Por: Camila González E .
La crisis que ha generado el coronavirus no solo ha modificado la forma en que se llevan a cabo las clases de los alumnos, sino que también ha obligado a que muchos jóvenes deban abandonar o suspender temporalmente sus estudios de educación superior, por no contar con los recursos económicos para solventar el pago de aranceles, materiales, etc.
Hoy muchos estudiantes han debido reinventarse y poner en pausa su desarrollo profesional, dejar los libros y cuadernos para buscar alguna actividad con la que puedan generar dinero y así aportar en sus hogares.
Katherine Saavedra es estudiante de la carrera de comercio exterior, y como comenta se matriculó en marzo, pero no pudo seguir estudiando por la falta de dinero, debido a que quedó sin trabajo, “era empaque, vino esto y quedamos cesantes. No tuve más plata para pagar la mensualidad, sumado a que soy mamá y mi hija se enfermó, así que no pude estudiar durante todo el semestre”.
Durante la mitad del año, Katherine no pudo continuar con sus ramos, pero fue gracias al retiro del 10% que logró cursar el segundo semestre, “pero si no hubiera sido por eso tendría que haberme salido por todo el año y atrasarme en sacar mi título, que harto ha costado costear y avanzar. Hasta el día de hoy debo seguir buscando opciones para generar plata, he pensado en iniciar un emprendimiento porque tengo claro que lo ahorrado de la AFP no me va a durar para siempre y es complicado en este contexto encontrar un trabajo estable que se acomode a los horarios del estudio,no los hay y como estudiantes que nos costeamos los institutos estamos muy de brazos cruzados”.
Por su parte, Alonso Jofré hasta hace algunos meses era estudiante de cuarto año en la carrera de geología, situación que cambió con la pandemia, ya que decidió congelar por dos razones: el dinero y las características de la malla curricular, donde este año sus ramos mayormente eran en terrero y laboratorios, los cuales, a través de modalidad remota, no se pueden impartir.
“En mi caso tengo terrenos y laboratorios aparte de las clases, entonces todo este tema iba a ser inconcluso en cuanto a cómo recuperar eso. Estoy en cuarto año, que es en geología, a mi juicio, el más difícil de la carrera. Decidí tomarme esta pausa porque hay mucha incertidumbre y es harta plata la que se invierte en pagar los aranceles, que se puede usar en la casa, más ahora que no sobra”, señala Alonso.
Realidad en universidades e institutos
Respecto a lo informado desde las diversas universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica de la región de Coquimbo, aún no existen cifras oficiales de la cantidad de personas que han desertado de sus carreras, pero sí se han implementado algunas estrategias para apoyar a aquellos estudiantes que han presentado dificultades de conectividad o falta de materiales.
Así lo explica Carolina Fuentes, secretaria docente estudiantil de la Universidad Católica del Norte, sede Coquimbo, quien subraya que “es difícil poseer los números porque el semestre no ha culminado, pero en la universidad la taza de estudiantes que abandonan sus estudios se ha elevado poco en el primer semestre”.
Además, agrega que como una forma de apoyar a todas y todos los estudiantes que han presentado dificultades de conectividad o material tecnológico durante la pandemia, es que “se les dio una beca para que puedan contratar un plan aquellos alumnos que no cuentan con internet. También a todos quienes poseían problemas con computadores, se les facilitó un equipo de acá en calidad de préstamo. También hemos seguido con los apoyos de sicología clínica como psicopedagogía”.