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El Día
Luego de la decisión del edil de La Serena, Roberto Jacob, de no dar más permisos para vender en el centro de la ciudad, quienes cuentan con autorización sienten temor de que no se les renueve la patente. Pero desde la casa edilicia anuncian que pondrán “mano dura” ya que, junto a Carabineros, detectaron a una banda organizada cuyo caso será investigado por la Fiscalía, y además, aseguran que la normativa para sancionar a quienes compran estos productos avanza rápidamente y debería estar en marcha este año.

“No vamos a dar más permisos a vendedores ambulantes en el centro de la ciudad”. Esta fue la sentencia con la que el alcalde de La Serena Roberto Jacob, instaló la incertidumbre en los cerca de 30 comerciantes autorizados que hoy día trabajan en el casco histórico de La Serena, y que cuentan con permiso municipal.

La mayoría de ellos asegura que “se les está metiendo en el mismo saco” que a los ambulantes ilegales que “tanto daño han causado en el comercio establecido y en el orden de la ciudad”, pero que existen muchas diferencias. Así lo remarca Edgardo Contreras, comerciante desde los 20 años, “siempre con permiso”, consigna. Primero, con un puesto en la feria persa Cienfuegos, el que tuvo que vender, y después en los ya “míticos” Carritos Verdes que durante mucho tiempo, finalizando la década de los ’90, fueron la solución para ordenar a los vendedores callejeros. “Lo único que espero yo es que no nos saquen a nosotros, los que pagamos nuestra patente al municipio y hemos cumplido con todas las exigencias para estar aquí”, asevera, quien hoy en día se instala en plena Avenida Francisco de Aguirre con Balmaceda.

Añora la época de los Carritos Verdes. Siente que en ese tiempo “pudieron trabajar tranquilos”, pero sabe que no volverán a instalarse, por lo que pide al municipio que si no renovará ni dará más permisos, debiesen darles la oportunidad de ponerse en otro lugar. “Al final sacaron estos carritos, porque dijeron que ocupaban mucho espacio en las veredas, pero ese mismo espacio lo ocupan los ambulantes ilegales”, critica Contreras.

“ES NUESTRA ÚNICA OPCIÓN”

Diana y Karina, también son dos vendedoras callejeras que cuentan con autorización y sienten temor por lo que pueda pasar ya que, aseguran, es difícil que puedan encontrar trabajo en otro lugar debido a que ambas estuvieron privadas de libertad. “Imagínate todo lo que nos costó que nos dieran el permiso. Estuvimos meses tramitando, si no nos renuevan o nos sacan, ¿en qué vamos a trabajar? No vamos a volver a lo de antes. Lo que pasa es que las autoridades se llenan la boca hablando de la reinserción, pero se van en puras palabras”, dice Diana, ofuscada y expectante sobre lo que pueda llegar a pasar.

Un poco más allá, en Calle Balmaceda con Eduardo de La Barra, Patricia Alejandrina Miranda de 72 años, espera que “se reconsidere la medida”, si es que el edil está pensando en sacar definitivamente a  todos los comerciantes, incluso a los que han logrado obtener autorización. Para ella, el vender sus productos en la calle es la única forma de subsistir, asegura, ya que, a su edad, dice, “no tengo otra opción de trabajar”. Además, tiene una enfermedad que le impide desplazarse. “Sabe lo que pasa, es que aquí el tema está muy mal regulado, mal fiscalizado. Porque hay gente con permiso, y gente que no lo necesita, que llegan en los tremendos autos y se ponen con sus paños. A ellos deberían sancionarlos, no que nosotros tengamos que pagar los platos rotos”, enfatiza la vendedora.

LOS “MALOS DE LA PELÍCULA”

Más allá de que guste o no el comercio ambulante, hay quienes operan amparados por la ley, como don Edgardo, Diana y Karina; y la señora Patricia. Ellos pagan mensualmente seis mil pesos, lo que conlleva el riesgo de que su permiso sea quitado o no renovado en cualquier tiempo. Sin embargo, es el riesgo que ellos eligen correr.

Pero hay otros, “los malos de la película”, según los describe Patricia Alejandrina Miranda: los ambulantes ilegales, con quienes también intentamos conversar pero no se mostraron muy amables con nuestra presencia. De hecho, más de algún insulto recibimos por parte de ellos, aunque durante las horas que estuvimos observándolos y gracias a los testimonios de personas que los ven todos los días, pudimos descubrir cómo es su modus operandi y por qué a algunos francamente poco le importa que los infraccionen o les quiten le mercadería.

“TIENEN OJOS EN LA ESPALDA” Y LA GENTE LOS PROTEGE

Según cifras del municipio, los comerciantes ambulantes de La Serena han disminuido, pero persisten. Claro, ni con la intensificación de las fiscalizaciones, ni por parte de Carabineros ni de los propios inspectores municipales, han podido ser erradicados por las diferentes administraciones edilicias. Pero, ¿por qué se da este fenómeno? En primeros términos porque siempre hay demanda de compradores que prefieren pagar menos pese a que sea en el mercado ilegal, y, además, buena parte de estos vendedores cuenta con una organización sumamente elaborada.

De acuerdo a fuentes policiales, los sujetos saben perfectamente las horas de los controles y, en caso de que se realice una intervención sorpresa, siempre están los denominados “loros”, que alertan a con silbidos o señas, y que también forman parte de la organización. “Acá yo los veo rotarse toda la mañana. Pasan para un lado con el paño, y después se devuelven con el mismo paño cuando ya se han ido los carabineros. Y así se le llevan”, cuenta el dueño de un quiosco de calle Eduardo de La Barra, quien prefiere mantener su nombre en reserva.

El mismo sujeto, agrega que las veces en que son descubiertos se producen grandes problemas, porque la misma gente los defiende. Así lo ratifica el propio Jefe de Inspección Municipal, Franklin Solar. “Es inentendible la actitud que tienen las personas en este sentido, porque por un lado piden seguridad, pero por otra parte cuando estamos haciendo nuestro trabajo de fiscalización, terminan yéndose en contra nuestra”, asegura Solar, quien también, remarca, en la violencia con la que actúan los ambulantes ilegales cuando son sorprendidos. “Hemos tenido una gran cantidad de funcionarios lesionados, producto de los golpes que reciben por parte de estos individuos”.

¿UNA “MAFIA”?

Buena parte de los ambulantes que no cuentan con permisos se manejan solos. Compran al por mayor y luego revenden a un precio más alto, sin pagar por ningún tipo de autorización ni por patentes. Pero hay un grupo que ya ha sido detectado por la policía y que el municipio analiza llevar a la justicia, por una eventual asociación ilícita y otros delitos. “Existe un furgón que ya tenemos identificado y que reparte la mercadería a distintas personas que salen a vender ilegalmente en la calle. Eso ya lo establecimos con la policía y ahora el municipio va a adoptar las acciones legales correspondientes para se dé inicio a una investigación”, precisó Franklin Solar.

Y saben que la ley no establece mayores sanciones. Según explica Franklin Solar, cuando se sorprende a una persona ejerciendo el comercio ilegal, se le requisa la mercadería que llevan y luego se les notifica. Algo a lo que los vendedores no le temen, sobre todo, los que trabajan para un mayorista que los provee de los productos y no tiene que pagar por lo que vende.

A LA JUSTICIA

El mayor de Carabineros, y comisario de la Primera Comisaría de La Serena, Juan Carlos Pérez, enfatiza en que se está trabajando en conjunto con el municipio para erradicar el comercio ambulante, pero, insiste, no se trata de una tarea fácil, ya que, “es una problemática nacional”.

Pese a que no puede entregar mayores detalles, ratifica que han detectado la presencia de un vehículo que reparte los productos a diferentes vendedores. “Ya tenemos identificada a la persona que distribuye la mercadería a prácticamente todos los vendedores, habiendo aquí una evasión de impuestos, asociación ilícita y otros delitos que se pueden dar”, indicó Pérez.

El policía agregó que el tema ya debería estar denunciado por el mismo municipio en el Ministerio Público y siendo investigado. “Por nuestra parte, como Carabineros nosotros ya nos adelantamos, y tenemos identificadas a las personas que son los cabecillas de esto”, indica el mayor.

ALCALDE PONE “MANO DURA” Y ACLARA MEDIDAS

Roberto Jacob, alcalde de La Serena, es claro y les da tranquilidad a los comerciantes que mantienen su permiso al día. Asegura que no se los quitará si continúan siendo responsables. Eso sí, aclara que por ningún motivo se otorgarán más permisos, ya que no quieren más comercio callejero en el casco histórico.

Pero la mano dura estará en los Ilegales. A ellos se les pretende erradicar y se barajan varias opciones, entre ellas, comenzar a multar a los compradores tal como se planteó en su minuto. “Es algo en lo que se está trabajando y está bastante avanzado. No está todavía la ordenanza pero en su minuto estará”, manifiesta el edil.

En la misma línea el concejal Robinson Hernández, expresa que la ordenanza que establezca sanciones para los que compran en el comercio ilegal callejero es un compromiso edilicio, por lo que no le cabe duda que se cumplirá en el corto plazo. “Es una medida extrema, pero necesaria si queremos tener una ciudad limpia”, sostuvo.

PIDEN EL RETORNO DE LOS CARROS VERDES

“Lo más sensato sería que dejaran volver a los carritos verdes”, dice Edgardo Contreras, vendedor ambulante autorizado, quien trabajó por años en estos carros en calle Balmaceda. “Fue el único momento en el que hubo un orden, y yo todavía no me explico por qué los sacaron”, precisa, asegurando que, “a la gran mayoría de los que trabajaban en los carros, no les quedó otra que volver a la calle”.

Pero, ¿cuándo se implementaron y cuándo se decidió sacar estos emblemáticos carros? Fue en la década del ’90 que, debido al incipiente problema, las autoridades decidieron que eran la mejor opción para ordenar a los vendedores ilegales. Luego de reuniones entre los propios ambulantes y el municipio, llegaron al acuerdo de que podrían trabajar, siempre y cuando cumplieran ciertas normas estéticas que fueran acorde con la ciudad colonial, esto sólo se conseguiría con carros especialmente diseñados.

La alcaldesa de aquel entonces, y actual presidenta del Core, Adriana Peñafiel, tiene un buen recuerdo de la decisión que se tomó y asegura que contribuyó a “darle armonía al entorno urbano, y además logramos acabar con el problema del comercio ambulante, ahí la gente pudo trabajar y se pudo establecer”, sostuvo.

Pero todo tiene un final, y bajo la administración del exalcalde y hoy diputado Raúl Saldívar, en el año 2010 los carros se erradicaron. Hubo negociaciones para evitarlo, pero no prosperaron, y la noche del 30 de junio salieron para siempre del centro de la ciudad.

¿Existirá la posibilidad de volverlos a instalar tal como señalan algunos comerciantes? La exalcaldesa Peñafiel, insiste en los carros sirvieron en su momento. “Mejoraron la imagen de la ciudad y dignificaron el trabajo de estas personas”.

Sin embargo, consultado, el actual edil Roberto Jacob, lo descarta de plano asegurando que, a 8 años de haber sido sacados, el volver a instalarlos no está entre las alternativas. “Si en su momento se retiraron fue por algo y no podemos volver al pasado, tenemos que analizar soluciones a futuro que sean innovadoras”, precisó.

EL ESPÍRITU DE SUPERACIÓN

Es cierto que tanto ambulantes con permiso, como ilegales piden el retorno de los carros verdes, ya que en su minuto les dio estabilidad y sienten que fueron perjudicados con su retirada. Sin embargo, hay excepciones, y hay quienes encontraron en esta medida municipal una oportunidad de prosperar. Este es el caso de Genara Canto, quien trabajó es estos carros, sufrió cuando los prohibieron, pero logró levantarse y ahora tiene tres locales establecidos y da trabajo a más de 50 personas.

Al recordar su época de vendedora callejera se emociona, ya que hoy puede ver a su alrededor el fruto del esfuerzo de ella y su familia. “Toda la vida trabajamos en la calle, y con los carritos fueron buenos tiempos, pero sino los hubiesen sacado, tal vez todavía estaríamos igual, arrancando de carabineros y ese tipo de cosas”, enfatiza.

Está convencida de que todos pueden realizar lo mismo que ella y que sólo es cuestión de convencerse y no esperar que alguien te regale nada. “Yo entiendo a los vendedores ambulantes, a todos, porque yo lo fui, pero los llamo a que se atrevan a emprender. Sé que es difícil, porque hay mucho riesgo, pero si uno no lo intenta nunca sabrá hasta dónde podría haber llegado”, expresa Genara, quien también espera una solución para el comercio ambulante, pero una que, más allá de erradicarlos, les otorgue oportunidades dentro del marco legal. 4601iR

CÁMARA DE COMERCIO

Cabe señalar que desde la Cámara de Comercio de La Serena, han expresado en reiteradas oportunidades que el comercio ambulante genera grandes pérdidas para ellos, y una competencia desleal, debido a que ofrecen productos de baja calidad a un menor precio, sin tener que pagar ningún tipo de permisos ni impuestos que deben cancelar los que están establecidos y operan en el marco legal.

 

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