Una amplio debate ha generado el proyecto de reducción de 45 a 40 horas laborales semanales presentado por las diputadas Camila Vallejos (PC) y Karol Cariola (PC) y que fue aprobado por la Comisión del Trabajo de la Cámara de Diputados. Desde el Gobierno, que propuso la reducción de 45 a 41 horas flexibles, han salido en defensa de su iniciativa. Incluso, hasta el propio Presidente Sebastián Piñera alzó la voz y dijo que “si fuera necesario ir al Tribunal Constitucional voy a hacerlo yo como Presidente de Chile en resguardo y respeto a la Constitución”, señaló.
Es por esto que El Día decidió conocer la realidad regional que traería este proyecto y la visión de diversas fuentes sobre este tema.
Preguntas básicas
Primariamente, vale la pena preguntarnos y aclarar, ¿cómo nació y qué busca este proyecto de ley? Con fecha 8 de marzo de 2017, la iniciativa fue ingresada a la Cámara por la diputada Vallejos. En ella, expone que con la vigente jornada laboral de 45 horas semanales, es inviable que los trabajadores puedan disponer de tiempo libre y para sus familias, afectando directamente su calidad de vida.
El proyecto, además, busca modificar las reglas del Código del Trabajo, logrando reducir las jornadas laborales de 45 a 40 horas semanales para así favorecer lo anteriormente expuesto. Basándose en los modelos de países como Holanda, Alemania o Suecia, quienes tienen un gran porcentaje de productividad en sus horarios laborales que en ningún caso, supera las 40 horas.
Realidad
Cesar Varas Olivares, ingeniero comercial de la Universidad de La Serena, hizo un alto en sus actividades para conversar con El Día. Para el profesional, “es una idea con un fondo muy bueno, pero si uno lo logra combinar con el escenario económico del país, al tener menos horas en un trabajo, se podría usar para incluso tener un segundo empleo y buscar subir sus rentas. Dentro de los factores que inciden en la calidad de vida, el poder adquisitivo cumple un rol base dentro de cualquier estabilidad personal y familiar”, afirmó.
Además, agregó que “en un país que está en crisis, no sé si bajar las horas estaría directamente relacionado con el nivel de producción. Hay distintos mercados, la manufactura, la producción, que son distintas a la administrativa, donde puedes ir manejando un poco los tiempos. Pero en otros ámbitos está muy relacionado la hora de trabajo con la producción”, advirtió.
Por último,dijo que “creo que es positivo querer liberar un poco a la persona con una hora menos de trabajo. El fondo es muy bueno, pero no con eso se van a mejorar todos los problemas. Seguramente será una motivación, pero no creo que esto sea lo necesario para mejorar la calidad de vida porque hay otros factores que influyen”, cerró.
Apoyo
Para Jorge Varas, quien se desempeña de mecánico, es una buena idea, pero “siempre y cuando se aplique de buena manera, sea negociable con tu empleador y no afecte en la planificación del trabajo”, aseveró.
Sobre si este proyecto de ley ayudaría a mejorar la calidad de vida de los trabajadores, dijo que “si o si, sobre todo pensando en esa gente que pierde horas arriba de la locomoción colectiva y más los que viven en lugares periféricos. Claramente tendrías más tiempo de distracción o para estar con la familia compartiendo”, expuso.
Diego Pedreros, que trabaja en gestión de ventas, tiene una visión similar a la de Varas. “Me parece bueno, ya que para poder ser un país desarrollado o tratar de asemejarse a ello, con estándares de calidad de vida mayores a los nuestros. Según los estudios, ellos trabajan menos horas y su calidad de vida aumenta, tienes más hora para la recreación, la familia y el ocio, que está dentro de la pirámide de Maslow como una de las necesidades básicas del ser humano”, argumentó.
Para concluir, indicó que para él, a menos horas de trabajo, mejor rendimiento se puede llegar a lograr. “Se puede trabajar menos y rendir mejor incluso, no igual. Ya que según estudios, está comprobado que a menores horas de trabajo, mayor es la producción de las personas”, explicó.
Mala recepción
Quien también conversó con El Día fue Daniel Mas, presidente de la Corporación Industrial de Desarrollo Regional (CIDERE), quien se mostró completamente en desacuerdo con la idea propuesta. “Este es un muy mal proyecto para las Pymes y en especial para los trabajadores, que al final, es lo que más importa”, comenzó diciendo.
Además, agregó que “va contra el tránsito en materia de automatización de los procesos productivos, polifuncionalidad de la nueva economía y flexibilidad laboral”, señaló.
Finalmente, Mas, dejó en claro que para él este proyecto “no busca el sano equilibrio que toda política pública debe lograr entre calidad de vida y productividad. Al contrario, aumenta peligrosamente el costo de la productividad y asfixia a las Pyme”, remató.