Viajeros financian travesía de Totoralillo a California con venta de fotografías

Es común suponer que viajar es caro, -o complicado-, si el itinerario incluye la visita a varios países con estadías más largas de lo habitual.  Sin embargo, existen personas que derriban ese mito al adoptar nuevas formas de viaje y aprovechar sus habilidades en ciertas áreas para emprender nuevas aventuras.

Así lo hizo Andrés Díaz de 37 años, quien durante 19 meses viajó junto a Lorena Arriagada en un furgón adaptado que les sirvió de hogar. Durante la travesía, su cámara se convirtió en la herramienta perfecta para generar ingresos frecuentes y financiar el viaje, haciendo fotografías a surfistas e imágenes publicitarias a hostales a cambio de estacionar o para ocupar algunos servicios.

En una conversación vía WhatsApp, Andrés relata a El Día la historia de un viaje que comenzó en Totoralillo, donde se encuentra su hogar, y que culminó en California (Estados Unidos).  Esta experiencia lo hace sentir feliz, orgulloso, realizado. Eso es lo que transmite su voz y escucharlo es fascinante.

TRABAJAR POR UN SUEÑO

“La decisión de emprender este viaje fue por un sueño que tenía desde hace 15 años atrás, tal vez más. Siempre me imaginaba viajando en una casita rodante y por eso compré un furgón que adapté como motorhome, labor que tomó cerca de un año”, narra.

El viaje comenzó el 22 de abril de 2016 y volvieron a pisar tierra chilena el 20 de noviembre de 2017. El recorrido abarcó 15 países, en los que se quedaban entre 15 días y 3 meses.

Aunque es biólogo marino de profesión, Andrés se dedica a la fotografía acuática desde hace más de 10 años. También siente pasión por el surf y siempre quiso conocer otros lugares donde pudiera surfear sin traje y disfrutar de paisajes naturales.

“Los meses de viaje fueron de verdad un sueño. Al principio estábamos un poco preocupados por el tema de la delincuencia, íbamos siempre mirando para todos lados, pero a medida que pasó el tiempo nos relajamos y vimos que no era tan peligroso como pensábamos que era. Un muy buen amigo me dijo un día: en el mundo hay más gente buena que mala y justo así fue”, comenta.

COMPLICACIONES Y DIFERENCIAS CULTURALES

En un viaje de tal envergadura cualquier imprevisto puede pasar. Según cuenta Andrés, uno de los momentos más difíciles del viaje fue cuando el furgón se quedó varado en un camino de adoquín en Cuzco, Perú, y detrás del vehículo se formó una larga fila de autos que no podían pasar.

“Otro de los momentos complicados fue cuando Lore se enfermó. Como ella es médico iba con todo un arsenal, pero me preocupé mucho cuando me dijo que le colocara suero si su condición seguía empeorando. Finalmente se recuperó”, rememora.

También recuerda cuando en su paso por Costa Rica se dañó la caja de cambio del furgón y estuvieron por tres semanas en el taller de la Mercedes Benz esperando a que enviaran el repuesto desde Alemania. “Por suerte los gerentes eran chilenos y nos trataron muy bien, además que los costarricenses son muy buena onda”, apunta.

Sobre las diferencias culturales, Andrés expresa que le llamó mucho la atención la poca cortesía en países como Panamá y Belice, ya que las personas no acostumbran a saludar o dar las gracias, a diferencia de los estadounidenses que son bastantes educados en la calle.  

También habla sobre Perú, país que califica como “impresionante, pero manejan muy loco, no prenden las luces, no ocupan los intermitentes y nadie respeta las leyes de tránsito”.

NUEVOS PLANES

Tras su estadía en California, Andrés y Lorena regresaron a Chile en avión, dejando el furgón en Estados Unidos. Será el próximo 19 de junio cuando él regrese a San Francisco para buscar su vehículo.

“Pienso conocer otros lugares. Había pensado en Alaska o Canadá pero son muy fríos (…) pienso pasar por México, practicar surf allá. La idea es venir de regreso a Chile en el furgón”, acota.

Asimismo, Andrés piensa comprar nuevos equipos, porque justo el día que llegó a Chile tras el viaje, su cámara no funcionó más.

“Más que enojado, quedé muy agradecido porque ocupé mucho la cámara en el viaje y gracias a las fotos pude hacer dinero. Pude reunir cerca de 5 millones de pesos en fotografías. Al poco tiempo también se ‘murió’ mi computador, entonces tendré que adquirir nuevas herramientas de trabajo”, cuenta Andrés a modo de anécdota. 6101i

LA FRASE:

"Un muy buen amigo me dijo: en el mundo hay más gente buena que mala y justo así fue”