• La edad de inicio del consumo de drogas y alcohol está entre los 12 y 13 años, según estimaciones de Senda.
  • La directora regional de Senda, Fernanda Alvarado, indicó que el rol de las familias es fundamental en el tratamiento de los menores.
  • Prosain Coquimbo cuenta con equipo multidisciplinario de profesionales que atiende a los usuarios, explicó la representante legal Andrea Abarca.
  • 20 menores con problemas de consumo de drogas y alcohol reciben tratamiento en Prosain Coquimbo
  • Gloria Ávalos, madre de uno de los menores que se trata en el centro relató su expriencia.
  • Gloria Ávalos, madre de uno de los menores que se trata en el centro relató su expriencia, su hijo escuchó entre lágrimas el discurso de su madre.
  • Álvaro cumple 17 años en agosto y con el apoyo de su madre ha logrado grandes avances en su tratamiento.
  • El centro está ubicado en calle Rio Lauca, en el kilómetro 465 de Peñuelas. Este miércoles se hizo entrega oficial de la placa.
  • Autoridades cortaron la cinta en la inauguración de Prosain Coquimbo, que ya se encuentra trabajando en 20 casos de consumo de drogas.
Crédito fotografía: 
Diego Guerrero
Según las cifras de Senda, la edad de inicio del consumo de drogas y alcohol disminuye progresivamente y hoy se encuentra entre los 12 y 13 años de edad. La institución cuenta con 29 programas de tratamiento en la región, que buscan entregar herramientas a familias completas, que día a día se ven enfrentadas no solo al problema de las sustancias, sino también a los prejuicios de su entorno.

Con una emotiva ceremonia se inauguró “Prosain Coquimbo”, un nuevo centro de tratamiento para el consumo de drogas y alcohol, que con un programa ambulatorio intensivo ayudará en la rehabilitación de niños y adolescentes de la comuna, con participación directa de su entorno familiar en el proceso.

Prosain cuenta ya con otros programas similares en distintos lugares del país y trabaja con un equipo multidisciplinario en el que destacan profesionales como psicólogos, trabajadores sociales, técnicos en rehabilitación, psiquiatras, entre otros especialistas.

La representante legal de la organización, Andrea Abarca, indicó que el centro atenderá hasta a 20 usuarios, quienes son derivados de la red de salud. “Hacemos un diagnóstico individualizado de acuerdo a las necesidades y motivaciones de los chicos. Tratamos de dar un servicio de calidad y tener vínculos con la familia para un buen resultado”, indicó.

UNA BATALLA DIFÍCIL

“Llegué aquí desesperada”, dijo Gloria Ávalos en su discurso en la apertura del centro. Se trata de la madre de uno de los menores usuarios del programa, que expresó lo difícil del proceso que ha enfrentado su familia y agradeció el apoyo de los diferentes actores involucrados en la rehabilitación de su hijo.

En entrevista con El Día detalló lo difícil que han sido los últimos meses. Álvaro, su hijo, seguía con un tratamiento psicológico por diferentes problemas que enfrentaba, Gloria sabía de su consumo de marihuana, del cual trataba de sacarlo, pero no fue hasta llegar al centro cuando conoció la magnitud del problema.

“Llegué acá y asumí que era algo constante, fue un golpe muy fuerte para mí y muy difícil de enfrentar”, dijo Gloria, quien lamenta que además del duro proceso que enfrenta por la situación de su hijo, también ha tenido que resistir a las críticas de su entorno.

29 programas de tratamiento existen en la región de Coquimbo, especializados en diferentes áreas.

“Es complicado porque a uno lo juzgan como papá y al niño lo ven como a un delincuente. La sociedad juzga mucho y eso es difícil, porque uno ya tiene una carga encima y que te estén juzgando es complicado”, sostuvo Gloria.

El proceso ha sido lento, pero esta madre es optimista. “Hay días que son muy buenos y otros que son muy malos. Los terapeutas nos dicen que no está garantizado que deje de consumir de un día para otro, pero yo si he visto una mejoría, está un poco más tranquilo y también más receptivo”.

Lo más importante, destaca Gloria, es que el programa entrega herramientas con las que se ha podido hacer parte del tratamiento, “nos enseñan cómo acércanos y cómo ayudarlos, no creo que tenga un efecto inmediato, pero cuando madure se dará cuenta de que estuvimos aquí con él”, agregó.

“Hay días que son muy buenos y otros que son muy malos. Los terapeutas nos dicen que no está garantizado que deje de consumir de un día para otro, pero yo si he visto una mejoría". Gloria Ávalos, madre de Álvaro.

Álvaro es consciente de esa ayuda, a un mes de cumplir los 17 años reconoce que distintas situaciones que ha enfrentado lo han llevado por un camino del que se arrepiente, “mi mamá estaba preocupada, porque yo he estado medito en cosas y he pasado por muchas situaciones y he salido adelante gracias a ella”, indica.

El menor sostiene que constantemente se ve enfrentado a un cuestionamiento, no solo por su consumo de drogas, “es que soy impulsivo. La gente dice que me tiene miedo, que soy malcriado, pero mi condición me ha impedido adaptarme bien en los colegios, estuve con depresión y recurrí a las pastillas. Es muy difícil”, indicó.

Pero Álvaro está enfocado en su rehabilitación, con la frente en alto decidió mostrar su rostro y contar su historia. “A palabras necias oídos sordos, no me quedo con lo negativo, sé lo bueno que tengo y le saco harto provecho a eso”, indicó.

UNA REALIDAD NACIONAL

Para la directora regional de SENDA, Fernanda Alvarado, el rol de la familia es fundamental, “ellas reciben una orientación y consejería, las invitamos a conversar más con los hijos para disminuir los factores de riesgo, ya que son el primer agente sociabilizador”.

Alvarado indica que existe una preocupante realidad nacional de la que la institución se ha esforzado por hacerse cargo, “La edad de inicio del consumo de drogas y alcohol está cada vez bajando más y en promedio hoy está entre los 12 y 13 años de edad”.

Según lo aportado por la directora, esta baja en la edad inicial se explica por una baja en la percepción del riesgo frente a los consumos, “Hay algunas familias que tienden a normalizar o estabilizar esta situación. Existe el mito de que no pasa nada, de creer que es mejor que consuman dentro de las casas, lo que es absolutamente falso”.

"Observamos que existe una muy baja percepción del riesgo frente a los consumos. Algunas familias tienden a normalizar o estabilizar ciertas situaciones". Fernanda Alvarado, directora regional de Senda. 

Esta baja percepción de riesgo también está en los menores, lo que sumado a la presión de sus pares y la experimentación propia a su proceso de desarrollo personal, son factores determinantes en el inicio del consumo, “ahí tenemos que estar más atentos”, sostuvo.

Por su parte la Seremi de la Mujer y Equidad de Género, Ivon Guerra, también se sumó al llamado a trabajar por la prevención y rehabilitación, “las cifras nos indican que ha amentado el consumo en mujeres y sobretodo adolescentes, eso nos preocupa y vamos a trabajar en conjunto con Senda”, indicó.

La seremi señaló que “como gobierno apoyaremos en todos los sentidos. Tener pequeñas de 13 años con este flagelo es muy doloroso y queremos poner énfasis en el apoyo a los centros y en el trabajo que se hace con las familias”, indicó.

CASOS COMPLEJOS

El caso de Marilyn es más complicado. La joven lleva 4 de sus 18 años consumiendo pasta base. Sus padres están desesperados y les ha constado enfrentar el proceso, principalmente porque la joven “no quiere salir de la droga”, dijeron al término de la ceremonia.

Jimena supo que su hija consumía estas sustancias cuando un día fue detenida por la Policía de Investigaciones. Los detectives la llamaron luego de que fuera encontrada portando drogas y en estado de ebriedad en Coquimbo.

Desde entonces todo ha sido más difícil. Viven en el sector de la Parte Alta, y muchas veces la joven se arranca, “es terrible, se pierde y no puedo encontrarla. En este sector se ve mucho la droga, hemos pensado irnos de aquí, sacarla de este ambiente”, comenta.

Jimena asegura que también se ha enfrentado a los prejuicios, “siempre dicen que los papás andan en la calle y quizás que otras cosas más”, indica la madre que en muchas ocasiones se ha arriesgado a ir ella misma a lugares peligrosos para buscar a su hija.

“Mi esperanza es que salga de esto”, declaró. Los padres de Marilyn se mostraron agradecidos por la ayuda multidisciplinaria y por involucrar a la familia en el proceso, lo que para ellos será crucial en la rehabilitación de la joven.

Ubicado en calle Rio Lauca, en el kilómetro 465 de Peñuelas, el programa “Prosain Coquimbo” atiende hasta a 20 niños y adolescentes de la comuna. Los menores participan en las mañanas y tardes, con horarios y equipos adaptados a los tiempos de quienes estudian, con participación de padres en talleres para tratamiento de sus hijos. 

Programas disponibles para la rehabilitación

Como este, existen 29 programas de tratamiento en la Región de Coquimbo, atendiendo a hombres y mujeres, niños, niñas y jóvenes, adolescentes y adultos infractores de ley bajo modalidades ambulatorias básicas, intensivas o residenciales en las tres provincias de la región.

Como este, especializados en población infanto-adolescente, existen otros en Coquimbo y Ovalle. Además en Las Compañías un programa entrega atención especializada a mujeres y en La Serena se encentra el único programa residencial para la rehabilitación.

“Hacemos el llamado que quienes tengan algún problema puedan acercarse a la red de SENDA, ya que nosotros estamos para acogerlos y orientarlos”, indicó en este sentido Fernanda Alvarado, directora regional de la institución.

 

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