Katherine de 32 años, tenía un empleo estable con un buen sueldo. Pidió un crédito de consumo en un banco, pero en 2012 y por un embarazo inesperado quedó cesante. Producto de esto comenzó a atrasarse con las cuotas. Cuando su hijo tenía poco más de un año volvió a buscar trabajo, pero se dio cuenta que nuevamente estaba embarazada y decidió renunciar por ética. Con tres hijos y sin ingresos estables, el panorama con sus deudas se puso cuesta arriba. “Empecé a pagar solo intereses y mi nivel de morosidad no bajaba. Tuve que pedir plata en las tiendas para pagar el banco, pero todo se convirtió en un círculo vicioso. Al final prioricé o pagaba deudas o vivíamos”, contó a Diario El Día.
“Me empezaron a llegar cartas amenazantes informándome qué cosas me podían embargar. La angustia era terrible, debíamos mucho más de lo que ganábamos y con tres hijos chicos era imposible trabajar. No sabía qué hacer, a quién pedirle ayuda. Quería pagar, pero no sabía cómo”, recuerda Katherine, quien reconoce que a través de Facebook le dieron el dato de la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento (Superir).
Yo cumplo y avanzo
La ley 20.720, que entró en vigencia en octubre de 2014 y reemplazó a la antigua ley de quiebra, incluye dos operaciones para las personas naturales que registran insolvencia financiera: Procedimiento Concursal de Renegociación y Liquidación Voluntaria. “En el sistema antiguo las personas no podían quebrar y debían defenderse en un juicio ejecutivo, o bien repactar las deudas con las condiciones que los acreedores pusieran. Ahora al menos tienen dos opciones para elegir, lo que entrega una oportunidad de emprender nuevamente y eliminar progresivamente el estigma de la quiebra”, explicó Marcela Poblete, coordinadora regional de la Superir.
Y es justamente en esta materia, donde en el último mes la región ha registrado un aumento de solicitudes. De acuerdo a lo declarado por Poblete “la renegociación ha tenido una mayor demanda, que se ha notado especialmente en el último mes. Se trata de un procedimiento administrativo, voluntario y gratuito, donde el deudor, puede mejorar sus condiciones de pago, o bien, liquidar sus bienes para regularizar la situación de morosidad. Nosotros hacemos un acompañamiento a través de un abogado y un asesor contable”.
Trabajadores de minería y adultos mayores encabezan la lista de solicitudes en la zona, de acuerdo a lo que contó la Coodinadora Regional. “ Las deudas promedian los $10 millones y están relacionadas principalmente a bancos y casas comerciales. A la fecha 36 personas se han acogido esta solicitud que se demora de 2 a 3 meses en estar resuelta”.
No haber emitido una boleta electrónica en los últimos 24 meses; tener dos o más obligaciones vencidas por más de 90 días, que sumen más de $2 millones (80 UF); y no estar notificado de una demanda de liquidación forzosa son los requerimientos que deben cumplir para acogerse a esta acción.
Requisitos que cumplía Katherine, quien hace poco llegó a un acuerdo. “El proceso contempla tres audiencias. En la primera fijamos el monto total de mi deuda, que en mi caso llegaba a $7 millones. En una segunda audiencia, con la asesoría de la Superintendencia y la aprobación de las empresas, acordamos un monto a pagar, razonable a nuestros ingresos y posteriormente llegamos a un acuerdo, lo que me deja mucho más tranquila”.
En caso de que no se llegue a acuerdo, la Superitendencia remite los antecedentes al tribunal competente para que inicie un Procedimiento Concursal de Liquidación de la Persona Deudora, “lo que también es una novedad de la ley, porque antes las personas naturales no se podían declarar en quiebra”, explicó Poblete.
Para Katherine, en tanto, la lección está aprendida “después de pasar por esto uno toma conciencia, de lo que en verdad son las deudas. Lo mío no fue por volverme loca comprando o derrochando plata. Me endeudé en pañales, farmacia, comida, luz, agua. Yo creo que a muchas personas nos pasa que terminamos pagando una cuota con otra, sacamos plata de una parte para ponernos al día y al final nos hacemos un daño terrible”, concluyó.
Qué pasa con las empresas
En la región, la ley se hizo conocida por dos casos emblemáticos: la reorganizacion de las mineras Linderos y Dayton, “esta es una de las zonas con procedimientos importantes -en caso de las empresas- a nivel nacional. Se trata de dos mineras con procesos que no han estado excentos de polemicas y conflictos, que además tienen una relevancia social. A éstas, se suma la solicitud que hizo La Elegante y su financiera, hace unos meses, entonces hablamos de organizaciones con relevancia comercial y social”, explica Patricia Poblete.
De acuerdo a lo que explicaron en la Superir, los procedimientos concursales de reorganización presumen que se trata de empresas viables, que solo necesitan de un ajuste para seguir operando y en ese sentido, cobran relevancia los acuerdos registrados en los últimos días. Por un lado, Linderos pasaría al control de un nuevo inversionista y Dayton logró un acuerdo entre sus acreedores que permitirá darle continuidad, sin considerar, al menos por el momento, el ingreso de nuevos propietarios.
En la Superir reconocen que, a casi dos años de entrada en vigencia de la ley, las cifras de la región son positivas. “En los procesos de renegociación tenemos una alta cantidad de acuerdos, solo hay dos casos en que no hemos llegado a buen término y ha sido porque los deudores no han querido. De parte de los acreedores hay voluntad para renegociar y eso es súper valorable para la gente de la región. En cuanto a las reorganizaciones han funcionado bastante bien. En los casos más emblematicos se logró mantener la mayor cantidad de fuentes laborales”, concluyó poblete.
Zona de debate:
“La deuda no me la van a regalar, pero ahora la puedo pagar tranquila, sin miedo de que me quiten la casa o me embarguen mis cosas”. Katerinne Pinto.
“Las personas que se acogen a esta ley quedan, efectivamente, con sus papeles limpios porque se borran todas las deudas que la persona renegoció. Lo que permite emprender desde cero con todos sus antecedentes limpios”. Carlos Johnson, Gerente General, Dicom- Equifax.
“Nuestro obejetivo es que las pesonas cumplan con sus obligaciones, pero que también puedan vivir, por ello trabajamos con el 50% de la carga financiera de los deudores” Marcela Poblete coordinadora regional Superir.