• Mauricio Toro Goya trabaja el ambrotipo, proceso fotográfico que crea una imagen en positivo directa en una placa de cristal. La fotógrafa Andrea Jösch explicó que la obra “básicamente se centra en contextualizarnos, a través de su particular mirada y los ambrotripos, la religiosidad de la política y la iconografía popular”. Foto: Lautaro Carmona.
La muestra “Caprichos: imágenes rebeldes” será inaugurada el viernes en el Museo Histórico Gabriel González Videla, con la curatoría de Andrea Jösch

Luego de presentarse con éxito en el Museo Nacional de Bellas Artes, entre el 8 de septiembre y el 30 de octubre, llega esta semana a La Serena la exposición “Caprichos: imágenes rebeldes”, de Mauricio Toro Goya. Aquí el artista regional exhibe las series fotográficas “Milagreros”, “Imagen divina” y “Gólgota, Caravana de la muerte”. La muestra se inaugura este viernes, a las 18:30 horas, en el Museo Histórico Gabriel González Videla.

La curadora de la exposición, Andrea Jösch, explicó que “es una revisión de los últimos 10 años de trabajo de Mauricio, donde están las 3 series. Pero aparte hay un cortometraje, que se llama ‘El cabello de la Virgen’ y un par de antecedentes de las relaciones que Mauricio ha tenido, tanto con la fotografía, en este caso con Sergio Larraín, pero también con la imaginería del norte, donde él nació y vive y trabaja”.

“Esos antecedentes son necesarios también para entender dónde nace la propuesta artística de Mauricio, que básicamente se centra en contextualizarnos, a través de su particular mirada y los ambrotripos, la religiosidad de la política y la iconografía popular, que es lo que conforma de alguna manera el imaginario visual de Mauricio”, agregó Jösch.

Por su parte, Toro Goya explicó que “el uso del ambrotipo tiene que ver con una posición política y filosófica, con respecto al uso del soporte para crear la obra. Para mí, la industria fotográfica actual está muy vinculada a un modelo neoliberal de producción de equipos fotográficos, de implementos que sirven para dar desarrollo a la fotografía digital. Modelo político y económico con el cual yo no estoy de acuerdo”.

“Por eso, empecé a buscar una técnica fotográfica que me permitiera hacerla de forma manual y casera. De esa manera poder hacer mi obra, que también resolviera la necesidad estética. Lo logré, con 5 años de investigación. Pasé por varios procesos fotográficos del siglo XIX. Y el que más me convenció y el que más resolvió mis intereses fue el ambrotipo”.

Sobre el trabajo de Toro Goya, Andrea opinó que “no son tomas directas, sino que detrás de aquello hay una múltiple etapa de informaciones y de imágenes. Y para mí eso también es entender que ese mundo, el  mundo latinoamericano en particular, es una sobreexposición de imágenes constantemente. Y esto creo que lo resuelve de manera ejemplar, tanto por el poder simbólico de la técnica, como también por revertir esa imagen tan seca y tan directa con la cual se nos quiso encasillar”.

“Vivimos en un mundo de las imágenes. Acá yo creo que no se enseña, porque es muy peligroso, a los chicos a leer las imágenes. Deberíamos tener un curso de pedagogía de la mirada, para saber qué es lo que están mirando. Entonces, la relevancia de la fotografía o de entender el lenguaje de la visualidad, me parece que es urgente para generar personas críticas, íntegras”. 

 

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