Luego de la pérdida de trazabilidad de los casos de contagios por el COVID-19 la Región de Coquimbo entró en fase 4. A pesar de esto, el diputado UDI, Juan Manuel Fuenzalida asegura que es momento de dejar el centralismo y evaluar la realidad que se está viviendo en la zona para poder tomar decisiones.
Para el parlamentario el manejo de la crisis sanitaria en la región se ha llevado de buena manera. Enfatiza que el control sanitario en Pichidangui ha sido todo un acierto permitiendo tener bajos niveles de contagios. Además, advierte, que ha habido un buen control, “y que ha sido la misma gente que ha generado el autocuidado y la responsabilidad”.
-¿Está preocupado de la entrada de la región a la fase 4 con el Covid-19 cuando la comunidad no parece tener claro lo que significa en la práctica?
“Se debería haber comunicado mejor lo que significaba una fase 4. La gente está acostumbrada a leer titulares y no contenido, por lo tanto, se debería haber especificado más a lo que se refería. Esto asociado a la especie de sicosis colectiva que hay con respecto a los contagios. La forma y el vocabulario tiene que transmitirse bien, porque de lo contrario se mal entiende”.
-¿Le molestó que pusieran en tela de juicio las cifras? Se creía que con la entrada en operaciones de tres laboratorios en la zona , el tema cambiaría, pero la cantidad de contagios sigue siendo baja, por suerte para la zona…
“Se ha manejado bien el tema, fue un muy buen acierto el control sanitario en Pichidangui. Así como se habla de fase 4 con respecto a la pandemia, creo que la región tiene que descentralizarse de lo que ocurre en otras regiones. No podemos extrapolar lo que está ocurriendo en la Región Metropolitana. Por lo tanto, las medidas que se deben adoptar ahora para poder volver a la normalidad se tiene que ir ajustando a las realidades comunales y regionales”.
Pandemia económica
-¿Cree que la autoridad regional se ha dejado pautear por Santiago?
“No, para nada, debido a que se ha manejado bien la situación es el momento de plantear en estas mesas sociales que Santiago no es Chile. No somos como la Región de la Araucanía donde hemos visto una explosión de contagios y, por lo tanto, tenemos que descentralizar un poco las decisiones, sin perder el contacto con el nivel central. Así como también tenemos una pandemia de salud, tenemos una pandemia económica. La proyección, en el mejor de los casos a nivel nacional, podríamos llegar a una cesantía del 14% y particularmente esta región siempre ha estado por sobre la media. Es preocupante, también tenemos que empezar una normalidad que sea escalonada que permita hacer frente a esta pandemia”.
-¿Están las condiciones del empresariado para poder resistir ?
“Adoptar medidas, creo que lo que planteó Cidere al Core es un gran primer paso. Hoy día tenemos que ver cómo volvemos a la normalidad con la rapidez que se necesita, porque no sacamos nada con dar grandes declaraciones, si en la práctica vamos a seguir demorando permisos, soluciones y burocratizando las cosas. Después de octubre se nos viene una situación de desempleo, de baja inversión y por eso tenemos que adoptar todas las medidas, independiente de las medidas coyunturales que ya se han adoptado”.
-¿Teme que se genere lo del PEM y POJH con la crisis de 1982?
“Así como esta crisis de salud generó una crisis económica muy explosiva, la recuperación también debería ser explosiva, para eso hay que estar preparados. No estamos hablando ni de porcentajes ni de números, estamos hablando de familias. Dado lo que se está advirtiendo en el norte de Chile en general, salvo la ciudad de Antofagasta, podríamos tener una visión más descentralizada de las medidas que se pueden tener para volver a la normalidad”.
Proyectos paralizados
-¿Cuál es la apuesta que advierte en el futuro?
“El tema crucial está en la aceleración de los mismos proyectos”.
-¿Y ahí de quién depende?
“A través del Gobierno Regional se puede hacer una buena oficina de aceleración de proyectos. Nadie está diciendo que se haga vista gorda de los permisos. Es necesario acelerar y resolver, ser activo y no reactivo en este tema, vamos a necesitar que los proyectos que hoy día están en carpeta se hagan antes. Hay que retar a algunas empresas que no están dando el ancho. El tema de CGE con más de 15 proyectos inmobiliarios que están parados por una burocratización de una empresa que tiene un monopolio. Los focos están claros para poder hacer frente a esta pandemia económica que ya se nos está viniendo”.
-¿Tiene un registro de cuántas iniciativas que estarían detenidas se podrían acelerar?
“En materia minera más que acelerar si puedes dar las condiciones para una vuelta a la normalidad laboral. Hoy día Pelambres está operando al 25%, por lo tanto, si se pudiese generar las condiciones para que los trabajadores tengan las seguridades sanitarias para poder empezar a operar, creo que sería un muy buen avance. Plantear temas como el proyecto ampliación, veamos cómo hacemos para que se pueda acelerar un proyecto que es tan importante y que va a generar una inversión de 3 mil millones de dólares. En el tema de Dominga dependemos de un fallo judicial, ahí no hay nada que hacer, pero también hay muchos proyectos inmobiliarios que están parados”.
-¿Advierte que mientras usted pide acelerar, algunas empresas se estarían aprovechando de la crisis y se acogen a las normativas del Gobierno?
“Están todas las medias establecidas en favor de los trabajadores y no de las empresas. Me da lo mismo si la adopta una gran empresa como Pelambres o la adopta el señor que tiene una imprenta y tiene tres trabajadores, porque lo que aquí se está protegiendo es al trabajador. No lo puedo distinguir dependiendo al lugar donde trabaje. Aquí lo que tenemos que lograr es dar estabilidad laboral mientras dura esta situación. El peak lo vamos a tener ahora en mayo, ahí deberíamos ir a la baja y en octubre deberíamos empezar a salir. Entonces, todas las medidas que permitan proteger la empleabilidad van a ser bienvenidas. La empresa suspende el contrato porque no está operando, pero protegemos el trabajo que tiene esa persona que va a continuar una vez que se reactive. Lo que importa es que el trabajador mantenga su oferta laboral, porque si no la crisis de esta pandemia va a ser peor que la que imaginamos”.
Posponer el plebiscito
-¿El Gobierno ha sido contradictorio en decir que quiere una ‘nueva normalidad’ o un ‘retorno seguro’ y por otro lado deja entrever que no quiere que se desarrolle el plebiscito’
“En el tema del plebiscito se dan tres factores que hacen imposible su ejecución durante este año. Primero el tema costo. Un plebiscito te cuesta 30 mil millones de pesos, que, por poner cifra, son 14 mil empleos de emergencia por 6 meses, son 1. 136 respiradores artificiales y 16 hospitales de campaña con 306 camas UCI”.
-¿En su caso estaría por posponerlo más por la razón económica que la sanitaria?
“Eso primero (económico). Segundo, hay un tema sanitario porque si en octubre vas a venir a la baja (coronavirus) y generas un acto masivo como será el plebiscito podrías perfectamente provocar un reflote del contagio. Cuando votas todos ocupamos el mismo lápiz y la misma urna. Es una situación de riesgo por la masividad. Y tercero hay un tema político. Frente a esta situación de temor de contagiarte, tal vez el plebiscito puede tener una participación tan baja y vamos a seguir diciendo que las cosas no son válidas”.
-¿Pero, no teme que habrá un rebrote de la violencia y el estallido social al advertir que se quiere nuevamente cambiar la fecha y que Gobierno quiere ganar tiempo?
“No está ganando tiempo, se está priorizando las cosas que quiere la gente, como salud en el sentido que no desea contagiarse y también que se mejore la economía, refiriéndome a la empleabilidad y las pymes”.
-¿Cómo explica la marcha que hubo hace días, cerca del toque de queda y en plena pandemia en la Avenida Francisco de Aguirre?
“Pero una participación mínima. Tanto en Santiago como acá, cada día son menos los que se suman a este tipo de manifestaciones. Las encuestas también lo dicen así. La gente percibe que hoy día necesitamos recuperar el país. En la última encuesta Cadem el 50% estaba a favor de posponerlo y el 27% estaba a favor de no realizarlo Chile es un país cambiante, así como el 18 de octubre la prioridad era salud, pensiones y trabajo, al mes siguiente pasó a ser el tema de la asamblea constituyente. Hoy día las prioridades están en cómo sobrevivir a la pandemia, cómo hacer frente a la pandemia en el tema de la salud y qué va a pasar con el tema económico”.