construirlo e inaugurarlo en una ceremonia oficial, entonces, se debe entender que los regantes contaban con autorización, pero eso es lo que está en investigación en este momento, si hubo o no una solicitud de autorización y si esta obra fue o no visada por las autoridades de la época.
En todo caso, la autoridad regional especifica que el vertedero es una obra de alineadero, no es de resistencia, pues el que cumple esa función es el muro original del embalse y ese no tuvo problemas. “Este vertedero, con o sin suple, con la cantidad de lluvias que es histórica, nunca vista, igual iba a pasar por encima. La gracia que tuvo es que la mayor carga la amortiguó el embalse, que tenía un 25% de capacidad disponible, entonces, lo que pasó fue la nada misma para la crecida que absorbió el embalse”.
Lo que sí hace hincapié Meléndez es en lo que ocurre río abajo. “Es una responsabilidad del municipio, porque no debiera construirse infraes-
tructura en la caja del río. La planta de Aguas del Valle con Recoleta o no se habría inundado igual, porque ellos están en el curso del río, eso hay que dejarlo claro”.
Por su parte, consultado respecto de si el muro efectivamente fue autorizado o no, el director regional de la DGA, Carlos Galleguillos, planteó que “se están haciendo las investigaciones, se abrió un proceso de fiscalización para eso, pero mientras tanto no tenemos información oficial, estamos estudiando el tema”.
En cuanto a si estas obras fueron construidas con recursos privados, indicó que “eso es lo que tenemos que averiguar, porque por lo menos entiendo que el Ministerio no ha puesto ningún financiamiento para eso, por eso se iniciará un proceso de investigación para aclarar todo lo que tiene que ver con permisos, financiamiento, características de la obra y todo para ver qué problema tuvo, porque entiendo, y eso lo tengo que verificar en terreno y ver los archivos que tengo, que esa obra se ha probado, junto con otras del año 2006 a la fecha, con llenado y sin ningún problema, el problema mayor que hubo fue que fue demasiada la cantidad de agua que entró, pero ya se había probado anteriormente a capacidad máxima”.
Dentro de los próximos días se sabrán los resultados de la investigación, informan ambas autoridades, los cuáles darán cuenta de si en definitiva fue, tal como lo dice el ministro, un trabajo que se hizo “de forma irregular y sin permiso” o si efectivamente los regantes contaban con la autorización de esta cartera a través de la DGA.