Melissa

Las pruebas exhibidas por el Ministerio Público fueron contundentes. Pericias biológicas dieron cuenta que el ADN de Mirta Ardiles –ya formalizada y en prisión preventiva- estaba en el arma homicida. En total fueron 11 puñaladas brutales las que acabaron con la pequeña, que intentó defenderse de su madre, pero nada pudo hacer, agonizando durante una hora. El juez Diego Rubí calificó el crimen como el más terrible que le había tocado ver “por el feroz ensañamiento”. La niña estaba todavía con vida cuando se inició el fuego para ocultar la evidencia.

Desde el Ministerio Público indagan como únicos sospechosos del asesinato a Mirta Ardiles y a Luis Santander, según consigna la causa a la que tuvo acceso Diario El Día. De hecho, sus teléfonos fueron incautados por la PDI y se indaga en el tráfico de llamadas que realizaron desde 17 al 27 de noviembre. En su momento, la Fiscalía instruyó al SML no entregarles el cuerpo a ellos, sino al padre biológico de la pequeña, y la principal hipótesis de lo ocurrido apunta a un episodio de violencia que se salió de las manos y que luego se trató de ocultar provocando un incendio de manera intencional. Dentro de los próximos días podría existir formalización.