“Javier” es un adolescente de 12 años que estudia en un colegio de Coquimbo. Hoy está tranquilo, pero el año pasado no lo pasó del todo bien.
Claro, fue uno de los 40 estudiantes víctimas de bullying en la región durante el 2016, y pese a que se recuperó, no fue nada fácil, ya que se tuvo que cambiar de colegio y estuvo varios meses con depresión.
Todo empezó, según cuenta su hermana, quien prefiere resguardar su identidad y también la del adolescente, cuando otro estudiante lo increpó por no querer jugar a la pelota. Al principio todos lo tomaron como una broma, pero con el transcurrir de las semanas la situación se volvió recurrente, y quien lo molestaba ya no era sólo un joven sino gran parte de su curso.
Pasaron los días y “Javier” no dijo nada, sin embargo, comenzó a actuar de manera poco habitual. No quería ir al colegio pese a que siempre le había gustado.
Esto, llevó a que sus padres fueran al establecimiento, y allí, con el niño presente éste contó lo que estaba sucediendo. Sus compañeros le estaban haciendo bullying y no sólo de manera presencial, sino que en más de alguna oportunidad habían publicado comentarios sobre él en las redes sociales, particularmente en Facebook.
UNA SITUACIÓN PREOCUPANTE
El caso de este adolescente fue llevado a la superintendencia y actualmente, de acuerdo a lo que indican sus familiares, existe una investigación en curso.
Lo lamentable, es que situaciones como la que vivió “Javier” se han vuelto una constante durante los últimos años. Así lo admitió el director regional de la superintendencia de educación Francisco Brizuela. “Esta es una realidad que viene arrastrándose aproximadamente desde el año 2012, Y nosotros hemos ido pesquisando y detectando este fenómeno, y esto tiene mucho que ver con la masificación de las redes sociales, lo que es bastante preocupante, porque estamos hablando entonces de que no solamente se está afectando la integridad física de los niños sino que también la integridad emocional de los demás integrantes de la comunidad escolar”, precisó Brizuela.
Consultado sobre si este año, ya existen denuncias por bullying, manifestó que algunas, pero lejos del total de las recibidas el 2016. “Durante este año hemos tenido sólo 3 denuncias, pero el año pasado en lo que es maltrato escolar tuvimos 167 denuncias y en particular del bullying fueron 40, una cifra que nos preocupa y que podría ser mucho mayor, porque no todas las denuncias se ingresan a la superintendencia, pueden estar ocurriendo fenómenos de bullying o ciberbullying en comunas lejanas, que no nos llegan. Además, el que ocurre a través de las redes sociales es más difícil de detectar, y de probar, pero puede ser el más dañino”, manifestó el director.
LLAMADO A DENUNCIAR
Desde la superintendencia hacen el llamado a denunciar este tipo de situaciones de inmediato, y estar alerta, tanto a la comunidad escolar como a los padres ya que muchas veces las víctimas no cuentan lo que les está pasando. “Una vez que nosotros tomamos conocimiento de que hay un caso de maltrato podemos tomar las medidas correspondientes. Se inicia una investigación y si detectamos que un colegio no activó los protocolos de buen trato que todos los establecimientos deben tener podemos aplicar importantes multas. Ahora, además de esa sanción, nosotros hacemos una intervención al establecimiento educacional, porque finalmente toda la comunidad educativa se ve afectada cuando ocurren este tipo de cosas”, indicó Brizuela.
UNA REALIDAD EN LAS REDES
“Hoy en día el bullying se ha masificado por el efecto que tienen las redes sociales”. Con estas palabras, el encargado del cibercrimen de la PDI en La Serena, el subcomisario Lorenzo Macaya, describe la situación actual del maltrato entre los estudiantes. Y claro, hoy por hoy, la mayoría de estas acciones tras ser cometidas son difundidas a través de las redes sociales. “Esto genera un daño aún más grande al menor, porque finalmente no solamente se termina enterando tu curso de lo que sucedió, sino que todos los alumnos del establecimiento. En estos casos, en las redes, hay cosas que son muy difíciles de manejar porque muchas veces compañeros hacen comentarios de otros, lo publican y es muy difícil evitarlo o sacarlo de circulación, porque siempre hay alguien que les toma pantallazos y no hay cómo saber esto”, indicó Macaya.
Por lo mismo, él apunta a que la educación de los niños es lo fundamental. De hecho, desde la PDI están constantemente realizando charlas en los establecimientos para prevenir los casos de bullying y ciberbullying. “Lo primero que hay que decirle a los muchachos que en el caso del ciberbullying éste no permite arrepentimiento, porque si yo le digo una palabra cruel a mi compañeros y después reflexionar y pedirle disculpas, pero si yo esa palabra cruel la publico en las redes sociales, borrarla es muy complejo porque seguramente alguien ya la guardó, o la replicó, entonces es muy difícil”, manifestó.
RESPONSABILIDAD PENAL
Pero Macaya también llamó a quienes realizan bullying a tener cuidado, porque también se exponen a recibir sanciones mucho más graves que las que les pudiesen dar en los establecimientos. Claro, a partir de los 14 años, los adolescentes ya tienen responsabilidad penal por lo cual en determinados casos también podrían recibir todo el peso de la ley. “Hay ocasiones que los dichos que se escriben en las redes sociales constituyen delitos, porque muchas veces de las bromas se empieza a caer en las amenazas. Les empiezan a decir que los van a matar, que van a matar a sus familias y eso es sancionado por la ley, de manera que deben tener cuidado. En eso, los padres de las víctimas deben hacer las respectivas denuncias en el Ministerio Público”, sostuvo Macaya.
LA CIFRA: 40 Investigaciones por bullying realizó la superintendencia de Educación durante el 2016 en la región.
LA CAMPAÑA.
El pasado miércoles 29 de marzo, la fundación Línea Libre recorrió varios centros educacionales de La Serena y Coquimbo para dar a conocer una línea telefónica gratuita y confidencial que trata el bullying a través de psicólogos y expertos en infancia y juventud, quienes están a disposición de las víctimas para orientarlos y ayudarlos a romper el silencio.
Álvaro Castañón, director ejecutivo de Línea Libre, declaró que la línea telefónica busca ser un canal de solución “para aquellas personas que son víctimas de bullying, para aquellos que hacen bullying e incluso para los que son testigos, porque sabemos también que la persona que hace bullying depende mucho de las risas de otros, y la risa te hace cómplice (…)Por eso ofrecemos orientación a través del número 800 116 111, el sitio web www.Línealibre.cl, o por nuestro WhatsApp que también pueden encontrar en la página web”, agregó Castañón.