Crédito fotografía: 
Archivo El Día
El meteorólogo de Metxpert.com, Cristóbal Juliá, advirtió sobre el futuro de la Región de Coquimbo.

Si bien el 2017 ha sido un año lluvioso, la desertificación de la Región de Coquimbo avanza de manera paulatina, por ello el especialista espera que desde el gobierno se generen políticas públicas que propendan a generar conocimiento y consciencia en una de las regiones donde por su geografía y extensión es cada vez más difícil prever las precipitaciones y determinar los reales alcances del cambio climático.

¿Cuál es la forma correcta de referirnos a lo que ha ocurrido en el mes de mayo y ahora último en junio en la Región?

"La sabiduría popular es más sabia que la sabiduría científica. Últimamente se está tratando de implantar un tipo de educación meteorológica donde la gente maneje los conceptos como corresponde, pero también no es llegar y cambiar las cosas como las hemos hecho por mucho tiempo. Por ejemplo, ahora hablar de mal tiempo cuando llueve pareciera no ser lógico siendo una zona árida. Cómo hablamos de mal tiempo si la lluvia es algo super positivo que le ocurra a la región y uno debería decir esto es buen tiempo porque está lloviendo, nos ayuda a nosotros en el tema agrícola o minero, es algo que genera producción, etcétera. Entonces pareciera ser que el término, en este caso “mal tiempo”, no se adapta y está el complemento que se llama “frente de mal tiempo”. Es cierto, no se debería decir frente de mal tiempo, pero cuando tú dices frente de mal tiempo se entiende lo que se está diciendo. Entonces tampoco hay que ser tan drástico, tan duro, y decir ‘No, esto está malo, no se dice así’.Claro que se debe decir ‘sistema frontal frío’ o ‘banda frontal’, pero ahora hay muchas formas para referirse a lo que se conoce como evento meteorológico, por eso creo que donde hay que marcar la diferencia, es quizás en el tipo de sistema que se aproxima”.

¿Cómo los podemos diferenciar?

“En general, quien identifica a cada sistema es el meteorólogo, porque es él quien tiene la capacidad de reconocer si es un sistema frontal frío o un sistema frontal cálido o un núcleo frío en altura o solo una banda frontal o si es una vaguada. Entonces, el meteorólogo es quien puede identificar haciendo un análisis previo y es capaz de decir, ‘esto es tal tipo de evento’ y a partir de eso mencionarlo. Pero cuando hablamos de lluvia en general siempre va a estar asociada a mal tiempo y siempre un cielo despejado va a estar asociado a buen tiempo atmosférico, eso nace de la raíz de lo que genera uno y otro. Por ejemplo, cuando se tiene mal tiempo o lluvia, se tiene inestabilidad atmosférica y el mismo concepto de inestabilidad se asocia a algo que está mal, por tanto, mal tiempo. Y si se tiene estabilidad atmosférica se tiene buen tiempo porque no hay nada que se mueva. Entonces ahí está la raíz un poco de esto, pero en mi opinión –con la que muchos meteorólogos podrán discrepar- es que creo que la forma popular en la cual se utilizan los conceptos, se dicen las cosas, no es algo que esté mal. Si hablamos entre meteorólogos y utilizamos un concepto como frente de mal tiempo, por supuesto que nos corregimos, ya que ahí hay algo malo. Pero si para que la gente pueda entender los fenómenos, es necesario hablar de frente de mal tiempo, no creo que tenga absolutamente nada de malo. Entonces, decir tajantemente que ‘el frente de mal tiempo no existe’, no es así. Popularmente se utiliza el término frente de mal tiempo y es porque la gente lo va a entender como que "se acerca lluvia" y eso es lo que a la gente le interesa saber. A la gente no le interesa conocer cuál es la descripción física ni dinámica del sistema frontal, lo que quiere saber es si va a llover o no, si se acerca un ‘mal tiempo’ o uno bueno, si estará o no despejado, por ejemplo. Siempre uno trata de educar, pero más allá de tratar de erradicarlo me parece que es un poco exagerado".

¿Por qué en meteorología se trabaja en base a probabilidades y no es una ciencia exacta?

"En el pasado cuando estaba estudiando, recuerdo que en algún momento surgió la idea de cambiarle el nombre a la carrera y dejarla como ‘Ingeniería en Meteorología’, pero tuvo muchos detractores porque una ingeniería supone ciencia exacta, es decir, un ingeniero civil no puede cometer errores porque ocurren casos como el del puente Cau-Cau en el que hay errores de cálculo que no se pueden dar porque se está trabajando con elementos tangibles, es decir que si yo mezclo una proporción de 30 de arena, 30 de ripio y 30 de cemento tendré un concreto con cierta resistencia, pero si le cambio la proporción, la resistencia será diferente. En cambio, en meteorología se trabaja con la atmósfera que está compuesta por fluidos y gases. De este modo, la atmósfera debe entenderse como un fluido, como un líquido, pero tan grande e intangible que no se puede manipular para hacer cálculos. Por lo tanto, todo lo que se trabaja en meteorología es en función de ecuaciones, principalmente de cómo es el comportamiento dinámico de la atmósfera. Entonces no se puede llegar a la exactitud porque además de esto se tiene que predecir este comportamiento en función de estas ecuaciones, entonces pretender una exactitud en eso es jugar con la naturaleza. Siempre va haber un factor indeterminado de situaciones que va a evitar el hecho que se pueda pronosticar en función de cien por ciento de probabilidades, porque la atmósfera independiente de que se tengan ecuaciones, tiene muchas cosas que aún no son comprendidas en su totalidad y no se entienden de la atmósfera, que no se definen bastante bien, por eso funciona en un rango de probabilidades. Y, por eso, lo que se hace es afinar un pronóstico en función de las probabilidades, es decir, se tienen modelos numéricos, les vas haciendo distintas corridas, todos los días y ese modelo va proyectando las condiciones que se van a dar y las más probables en función de esa información, por ello, el meteorólogo va a hacer una interpretación de éste para entregar un pronóstico público o lo que uno muestra en la web. Por eso no es una ciencia exacta y por eso la meteorología nunca va ser una ciencia exacta, porque la atmósfera nunca será algo tangible, porque no se puede agarrar un pedazo de atmósfera y que en condiciones controladas se comporte igual que la naturaleza, no se puede. No es como en el ejemplo del concreto, donde se evalúa y determinan cuáles son sus componentes.  Así, en el laboratorio, haces una evaluación con miles de parámetros y en función de eso se sabe que esa muestra se va comportar exactamente igual que todo el concreto que utilizará en un edificio. Pero tal análisis no lo puedes hacer en la atmósfera. No se puede agarrar un trocito de atmósfera y esperar que se comporte igual. Uno esperaría que la atmósfera tenga un comportamiento siempre total y absolutamente predecible, pero no funciona así, al final son muchas las variables que existen. Además, Chile es muy diferente de norte a sur y tiene muchas variables geográficas, dinámicas, físicas, de radiación solar y de otros tipos como las estaciones del año que constituyen muchas de las variables que entran en esta ecuación".

¿Qué tan fácil o difícil es realizar pronósticos en la Región de Coquimbo? 

"Coquimbo es la región más difícil de pronosticar. Esta y la Región de Atacama, son las regiones más difíciles para hacer un pronóstico, principalmente cuando se trata de perturbaciones meteorológicas como un sistema frontal o núcleos fríos".

¿Tiene que ver con la geografía de la región?                                        

"Principalmente tiene que ver con la geografía de la región. Porque a diferencia del sur de Chile, de Rancagua hacia el sur específicamente, se tiene una depresión intermedia super marcada por una Cordillera de la Costa y una Cordillera de Los Andes, por lo que geográficamente es super descriptible. Allí es fácil identificar a la Cordillera de Los Andes, la Cordillera de la Costa y la depresión intermedia y, además, la altura que tiene, la altitud promedio que tiene la Cordillera de Los Andes va bajando. En tanto, la regiones de Valparaíso, de Coquimbo y de Atacama, tienen valles transversales, es decir, que van de dirección este-oeste y se tiene una Cordillera de Los Andes que va aumentando su tamaño y, además se encuentra en el límite de influencia de dos grandes sistemas climáticos, uno por el norte que es el anticiclón Subtropical del Pacífico, que es una alta presión permanente responsable del Desierto de Atacama, y por el sur se tienen todos estos sistemas que se mueven por el cinturón de oestes que se encuentra aproximadamente a la altura de Puerto Montt. Esos son dos sistemas climáticos grandes que están ahí, que son producto de la circulación general de la atmósfera, asociados a la radiación, la latitud y otros factores. Nuestra región se encuentra en medio donde influyen estos dos grandes sistemas climáticos que son los que modulan el clima por el norte, desierto, y por el sur, lluvioso. Nosotros estamos en el medio, lugar que se llama una zona de transición climática porque pasamos de un clima lluvioso invernal a un clima desértico. Pronosticar el tiempo para Puerto Montt es lo más fácil que existe y para Antofagasta también, porque en este último caso, de hecho vuelve la depresión intermedia, vuelve la Cordillera de la Costa, vuelve la Cordillera de Los Andes que es más alta todavía y se tiene un gran sistema climático que es super marcado. Pero nuestra zona está en el medio de todo eso y más encima la geografía es justo la más complicada. Entonces esto es lo que provoca que la Región de Coquimbo sea uno de los lugares de Chile más difíciles para hacer un pronóstico".

Usted ya no trabaja como meteorólogo en el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (Ceaza) ¿Cómo realiza actualmente los pronósticos?

"Mi trabajo allí me permitió ser director de un proyecto que logró instalar estas estaciones meteorológicas que a grandes rasgos, miden parámetros básicos como precipitaciones, temperatura, humedad relativa y viento. Lo que permite esta red de estaciones meteorológicas es principalmente poder realizar climatologías de la región, por lo tanto es una red que va a ser muy útil de aquí a 10 años más, dado que en 20 o 30 años más esa información y mediciones permitirá corroborar los pronósticos, porque hasta ahora no ayudan a hacer los pronósticos porque no es el input, al menos todavía no, no es un input para los modelos numéricos, quizá más bien puede servir para dar validación a éstos. Estos modelos numéricos son de distribución gratuita en general para todo el mundo y  son los mismos que yo utilizo,  desarrollados  por la agencias o instituciones como la NASA, NCEP/NCAR, IRI y otras instituciones estadounidenses que se dedican a crear estos modelos numéricos a los que Ceaza, y a lo que yo o cualquier persona tiene acceso. Entonces cuando se elabora un pronóstico, se elabora en base y en función de datos gratuitos que están publicados en internet y también en base a las imágenes satelitales que también son mi apoyo. No es necesario tener un satélite para recolectar imágenes si todas ellas y los modelos numéricos ya están distribuidos gratuitamente en internet. Lo que hacen algunos centros como el Ceaza, por ejemplo, es disponer de la infraestructura para hacer correr un modelo numérico ahí, que permita mejorar un pronóstico de manera dedicada y que es algo que por ejemplo yo no tengo, pero que sí tiene una empresa de Valparaíso llamada Meteotech, que cuentan con la misma infraestructura, con servidores y un data center que me entregan datos de salida de los modelos para que yo pueda hacer mis pronósticos para metxpert”.

 

EL CLIMA ESTÁ CAMBIANDO

En 2015 más de 190 países firmaron el Acuerdo de París, el cual pretende entre otras cosas, generar medidas de mitigación para enfrentar los efectos del cambio climático. Sin embargo, durante el 2017 saltó a la palestra luego de que el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidiera retirar de dicho pacto al país que representa, pese a la opinión de los científicos quienes han recalcado de manera masiva que no hace falta creer en el cambio climático, simplemente considerarlo como un riesgo, porque aunque las probabilidades sean bajas, aun así hay que tomarlo en consideración.

¿Cómo se puede hacer más evidente el cambio climático para que las personas puedan entender lo qué está sucediendo acá?

"Para lograr algo así hay que partir haciendo un cambio a las políticas públicas, que es algo que no se ha hecho todavía en este país. Porque si bien Chile suscribió el Pacto de París, no ha hecho un cambio radical en las políticas públicas como sí lo ha hecho con otros temas, por ejemplo, con el etiquetado de alimentos, que cumple un año y en el que podemos ver que ahí sí hay un cambio radical en cómo funcionan las políticas en función de los que ellos consideran son alimentos dañinos para la salud. Estas acciones están basadas en un modelo británico mediante el cual se les explica a las personas qué alimentos son altos en azúcares, por ejemplo. Allí es posible ver un cambio radical en lo que se refiere a una política pública, porque antes lo que se hacía era entregar una información que venía atrás de cada producto, pero en el que no se le indicaba a la gente tan claramente como sí ocurre ahora. Ahí tú tienes una forma de transferencia de conocimiento bastante potente en la cual se está informando sobre algo de consumo diario que sí o sí llegará a su público objetivo, pero que no se ha hecho de manera similar en cuanto a comunicar el cambio climático. Por dar un ejemplo, se podrían poner estos mismos hexágonos negros en las estaciones de servicio para que cuando alguien vaya con su auto a echar bencina se indique cómo cada litro de bencina contribuyendo con 200 mil mililitros micromoles de dióxido de carbono que equivalen a la quema de un árbol. Por tanto, solo allí se le estará diciendo a la gente cuál es su incidencia en el cambio climático o el calentamiento global. Sin embargo, todavía no se han introducido este tipo de señales, aún cuando el congreso está lleno de proyectos, programas y proyectitos, pero que son muy localizados. Entonces esto tiene que partir por un cambio potente en las políticas públicas acorde a la gente que en realidad le dices eso. Me gustaría que por ejemplo, ahora que casi todo el mundo está comprando agua en bidones, se les pida a las empresas que lo proveen, coloquen que cada litro de agua desperdiciada  equivale a algo y así, hay muchos puntos en que se pueda focalizar la información que se relaciona al cambio climático. Eso sería una campaña potente, donde se interactúe con el público objetivo, porque hasta este momento no se ha hecho".

¿A Chile le falta esa preparación?

"¡Por supuesto! Falta intervenir políticamente en cuanto al cambio climático. Por ejemplo, hay instituciones que han fracasado en introducir información sobre el cambio climático. Hay muchos centros científicos a nivel nacional que son muy pocos conocidos o tienen un impacto muy mínimo en su entorno y por lo tanto no se consigue llegar al público final que son los ciudadanos comunes y corrientes".

¿Eso tiene que ver con la distancia que tratan de mantener los científicos con la ciudadanía explicando las cosas de manera muy técnica?

"Esa es una enfermedad de algunos científicos que me tocó conocer en algunos lugares y que se explica porque a muchos les gusta estar encerrados en su oficina investigando y ahí es donde se pierde esta conexión con el entorno y que creo es la parte importante. Porque todos queremos que se haga ciencia y se debe hacer ciencia porque es algo fundamental para el desarrollo de una sociedad. Nuestro país aún es subdesarrollado y por lo mismo, deberíamos potenciar la ciencia para que se desarrolle. Sin embargo, la ciencia ha fracasado en el impacto que tiene en el entorno y con la gente. Cuando se enciende el televisor y se habla de ciencia, los temas solo se relacionan con científicos estadounidenses, británicos, españoles y de otros lados, porque sobre las investigaciones en Chile se habla una vez cada dos años, aun cuando lo que más consume la gente es la televisión, lo mismo pasa con la radio y con el periódico. Entonces se eligen o contratan a científicos a quienes les interesa publicar en las revistas más importantes, de más alto impacto, esos son sus indicadores. Pero en el fondo la revista solo la leerán otros científicos y ahí quedará el asunto".

En la revista científica Science se menciona que el cambio climático puede afectar en el proceso de adaptación de las especies, que puede modificar las trayectorias evolutivas de los organismos que habitan el planeta y que los cambios a nivel mundial en este proceso de selección están guiados por las precipitaciones. ¿Está de acuerdo con aquello?

"¡De todas maneras! Las precipitaciones tienen importancia, porque supongamos por un minuto que deja de llover en el mundo, entonces eso sería el inicio del fin de la humanidad o de la vida en el planeta tal como la conocemos. El agua es vida. Si no llueve, no se tiene nieve, no se tienen lagunas, no se tienen acuíferos, no se tiene ciclo del agua y el ciclo del agua es fundamental para la vida en el planeta Tierra, por eso los lugares en los que menos vida se encuentra es en los desiertos. Entonces, por supuesto que las precipitaciones son lo más importante que le puede pasar al planeta, porque son parte fundamental en todo el ecosistema. Por tanto, si el cambio climático comienza a afectar el régimen de precipitaciones en algunas zonas se producirá un efecto importante en toda la flora y fauna endémica y por consiguiente la adaptación de todas las especies. Aunque cabe recordar que las especies se han ido adaptando y no es la primera vez que hay un cambio climático. Por supuesto que pueden afectar a otras y se van a ir adaptando, pero empieza a cambiar todo como está concebido actualmente. Sin ir más lejos, en la Región de Coquimbo de aquí a 20 o 30 años deberíamos estar prácticamente transformados en un desierto. La agricultura, por ejemplo, ya no se puede desarrollar de igual forma y por eso en algún momento las especies que vivían y dependían de este clima se van a tener que desplazar y lo mismo va a ocurrir con los seres humanos, las actividades van a tener que cambiar, vamos a tener que adaptarnos, lo que es la resiliencia, es decir, la capacidad humana de adaptarse a un escenario adverso. Entonces por supuesto que las precipitaciones son las que modulan el clima en todo el mundo. Si no se tiene lluvia entonces se tiene un desierto. Si se tiene lluvia, se tendrá una vegetación frondosa como en el sur de Chile.  En tanto, en un desierto con suerte se tendrá unas dos o tres especies de arbusto que pueden sobrevivir ahí y en cambio cuando se va a la selva tropical y tienes millones de especies de flores, de árboles, flores, regaderas, entonces ahí se ve esa diferencia, la que exclusivamente se debe a la precipitación y ni siquiera a la temperatura, porque puedes tener grados similares en algún momento del año, en lo que es la selva tropical y el desierto de Atacama, pero no es la temperatura lo que hace el clima de la región sino las lluvias. ¡Todo pasa por las lluvias, por el agua que cae en un lugar!".

¿Cree que en la región falta un centro que se preocupe de los eventos meteorológicos?

"No solo a la Región de Coquimbo, sino que al Norte Chico le falta un centro meteorológico que sea independiente de la Dirección Meteorológica de Chile o quizás hace falta que exista una oficina regional que sea dependiente de la Dirección Meteorológica de Chile. Esto, porque no hay una institución capaz de proveer de información importante a la ciudadanía en general ya que todo está muy concentrado en Santiago, en la DMC, la cual es dependiente de la Dirección General de Aeronáutica Civil y no tienen centros meteorológicos regionales independientes y todo pasa por Santiago. De hecho, el staff de meteorólogos que tiene la Dirección Meteorológica de Chile está en Quinta Normal, Santiago y pese a que facilitan información importante para la Fuerza Aérea de Chile y los vuelos comerciales como los que se desarrollan en La Serena, acá no se tiene un meteorólogo dedicado a aquello. Entonces, por supuesto que a la Región de Atacama y a la Región de Coquimbo les hace falta no solo un centro meteorológico sino un centro meteorológico dedicado también al cambio climático. Porque esta es una de las regiones más susceptibles al cambio climático y debe tener gente acá, de la región, del norte chico, trabajando exclusivamente en eso: informar a la ciudadanía".

Eso es por parte del gobierno, ¿pero qué se espera de la ciudadanía?

"No podemos esperar demasiado de parte de la ciudadanía si continúa este desconocimiento por parte de los conocedores, a los científicos no les interesa hablar en un lenguaje simple y es solo así como se produce la verdadera transferencia de conocimiento, entonces, allí debe radicar el cambio en las políticas públicas con las que primero se inicie un programa en el cual se defina cómo informar respecto de la problemática existente y cómo exigir al mundo científico metodologías reales de transferencia de conocimiento, estudios regionales y de impacto regional, para así llegar efectivamente al público".

En este mismo contexto, el meteorólogo aclaró que es necesario que se generen conversaciones y promuevan iniciativas que ayuden a mitigar las posibles consecuencias negativas que conlleva el aumento en la temperatura  del planeta modificando desde pequeños centros de investigación hasta grandes instituciones internacionales que abordan actualmente esta problemática.

 

Suscríbete a El Día y recibe a diario la información más importante

* campos requeridos

 

 

Contenido relacionado

- {{similar.created}}

No hay contenido relacionado

Cargando ...

 

 

 

 

 

 

 

 

Diario El Día

 

 

 

X