La Serena es la segunda ciudad más antigua de Chile y cuenta con más de cuatrocientos años de historia. Por sus calles han recorrido grandes personalidades políticas, artísticas, deportivas y de todas las índoles. Sin embargo, previo a todos ellos, durante la época de fundación de la ciudad, un grupo de hombres provenientes desde España llegó, sin tener conciencia de ello, para marcar huellas profundas en el sector y en el país.
Uno de los nombres más destacados de dicha época fue el de Pedro Cortés Monroy, quien llegó junto a su padre y hermanos en la expedición que comandaba el Virrey del Perú y encargado de la pacificación de Chile, Andrés Hurtado de Mendoza en 1557.
Cuatro siglos después, su rol como pionero de las familias chilenas y pieza fundamental de la construcción de la Patria fue destacado este mes, en La Zarza, Extremadura, su lugar de nacimiento, a través de una placa recordatoria.
Dicho evento forma parte de una iniciativa organizada por el Instituto de Conmemoración Histórica, presidido por Sergio Martínez Baeza, con la colaboración de la Embajada de Chile en España y la Asociación de Ayuntamientos de España del quinto Centenario.
La de Cortés Monroy es una de las tantas placas que se están instalando por España en conmemoración de estas familias que se trasladaron a nuestro país y que dieron origen a un linaje importante en el lugar donde se establecieron y que en el caso de Pedro Cortés fue la ciudad de La Serena.
Al respecto, Sergio Romero, embajador de Chile en España manifestó que “Con esto no hacemos sino volver a nuestras raíces cuando hace cinco siglos comenzó una historia mestiza, en uno de los rincones más lejanos y pobres del mundo, pero destinado a tener una larga vida y un trabajo fecundo, gracias al esfuerzo de su gente y al territorio generoso que Dios nos dio”.
UN SERENENSE CON SANGRE ESPAÑOLA. Según relata el libro “Gente de La Serena”, escrito por Fernando Moraga Acevedo, en colaboración con Arturo Volantines, y que está próximo a ser publicado, Pedro Cortés Monroy nació en el pueblo de La Zarza, Extremadura, España, en el año 1522, fue hijo de Juan de Regas de Monroy y de María Cortés.
Como muchos extremeños, siendo aún muy joven partió hasta América junto a otros españoles con fines diversos, entre éstos obtener riquezas, ensanchar los límites de la fe católica y acercar almas a Cristo, aumentar las tierras de la Corona, o simplemente, como dijo más de uno en ese momento, por el deseo de buscar la propia fama.
Cortés Monroy pisó tierras chilenas acompañando a García de Mendoza. Durante su estancia en el país participó en la guerra de Arauco y sirvió a los gobernadores Francisco de Villagra, Pedro de Villagra, Rodrigo de Quiroga y Melchor Bravo de Saravia.
Tal fue su rol en las contiendas chilenas que el mismo Alonso Ercilla nombró a Cortés Monroy en un fragmento del reconocido texto de La Araucana, el cual versaba “El anciano Cortés sin cortesía. A los soberbios bárbaros ofende. Con tal vigor que adonde el brazo guía. Todo corta, rompe, rasga, hiende: Aunque su mucha edad la sangre enfría. La cólera fogosa se la enciende. En tanto extremo que es extrema y dura. Al fin como quien es de Extremadura”.
En cuanto a su estancia en La Serena, Pedro Cortés se desempeñó como regidor de la ciudad durante los años 1579, 1586 y 1587 y, además, ocupó el sillón de alcalde en 1580 y 1588.
Luego de participar en una infinidad de batallas, en 1603 el gobernador Alonso de Ribera lo envió a Lima con una misión oficial. Tres años después, Pedro Cortés Monroy regresó al país, específicamente a Concepción acompañado de más de trescientos soldados.
Su carrera ascendente vio un momento culminante en 1610, recién creado el Ejército profesional en Chile, cuando alcanzó el nombramiento de coronel general del Reino de Chile y la Real Audiencia lo destacó como la figura militar más importante del territorio. Además fue regidor y dos veces alcalde.
Luego de cinco décadas dedicado a servir en la guerra, viajó a Lima para licenciarse del servicio militar y regresó en compañía del gobernador Juan Jaraquemada con el título de Maestre de Campo General, por nombramiento del Virrey el 29 de marzo de 1612.
Cuando Cortés Monroy cumplió ochenta años fue enviado a España, donde reclamó su sueldo en memorial de 1616. Después de cuatro años logró reunir mil hombres para regresar a Chile, pero este socorro se mandó a Filipinas. Obtuvo el corregimiento de Arica, en su viaje de regreso.
Finalmente, en 1617, su carrera militar y su ferviente amor por la patria llegaron a su fin luego de que falleciera en Panamá.
UNA FAMILIA DE HONOR. Mientras en lo militar destacó por su fama de valiente, buen estratega y liderazgo, en lo personal, en 1573 Pedro Cortés Monroy se casó con Elena de Cisternas y Tobar, nacida en la ciudad de La Serena e hija de Pedro de Cisternas, conquistador español, compañero de hazañas de Pedro de Valdivia y alcalde de la ciudad por varios años. De ese enlace surgieron ocho hijos, entre ellos Juan Cortés Monroy y Tobar, nacido en La Serena en 1592. Sirvió al gobernador Juan Jaraquemada en la guerra de Arauco.
Años más tarde, el gobernador Alonso de Ribera lo nombró capitán de infantería en 1613, en la época en que viajó a España con su padre. Permaneció doce años en la Corte, presentado unos “apuntamientos” sobre la guerra de Chile. Luego fue admitido en la Orden de Santiago en mayo de 1625 y nombrado gobernador de Veragua.
Juan Cortés Monroy y Tobar eligió Panamá, país donde falleció su padre, para casarse con Ana Domonte Robledo en 1627. Después de su gobierno pasó al Perú, donde fue corregidor de los pueblos de Huamalies, Chumbibilcas y Andahuailas.
Siguiendo el linaje de honor, unas generaciones más tarde, en julio de 1651, nace en La Serena otro ilustre de la familia, Pedro Cortés de Monroy Zavala, quien fue maestre de campo, al igual que sus antepasados, y corregidor de la ciudad de La Serena desde el 3 de enero de 1687, regidor del Cabildo en 1692 y procurador de la ciudad en 1708.
Fue el primer marqués de Piedra Blanca de Huana, título otorgado mediante cédula real del 31 de diciembre de 1697.
El 22 de febrero de 1716 fue sepultado en la iglesia La Merced en La Serena.
Fragmento de La Auraucana que Alonso de Ercilla dedic´p a Pedro Cortés Monroy:
“El anciano Cortés sin cortesía
A los soberbios bárbaros ofende
Con tal vigor que adonde
el brazo guía.
Todo corta, rompe, rasga, hiende:
Aunque su mucha edad
la sangre enfría.
La cólera fogosa se la enciende
En tanto extremo que es extrema
y dura.
Al fin como quien es
de Extremadura”