• Florencia Campos Correa reconoció que este premio recibido “es un gran incentivo personal”. Foto: Cedida.
  • Detalle de “El gorro lila”, publicación que en el 2017 será repartida por todo el país. Ello gracias a una iniciativa de Chile Crece Contigo. “Usé fotos digitales intervenidas de mis propios tejidos para dar vida al libro, e incluí ilustraciones manuales de animales chilenos representativos de las distintas zonas geográficas”, contó la autora. Foto: Cedida.
Con el libro “El gorro lila”, ganó en el Concurso Nacional de Creación Musical y Cuentos Ilustrados, en la FILSA 2016.

El día jueves 27 de octubre, en la Feria Internacional del Libro de Santiago, FILSA, se realizó la ceremonia de premiación de 18 obras ganadoras del Concurso Nacional de Creación Musical y Cuentos Ilustrados para la Primera Infancia, Chile Crece Contigo (CHCC) 2016, instancia que se creó con la finalidad de hacer una serie de libros de cuentos para proteger la infancia, entre los 3 y 6 años, los cuales se repartirán a todo Chile el próximo año.

Uno de los reconocimientos lo recibió la diseñadora Florencia Campos Correa, quien vivió su niñez en Coquimbo y hoy reside en la capital. Su trabajo se llama “El gorro lila” y, según confesó, le pareció increíble lo acontecido. “Le tenía mucha fe a mi cuento, pero cuando me enteré de que más de mil personas habían participado, me parecía imposible ser una de las ganadoras. Así es que la sorpresa fue tremenda. Me siento muy agradecida y afortunada de poder verlo publicado y que se reparta a lo largo de todo Chile”, contó.

Consultada respecto a si esto será importante para su proyección artística, Florencia manifestó que “más que nada, este premio es un gran incentivo personal. Fuera de eso, me encantaría poder seguir participando en iniciativas parecidas, indagar más en este lado artístico-literario que encontré escondido”.

A modo de biografía, Florencia consignó a diario El Día que “me crié en La Herradura, Coquimbo, donde llegué a los 11 años. Mis papás le tenían mucho cariño a esa zona porque ahí se conocieron. Decidieron echar raíces al lado del mar”. También indicó que “hay muchos artistas en la familia, mi mamá estudió arte, mi papá es un gran dibujante amateur. Somos 7 hermanos, todos con una gran afición por las artes y a hacer cosas con las manos.

“Respecto a mí, todos los tipos de arte han sido siempre mi fascinación, especialmente el dibujo. Desde chica dibujaba eternas croqueras, caricaturas de mis amigas del colegio, en fin, me encantaba crear historias y retratar situaciones en el papel”, sostuvo.

“Cuando entré a estudiar diseño industrial me pareció una elección natural. Las artes no son un camino fácil, me parecía y hoy lo sé con certeza, pero sentí que si elegía algo distinto terminaría tarde o temprano volviendo a lo que más me gustaba”, explicó.

Florencia Campos nos dijo que se ha movido en distintos ámbitos dentro del diseño. “La primera parte de mi carrera la desarrollé en diseño comercial, para retail, diseño de productos masivos para fabricación en oriente, en varias empresas. Paralelamente comencé a indagar en lo opuesto, las artes textiles, lo hecho a mano”, comentó.

“De forma muy autodidacta empecé a practicar distintas técnicas, a inventarme telares, aprendí a tejer de chica. Me interesé por el patrimonio, por tomar las costumbres como base para experimentar e innovar sobre ellas. Fue así como creé mi marca propia de tejidos hechos a mano hace 7 años, que comencé a vender al extranjero. Mi marca se llama Ullvuna”.

“En ese tiempo tuve la oportunidad de ser contratada por una editorial inglesa para hacer un libro de telar, que terminó traduciéndose a 6 idiomas. En Chile está hace un año en las librerías como “Tejer en telar de clavos”. Este libro fue para mí el trampolín para decidir dedicarme a este rubro y hoy ofrecer mis propios talleres, libros, kits y patrones de tejido. Creé mi editorial y productora, Juitraji”, señaló.

Tras salir del colegio, Florencia dejó la región y se fue a vivir a Santiago. Allá lleva más de 15 años, interrumpidos sólo por un año en que residió en Edimburgo. “En Santiago está la masa crítica de Chile, difícilmente las artes podrían estar exentas a ello. La mayor parte de las universidades, corporaciones, fundaciones, empresas y finalmente autoridades vinculadas a las artes están y funcionan en y desde Santiago”, explicó.

“Es un mercado más competitivo, pero también de mayor oferta, con más fácil acceso al estado del arte, más posibilidades de sinergia, más información, valoración e incorporación de las artes al cotidiano. Si estás en regiones, con internet es más fácil mantenerse al día y en contacto, pero no es lo mismo que estar dentro de un contexto de ciudad donde ya está todo articulado.

“Muchos fondos concursables tratan de incentivar a quienes viven en regiones y dan mejores puntajes al postular, pero no significan mayor aporte para descentralizar en este sentido”, manifestó la autora de “El gorro lila”. Un trabajo que le encantaría mostrar en la Región de Coquimbo. “De cualquier forma, es un hecho que mi cuento estará en las manos de gran parte de los niños de la región, así es que de alguna forma ya lo estaré mostrando”, aseguró.

Respecto a cómo fue que decidió participar en el concurso, que terminó con ella recibiendo el premio en la FILSA 2016, Florencia explicó que “hace un año tomé un curso de cuentos cortos con la escritora venezolana de literatura infantil Mireya Tabuas, que está radicada en Santiago. Tenía la inquietud hace tiempo de indagar en este tipo de escritura y quizás intentar  incorporarles mis propias ilustraciones.

“Cuando encontré el concurso por casualidad me pareció una excelente oportunidad para al fin probar mis propias ideas en el papel. Quedaban sólo unos días para que cerrara el concurso, así es que no lo pensé mucho y me puse a trabajar”, relató.

“Lo que quise hacer fue basarme en mi propia experiencia como emprendedora, para dar un mensaje que tuviese valor para la vida de los niños a los que se dirige. Tal vez eso fue lo que más tiempo me tomó, encontrar algo que me pareciera valioso transmitirles. Usé fotos digitales intervenidas de mis propios tejidos para dar vida al libro, e incluí ilustraciones manuales de animales chilenos representativos de las distintas zonas geográficas, como personajes del cuento”, dijo Campos.

En cuanto a sus planes para el futuro, Florencia dijo que “por ahora, seguir adelante con mi editorial Juitraji, los talleres, la producción de dos libros digitales de tejido que tengo en camino y estoy abierta a encontrarme con muchas más sorpresas interesantes en el camino”.

El día de la ceremonia en la FILSA se presentó el grupo musical infantil Tikitiklip, además de contar con la presencia de los ganadores, provenientes de diversas regiones, entre ellas Aysén, Concepción, Valparaíso, O’Higgins y Santiago, los que recibieron un premio de $3.500.000.

 

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