Hace algunas semanas El Día publicó un reportaje sobre el proyecto impulsado por la corporación Reguemos Chile (encabezado por el empresario agrícola Juan Sutil), que pretende construir una carretera hídrica que traería agua desde la región del Bio Bio hasta el Huasco, a través de un gran canal terrestre.
Pues bien, ésta no sería la única iniciativa de este tipo que estaría apostando por desarrollar este mega proyecto en el país. Félix Bogliolo, presidente y fundador de la empresa Francesa Vía Marina, confirmó que mantienen vigente su idea de concretar el proyecto Aquatacama, para traer desde el sur el vital elemento, pero a través de grandes tuberías submarinas.
Se trata de una propuesta de la que se viene hablando hace varios años y que ahora, según confirma el ejecutivo, retomarán con fuerza. “Continúa vigente más que nunca, nosotros lo estamos ingresando ya a concesiones con todos los estudios que realizamos hace años”, detalló.
Es más, Bogliolo plantea que existe un tercer proyecto, desarrollado por un grupo de empresarios españoles, que plantea realizar el traslado del recurso siguiendo la línea de la Ruta 5. Éste de hecho fue ingresado a Concesiones en diciembre de 2012 para optar a ser declarado de interés público, de manera de que el ministerio de Obras Públicas lo pueda priorizar. Sin embargo, no hay noticias aún de aquello. Es del que menos se conoce.
NUEVOS HORIZONTES
Félix Bogliolo detalla que efectivamente hace años se encuentran desarrollando los estudios para la concreción de Aquatacama, pero que habían postergado su ingreso al sistema de Concesiones a la espera de condiciones políticas que lo hicieran factible. “Lo vamos a hacer ahora porque entendíamos que los gobiernos anteriores no estaban muy decididos a aprobarlo y se iba a quedar ahí estancado”, puntualiza. A su juicio, la actual administración ha dado muestras de que sí estaría interesado en llevar a cabo una idea de este tipo.
Respecto de los beneficios, el empresario francés señala que las tres iniciativas tienen un punto en común, todas apuestan por aprovechar las bonanzas del recurso hídrico que existe en la zona sur para mejorar las condiciones de riego de los productores del norte. La diferencia está, indica, en la forma en que cada uno espera llevarlo a cabo, vía terrestre o submarina. “El punto de toma de Reguemos Chile es muy arriba en la cordillera, el de los españoles es a mitad de camino en la Ruta 5 y nosotros abajo”, especifica.
Asimismo, agrega que “los usuarios entienden muy bien los beneficios que les puede traer, a partir del momento que llevas agua a un sitio tienes más hectáreas regadas, empleo, exportaciones”.
Al igual que los demás proyectos, también dice tener el respaldo de todo el gremio agrícola, del minero, de las sanitarias. “Ellos lo único que quieren es saber cuándo y cómo se realiza esto, a qué precio llega y cuánta agua pueden entregar”, puntualiza.
CARACTERÍSTICAS
Según relata Bogliolo, ellos pretenden tomar el recurso en un punto técnico de captación del río que se denomina límite de salinidad. “Ese punto está, dependiendo de los ríos, 1, 2 o 3 kilómetros tierra adentro y es el tramo donde el agua deja de ser totalmente dulce para pasar a salobre, antes de llegar al mar”.
Para hacerlo, dice, la empresa ya tiene solicitados, a través de la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) derechos de agua en 3 ríos, que son el Rapel, el Maule y el Bio Bio “pero eventualmente se podrían solicitar más en otros ríos”, afirma.
Señala que la ventaja que tiene obtener el agua en este sector es que ya a esas alturas todos los usuarios río arriba han terminado sus procesos de riego. “Por lo cual no les molesta, porque ya no la usan”, sostiene.
Plantea que el único usuario que hay río abajo son los ecosistemas, tanto fauna como flora de la desembocadura “pero con tal que se respete el caudal ecológico para surtir las necesidades, todo lo que pasa por encima de este caudal ecológico potencialmente se puede llevar a otros lugares sin molestar a nadie”, precisa el presidente de Vía Marina.
De hecho, cuenta que ha tenido oportunidad de reunirse en numerosas ocasiones con agricultores del sur “ y cuando les explicas eso nos señalan que nos les molesta que tomen agua ahí en el río y sobre todo si pueden ayudar a los compañeros del norte, porque además ellos mismos pueden ir a invertir allá para desarrollar más agricultura”, relata.
NO HABRÍA IMPACTO
Cabe destacar que cuando se habló de este proyecto en el pasado, se planteó la interrogante de que, al ser una tubería que se trasladaría bajo el mar, podría tener inconvenientes por los efectos que esto podría provocar en el fondo del océano. Sin embargo, Bogliolo niega tajantemente que esto se vaya a producir y destaca que, por el contrario, sería muy poco invasivo.
“No existe ningún impacto, el tubo cae y se queda en el suelo, con lo cual no tenemos ningún impacto ambiental y así lo han entendido todas las organizaciones ecológicas con quien nos hemos encontrado, hemos tenido reuniones con más de una docena de ellas, incluso una ha publicado un artículo en su revista”.
Esa precisamente, indica, es una de las ventajas que los diferencia de los trayectos terrestres, donde se deben hacer movimientos de tierra “donde hay un valle donde tienes que hacer un viaducto, si hay una montaña tienes que hacer un túnel, cada cien metros te encuentras con una propiedad distinta y tienes que expropiarlo o aceptar una servidumbre de paso, etc”.
En su caso, insiste, como van por el fondo del mar, han tenido un único interlocutor que es la Armada chilena, encargada de administrar el suelo marino “con quien ya hemos colaborado y están entusiasmados con en el proyecto y no le ven ningún problema”.
Recalca que toda la ruta ha sido diseñada en su totalidad a través de un trabajo conjunto con ellos. “Tenemos centenares de email de todas las capitanías de puerto a lo largo de todo el trayecto donde nos indican que movamos el tubo 1 kilómetro, para arriba o abajo y nosotros hemos colaborado muy estrechamente con ellos, porque están entusiasmados con el proyecto”.
MÁS CAPACIDAD Y RÁPIDO AVANCE
Las tuberías tienen del orden de 4 metros de diámetro y serían instaladas por barcos que las van desplazando por todo el recorrido (ver infografía). “El tubo va simplemente depositado sobre el lecho marino, con lo cual no hay ninguna obra pública de manejar el fondo del océano. No hay intervención ni movimiento de tierra”, enfatiza el presidente de Vía Marina.
Asimismo, destaca que se trata de un proceso que permite mucho más celeridad. “el trayecto submarino nos permite avanzar mucho más rápidamente, puedes colocar 6 u 8 kilómetros por día y en el caso de un canal terrestre, si has hecho 100 metros por día, te das por contento. Esas son las principales diferencias que juegan a nuestro favor”, recalca Bogliolo.
Cada una de estas tuberías puede transportar del orden de 15 a 20 metros cúbicos por segundo “y puede el proyecto subir a más de 100 metros cúbicos por segundo, dependiendo de la demanda real que haya en el norte, con lo cual pondríamos 2, 3 o 5 tubos paralelos en el fondo del mar y no molestamos a nadie”, especifica.
TRAYECTO
Respecto de la distancia que recorrerá, el presidente de Vía Marina señala que va a depender de los precios que estén dispuestos a pagar por el servicio y la voluntad política que exista.
“Nosotros podemos llegar hasta Arica si lo requiere el país, no tenemos ningún problema” dice y agrega que “el tema es de precios, todo depende de la capacidad a pago que acepten los beneficiarios. Nosotros estimamos que con esa capacidad a pago, con los estudios que hemos realizado conjuntamente con la Comisión Nacional de Riego, la Universidad de Chile en el 2012 y 2013, se puede llegar hasta Tal Tal o hasta un poco más al norte”, precisa.
Además, agrega “depende si el gobierno está dispuesto para desarrollar la infraestructura de la agricultura, es una decisión política, que a mí como proveedor no me atañe”.
Es más, dice, se trata de un proyecto que ha sido pensado a 50 o 100 años y que tiene la capacidad de ser reversible cuando se requiera. “Si algún día cae una tormenta tremenda en Coquimbo y sale agua la podemos recoger y llevarla para el sur, no es ningún problema. Si mañana con el cambio climático ya no hay bastante agua en el Bio Bio, pues hay más ríos al sur, el Imperial, Toltén, que nosotros podemos ir a tomar sin ningún problema con este mismo sistema de tuberías marinas, es un sistema bastante flexible”, comenta.
PLAZOS Y COSTOS
El ejecutivo francés asegura que el plazo de construcción tampoco sería algo rígido y, dependiendo de la prioridad que se le quiera dar, se puede hacer en 10,15 o 20 años. “Esto es como el metro de Santiago, no vamos a llegar a Copiapó de una palmada, va a tardar”, puntualiza.
En solo una etapa, se calcula que se considerarían 2 o 3 años de estudios y 2 a 3 años de construcción. Pero, indica que este proyecto tiene la ventaja además de poder hacer trabajos en paralelo, lo que permitiría un avance más rápido.
“Son etapas independientes, si tienes dos barcos que echan el tubo en el mar vas ganando tiempo, con lo cual si eventualmente hay un interés por parte del país y se genera toda la plata adecuada para financiar eso, se podrían hacer todas las etapas casi a la vez”. Lo que se esperaría, eso sí, es que se hagan de una forma consecutiva y se vayan inaugurando una tras otra.
Respecto del costo que implicaría, manifiesta que cualquier canal terrestre cuesta como mínimo 10 mil dólares el metro, es decir, 10 millones el kilómetro. Por el método submarino, en tanto, los llegarían a 3 o 4 mil millones de dólares.
“Nosotros llegamos a un costo que según los estudios de la CNR y de la Universidad de Chile sería accesible para la agricultura hasta Tal Tal más o menos, con grandes cantidades, estaríamos hablando de 80 0 100 metros cúbicos por segundo, con lo que se pueden regar centenas de miles de hectáreas nuevas”. Si llegaran hasta Arica, plantea, podría costar hasta 20 mil millones de dólares.
También podrían aportar para el consumo humano, uno de los temas que es preocupación en la región. “A partir del momento que el agua llega a Coquimbo si la sanitaria necesita abastecerse y paga por ello nosotros encantados de tener más consumidores”, sostiene.
EL GOBIERNO TOMARÍA UNA RESOLUCIÓN
Tanto desde el proyecto de Reguemos Chile como el de Vía Marina han manifestado que tienen altas expectativas de que el gobierno actual pueda llegar a adoptar (después de años que se viene analizando) un decisión en esta línea y que daría impulso a la carretera hídrica.
Félix Bogliolo señala que incluso está vigente un estudio que le fue encargado a Corfo para estos fines y que se llegó a un acuerdo en el gobierno anterior, entre todos los ministros del Comité del Agua, como Obras Públicas, Agricultura, el delegado presidencial para los recursos hídricos “de lanzar un estudio para poder decidir sobre una carretera hídrica, si el país puede hacerlo y si va a sacarle la rentabilidad adecuada”. Lo otro que fijaría éste análisis sería el cómo se va a hacer, si por tierra o por mar.
“Es un plan en 3 etapas, la primera, se le ha adjudicado a la Universidad de Chile, que está trabajando en ello”. Lo que va a hacer esta casa de estudios superiores es efectuar un balance hídrico de la oferta y la demanda “para ver cuáles serían los mejores parámetros para el país de una carretera hídrica, donde hay que tomarla, cuánto hay que tomar en cada sitio, dónde hay que entregarla”, indica.
En este sentido, el empresario francés dice que existen divergencias en los 3 proyectos que se han propuesto hasta ahora y que lo que se buscará será lograr un único criterio en base a las necesidades reales del país. “Las tres propuestas en el fin, en el objetivo, eran muy similares. Pero ahora lo que se busca es ponerlos en la cancha, con las mismas reglas de juego para todos y será una decisión de gobierno decir cuál es el mejor”.
Ese estudio está en curso y se estima que culminaría a finales de este año. Luego vendría una segunda fase donde el gobierno llamaría a una licitación internacional “y participarían me imagino estos tres que estamos compitiendo y a lo mejor algún otro que viniera del extranjero”, dice Bogliolo.
“El gobierno decidirá qué solución es la mejor o qué combinación es la mejor”, agrega, porque también “cabe la opción de que en distintos tramos se determine hacerla terrestre y en otras submarina”.
Lo importante, indica el empresario francés, es que todas las iniciativas sean evaluadas de igual forma y en base a los antecedentes técnicos. “Lo mejor es que un jurado, de forma racional, en un plan de igualdad para todo el mundo y sobre unas bases claras, decida qué solución es la mejor, la más barata, la más rápida, la más ecológica, la mejor política y jurídicamente viable en término de derechos de agua”.
Finalmente, el proyecto de Corfo en su última fase proyectaría la ejecución del proyecto que resulte más atractivo.
Lo que sí es efectivo, recalca el impulsor de Aquatacama, es que el gobierno actual sí tendría interés en concretarla. “Este es mi segundo viaje a Chile desde el 11 de marzo, desde este nuevo gobierno. He tenido una serie de reuniones y ahora estoy teniendo otras en este segundo viaje. He sentido un interés mucho más marcado que en el gobierno anterior de avanzar de forma rápida”, plantea, aunque reconoce que la administración anterior con el inicio del estudio de Corfo dio un paso muy importante “porque si se llevan a cabo las 3 fases será la mejor manera para que el país tome una decisión, con una base firme en todo conocimiento de causa”, puntualizó.
Todos los ojos estarán puestos entonces en ver si efectivamente avanzan estas propuestas y si finalmente se concreta la idea de traer agua desde el sur a la región. La necesidad de buscar nuevas fuentes de agua se hace evidente y habrá que esperar hacia dónde apuntan las políticas públicas en esta línea. Será sin duda un tema que seguirá dando que hablar. 3701iR
PROYECTO EN VALPARAÍSO
Félix Bogliolo cuenta además que iniciaron conversaciones con la intendencia de Valparaíso para realizar un piloto regional respecto del reúso de las aguas tratadas en esa ciudad, de manera de llevarlas al valle del Aconcagua, una zona donde la escasez hídrica se está haciendo cada vez más grave y ha generado complicaciones en la agricultura. La iniciativa, dice, es totalmente independiente de lo que efectúan con la carretera hídrica “pero puede ser un precedente que el gobierno puede considerar para tomar una decisión”, afirma.