Crédito fotografía: 
Lautaro Carmona
Desde los municipios de la conurbación admiten que el problema se agravó en el último año, pese a que previo al Covid se avanzaba en la Tenencia Responsable, las circunstancias sanitarias impidieron seguir con los operativos masivos ya que los dineros de la Subdere para estos procedimientos fueron redestinados a otros ítems. A ello, se suma que mucha gente adoptó mascotas en cuarentena y luego, cruelmente, se deshizo de ellas, lo que habla de la poca conciencia que existe en esta materia. ¿El resultado? Perros agrupados, adueñándose del territorio, y amenazando a las personas, sobre todo durante las mañanas y en las noches, cuando los sectores céntricos están prácticamente desiertos debido a las restricciones de desplazamiento.

Lunes por la mañana y “José” se desplazaba rumbo a su trabajo a bordo de su scooter motorizado. Eran las 7:50 y todavía había poco tránsito de personas en el centro de La Serena. 

Iba tranquilo, con una bolsa en sus manos, hasta que desde la vereda del frente donde dormían 4 perros, uno de ellos se levantó y comenzó a ladrarle, haciendo amagos de atacarle y querer morderlo. El joven se detuvo, para que el animal se calmara, sin embargo, ocurrió lo contrario: otro integrante de la jauría despertó y ahora eran dos contra un asustado ciudadano quien permanecía inmóvil ante lo que podría haber sido un inminente ataque. 

Afortunadamente, los canes parecieron perder el interés luego que otro vehículo a alta velocidad pasara junto a ellos. José aprovechó el momento y lentamente tomó distancia por varios metros hasta llegar a un lugar prudente, y volver a encender su scooter para desaparecer, lejos del peligro. 

CASOS QUE SE REPITEN 



Situaciones como la vivida por este joven serenense no son aisladas. Aunque parecía que antes de que la pandemia arremetiera con fuerza, el tema de los “perros callejeros” estaba medianamente controlado, por diferentes circunstancias, como la disminución de personas en las calles de acuerdo a las fases y los días en el Plan Paso a Paso; la disminución en el plan de fertilización; el no cumplimiento de la Ley de Tenencia Responsable, que conlleva el aumento del abandonos de las mascotas, éstas han terminado en los sectores céntricos tanto de La Serena como de Coquimbo, apoderándose de algunas áreas urbanas, en gran cantidad. 

Principalmente durante las mañanas y cuando comienza a caer la noche, los perros se juntan, se vuelven territoriales y en ciertas oportunidades, atacan, tal como le ocurrió a “José”. En La Serena, es posible detectar al menos a cuatro jaurías dando vueltas y que según el entorno de quienes las ven a diario “resultan bastante peligrosas”. Está un grupo de perros que se instala en la Avenida Francisco de Aguirre frente a una conocida panadería; por otra parte, frente a La Recova, en las afueras de la Iglesia San Agustín; también en calle Eduardo de La Barra, y finalmente, la que se emplaza afuera del Edificio del Tribunal de Familia, junto a un grupo de personas en situación de calle, por Balmaceda, llegando a Brasil. De ésta última jauría también se han recibido denuncias informales, respecto a sus ataques hacia personas, incluso madres que llevan a sus bebes en coches han debido interponerse para evitar que sus pequeños sufran algún daño. Afortunadamente, no se han registrado mordeduras –como la que ocurrió en Coquimbo en el sector de Baquedano en junio del 2020-, pero han estado cerca, según consignan testigos.

Y es que allí también se instala una feria de artesanos, y es uno de los locatarios quien precisa que la situación ya lo tiene “tremendamente complicado”. Sentado mientras acomoda sus productos de cuero reclama que hace falta una intervención, y por supuesto, llama a crear mayor conciencia. “Aquí siempre ha habido perros, pero ahora la situación se salió de las manos. Los animales se sienten dueños del territorio y atacan a cualquiera que no sea parte de este grupo de indigentes. Incluso a mí se me han tirado. He visto también como se lanzan a las ruedas de los vehículos, pero eso es lo menos grave, lo complicado, te insisto, es cuando va la gente a pie, y en bicicleta, incluso en moto, porque se puede provocar una caída”, sostiene Jaime Álvarez. 

ALGO QUE YA SE ANALIZA 



No se trata de una mera percepción. Pese a que no existen datos duros respecto al aumento de los perros abandonados en las zonas céntricas de la conurbación -que están generando problemas-, departamentos especializados de los municipios han constatado esta situación, y lo atribuyen directamente a la irresponsabilidad de las personas que simplemente deciden “abandonar a las mascotas”, en un año complejo, ya que los procesos de esterilización masiva, al menos en la capital regional se han visto mermados por la falta de recursos. Todo confluye y el resultado son las jaurías. 

Irma Petit, encargada del centro de Tenencia Responsable de La Serena (ex canil municipal) admite que es evidente que en este periodo se produjo un aumento importante de perros deambulando por las calles. “No tengo números concretos, porque no los hay, lamentablemente, pero sí, es efectivo que ha aumentado el abandono, y en eso quiero ser enfática: El animal no anda en la calle porque quiere, aquí hay un tema de que es la misma gente la que los va a dejar. Te aseguro que todos los perros ‘nuevos’ que han llegado al centro tienen o tuvieron un dueño, se cruzaron con la perrita que iba pasando y que estaba en celo, y después, ese dueño se lava las manos”, sostuvo la profesional, agregando que, de esta forma, “es muy complejo ir sacando perros de la calle si la gente los está yendo a botar”. 

BAJA EN LA ESTERILIZACIÓN 



Petit también advirtió que una problemática que se ha suscitado en el último tiempo es la baja sustancial en la cantidad de esterilizaciones realizadas, por una merma de recursos provenientes de la Subdere que no llegaron o se destinaron a otros propósitos debido a la emergencia de la pandemia. “Si nos vamos un año atrás, teníamos a gran parte de la población canina controlada con esterilización, pero hoy día contamos con esta nueva cantidad de animales sin esterilizar que vienen de casas, los que tampoco tienen la vacuna antirrábica. Cómo no tuvimos los dineros, hicimos menos esterilizaciones masivas, y en lapsos de tiempo mucho más separados, claramente esto afectó a que aumentaran los perros en la calle”, puntualizó la encargada del ex canil. 

Y es que esta merma de dineros, incidió sustancialmente en los planes para el control de los animales en la vía pública, al menos en la capital regional. Petit, afirma que el 2019 se realizaron 7000 operaciones, y a esa fecha, los procedimientos superaban los 20 mil en total. Sin embargo, para el 2020 se registró un “estancamiento” en el trabajo. “Teníamos un tercio de la cantidad de perros que, se estimaba, existían en La Serena, ya esterilizados. Íbamos como avión, pero vino este freno en los recursos, y bueno, seguimos haciendo las operaciones en el centro de tenencia, pero no es lo mismo. Bajó la esterilización masiva porque como municipio no tenemos los recursos para eso. De 7 mil en un año se bajó a mil”, expresó. 

REALIDAD EN COQUIMBO 



La realidad en el puerto es similar. De acuerdo a lo explicado por Alejandro Espinoza, médico veterinario y encargado del Centro Veterinario Municipal, existe un aumento de perros en las calles, que se agrupan en estas jaurías, sin embargo, tampoco puede dar un número específico, ya que no hay un estudio al respecto todavía. “Esto ha aumentado durante la pandemia, si bien no tenemos el número, sí existe un registro de mayores denuncias de la comunidad que acusa que las personas abandonan a los animales en pandemia”, indica. 

Y aquí se da la paradoja, ya que el veterinario relata que cuando estuvimos en cuarentena total el 2020 en La Serena y Coquimbo, se produjo una situación alentadora, que tuvo que ver con que aumentó la adopción de perros, sin embargo, una vez que pasó el encierro, la gente se deshizo de ellos. 

Asegura que no se han dejado de realizar esterilizaciones, eso sí, sólo alrededor de 900, muy lejos, por ejemplo, que el número del 2019. “Se ha hecho igualmente un trabajo arduo, con estos animales en situación de calle, que no sólo va en beneficio de nuestros animales, sino que, de nuestras personas, de nuestra comunidad. Desde luego esperamos este año aumentar las cirugías siempre y cuando los recursos y los efectos de la pandemia así lo permitan”, aseveró Espinoza. 

AVANZAR EN CONCIENCIA 



Consultado por la situación, el alcalde de La Serena, Roberto Jacob, se centró en realizar un llamado a la conciencia de las personas. “Lo más importante es hacerle un llamado a las personas que tienen a las mascotas, a no abandonar a sus perros, que si no quieren tener una mascota nadie los obliga a tenerla, así que antes de hacerlo que piensen bien lo que implica (…) Hay que trabajar en conjunto porque no sacamos nada con andar recogiendo perritos de la calle y darlos en adopción, si después los siguen botando”, especificó. 

En esa misma línea, la animalista-rescatista, Adriana Jeanneret, fundadora de la organización We Are Wof, manifiesta que la gente no le ha tomado la real importancia a la Ley de Tenencia Responsable. “La gente compró mascotas y después las desechó, eso en pandemia, y además se dio el tema de que siempre en las épocas de verano aumenta la tasa de abandono. La gente que no hace lazos con las mascotas, las deja y se va de vacaciones y lo que ocurre ahí es que los perritos se van”, manifestó Jeanneret, quien reiteró el llamado a no adoptar perros si no se tiene la intención de darle todos los cuidados. “Mucha gente los bota porque se dan cuenta que se hacen pipí afuera, o porque les hacen hoyos en el jardín y eso es natural de los perros, tienen que adaptarse a eso. No son un juguete son una responsabilidad”, explicó. 

AUMENTO DE AGRESIVIDAD



La médica veterinario Priscila Pallero, puso el acento también en que aquí la responsabilidad mayor es de los seres humanos, pero explicó la peligrosidad que pueden tener estos perros cuando se agrupan en jaurías. “Cuando están en jaurías tienen un comportamiento distinto al que tienen cuando están solos. Se vuelven más agresivos, territoriales. Claro, mucha gente les pone agua, les da comida y este punto es súper controversial, porque, por un lado, no se les puede dejar morir a estos perritos, pero, por otra parte, si yo hago esto es incorrecto porque la ley dice que si yo lo alimento me estoy haciendo responsable de él, por tanto, debiese llevármelo, y no fomentar la población callejera, pero es súper complicado”, analizó la veterinario. 

Sabe que existen riesgos, por lo mismo entrega tips para la gente que en algún momento pueda ser atacada (ver infografía página 6), se prepare e indica, por ejemplo, que se debe adoptar una actitud siempre sumisa. “Debemos mantenernos quietos, evitar el contacto visual e intentar distraer al perro con un objeto, si se tiene a mano. Ahora, si se trata de una jauría completa es más complejo. Ahí se debe hacer lo mismo, por nada del mundo tratar de atacar al perro, eso sería el peor error”, finalizó, haciendo el llamado que hacen todos: a crear conciencia para, de apoco, llegar a tener ciudades donde todos los perros tengan un dueño responsable. 

 

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