Desde hace muchos años se habla de que en Salamanca se reúnen los brujos en una cueva, conocida como la Raja de Manquehua, distante a unos 35 kilómetros de la ciudad. Desde 1915 se reportan testimonios de procesiones y antorchas encendidas en su interior, presumiblemente de encuentros o rituales que realizan personas que utilizan la magia negra.
Se cuenta, además, que este sector era escenario de grandes fiestas para los maestros de la brujería, en la que se servía vino en vasijas de metales muy refinados y donde, por supuesto, la comida no podía faltar. No obstante, sólo se podía gozar de esas bondades dentro de la cueva porque de ser hurtados los objetos se transformaban en cosas terribles, asustando a quienes osaran robarlos.
De hecho, una de las leyendas más conocidas habla de que a la cueva de Salamanca fue invitado un joven por un brujo, y se encontró con una de estas celebraciones donde todo era de oro y plata. Cuando quedó solo se metió una cuchara de plata al bolsillo y en ese momento vio a una niña de hermosas piernas que se acercaba. Después despertó en la plaza y, recordando lo ocurrido y llevándose las manos a los bolsillos para ver si tenía la cuchara, se encontró con un hueso de pierna humana.
Existen diversos textos que explican el origen de este sitio. Uno de las más frecuentes es aquel que dice que en esta cueva “está el alma de los brujos fallecidos, cuyo espíritu les insufla poderes a los que se inician; se rinde homenaje a Satanás; se efectúan las misas negras; se realizan las confesiones de brujos y brujas. Una palabra devota o la señal de la cruz bastaría para disolver en monstruosa confusión la asamblea. Al canto del gallo vuelven los brujos a sus casas en las que penetran escurriéndose por la chimenea, por el ojo de la cerradura o por alguna rendija”.
Se dice que los brujos que actualmente seguirían concurriendo a esta cueva son descendientes de los primeros hechiceros que hicieron de las suyas en este enigmático lugar.
Cada cierto tiempo, en la cueva se organizan fiestas a las que asisten los maestros. En ellas se usan servicios de oro y plata,pero ninguna de estas piezas puede ser sacada de la guarida, ya que en el exterior se convertirá en algo de poco valor.
Supuestamente la raja es una hendidura subterránea que recorre todo el país y en su interior los brujos hacían sus encuentros o “aquelarres”.