Parecen ser un problema sin solución. Y es que están ahí, casi enfrente de nuestras narices. En la puerta de nuestra casa, en la pared de nuestro hogar. En nuestras esquinas, en nuestras coloniales avenidas. Sí, son lo que la gente comúnmente llama “rayados” y que desde hace años, pese a los esfuerzos de las autoridades municipales y también de las empresas privadas, no se han podido erradicar del casco histórico de la ciudad.
De hecho, hay quienes señalan que han ido en aumento. Claro, aunque las fachadas que sufren de este tipo de atentados sean pintadas nuevamente, los actos vandálicos vuelven a deteriorarlas. Un ejemplo de aquello es el muro el edificio de la ex CCU, en uno de sus costados, particularmente el que corresponde a calle Prat entre Balmaceda y O’Higgins, el cual pertenece al municipio de la capital y cada vez que es remozado lo rayan con spray o cualquier otro elemento.
Y este no es el único lugar que ha sido blanco de quienes realizan estos rayados. Basta darse una vuelta por el centro de la ciudad para darse cuenta que la situación se torna insostenible, sobre todo porque se trata de un sector patrimonial, protegido por la Ley de Monumentos Nacionales.
“NO HAY CULTURA”. La encargada regional del Consejo de Monumentos Nacionales, Daniela Herrera, se manifiesta preocupada por esta situación ya que, asegura, se debe fundamentalmente a la falta de cultura de las personas que no ponen en valor lo que significa la zona típica y la ciudad en general. “En todo este tiempo, desde que surgió este problema las personas que hacen estas cosas no han comprendido y no se han concientizado de que están haciendo un daño muy grande a nuestro patrimonio. Porque un rayado es un daño que se puede ver muy superficial, pero para reparar los inmuebles debido a los compuestos químicos de las pinturas se genern una merma bastante grande, sobre todo porque cuando se va reparando vuelve a sufrir daños, esto genera un mayor deterioro”, aseguró.
Además Herrera enfatizó en que la restauración de algunas construcciones del casco histórico que han sido atacadas con pinturas, como hace algún tiempo sucedió con la mismísima catedral de La Serena y la Iglesia San Francisco, es mucho más compleja, ya que se requiere de tratamientos especiales. “En estos casos cambia todo. No es llegar y pintar. Debe haber un trabajo realizado por conservadores con disolventes específicos según el material del cual esté hecha la construcción, por lo cual los costos son mucho más elevados”, manifestó.
MUNICIPIO EN ALERTA. Desde el municipio de La Serena reconocen que el asunto constituye uno de los grandes temas pendientes en lo que ha sido la actual administración, pese a que se han hecho los esfuerzos para solucionar este grave problema.
Fue en agosto del año 2013 cuando la municipalidad junto a una veintena de empresas de la región se involucraron en la campaña denominada “Patrimonio Sin Rayas” que tenía por objetivo limpiar las fachadas de la zona típica.
Esta iniciativa dio buenos resultados y todos se mostraron comprometidos. Sin embargo, el tiempo transcurrió y muchas de las paredes que habían sido restauradas volvieron a sufrir los embates de la delincuencia.
“Es una situación que a veces nos sobrepasa”, indica el edil de La Serena, Roberto Jacob. “Lo que pasa es que todavía hay personas que no quieren entender que la ciudad es de todos y hay que cuidarla. Eso a veces es un poco frustrante”, aseguró.
Pero no se darán por vencidos. Jacob precisa que durante las próximas semanas reactivarán la campaña para resguardar el patrimonio de la zona típica de la ciudad de los campanarios. “La iniciativa ‘Patrimonio Sin Rayas’, nunca la hemos dejado de lado. Lo que pasa es que van surgiendo otros problemas que se tienen que atender pero siempre es una prioridad el tener una ciudad limpia, sobre todo cuando es de las características de La Serena, por eso que le vamos a volver a pedir el apoyo a los privados como lo hicimos la vez anterior, para que nos apoyen con las pinturas y también con algunos compromisos e ir de a poco reparando los daños causados y educando a la gente”, indicó el edil.
Jacob también manifestó que tiene la idea de crear cuadrillas municipales permanentes que se dediquen de manera exclusiva a la limpieza de las fachadas del casco histórico. “Esta es otra de las iniciativas que queremos concretar y para esto podríamos poner a trabajadores del municipio o también que las empresas nos colaboren. Es algo que tenemos que analizar cuando tengamos clara la fecha en la que nos vamos a reunir para elaborar el plan de acción. Lo claro es que la campaña se reactiva porque necesitamos erradicar los rayados”, precisó el edil.
“SIN PERDONAZOS”. El alcalde de La Serena también expresa que ya no habrá “mano blanda” con quienes sean sorprendidos haciendo algún tipo de rayados. Y es que cuando esta acción se produce en una zona típica como la de La Serena -una de las más extensas del país, comprendiendo el perímetro de Pedro Pablo Muñoz, Cirujano Videla, Justo Donoso y Amunátegui-, se debería aplicar la Ley 17.288 (Ley de Monumentos Nacionales), que en su artículo 38 establece sanciones que van desde presidio menor en sus grados medios a máximo y multas de 50 a 200 UTMs. “Es la única forma de que la gente entienda que no puede andar rayando la ciudad como se le dé la gana. Por eso es que ya no habrá más perdonazos y cuando alguien sea sorprendido rayando haremos cumplir la ley”, aseveró el edil.