La noche del sábado 27 de agosto, en el salón Huamalata de Ovalle Casino & Resort, la coquimbana Antonia Figueroa (21) se convirtió en Miss Mundo Chile 2016. Junto con el orgullo de ser elegida reina, sacó pasajes de inmediato a la final internacional, que se realizará el 20 de diciembre de 2016 en el Gaylord National Resort & Convention Center, en la ciudad de Washington D.C., capital de Estados Unidos.
“La verdad es que nunca pensé que iba a ganar. Cuando me llamaron, yo tenía confianza que podía quedar dentro de las 5 finalistas. Pero luego que las empezaron a nombrar una por una, fue cada vez aumentando mi nerviosismo, porque yo no me lo esperaba sinceramente. Luego ya, cuando quedamos solamente 2 y mencionan mi nombre, eso fue una emoción, hasta me salieron unas lágrimas”, admitió la joven del sector de Sindempart, en el puerto de Coquimbo.
Antonia se ha dedicado a la música desde los 5 años. También es deportista, practica judo, sabe 3 idiomas y actualmente cursa tercer año de la carrera de Ingeniería Civil Ambiental, en la Universidad de La Serena. “Sigo tocando el violín, en la Orquesta Clásica de la UCN. Pude tocar en la Universidad de La Serena, pero tenía choques con mis horarios de clases”, consignó.
A casi una semana del importante logro obtenido, la nueva Miss Mundo Chile contó a diario El Día que “me ha parecido muy lindo el recibimiento que he tenido en todas partes, en la municipalidad, con los medios y mi familia también. Ha sido un poco ajetreado, bastante trabajo en la última semana, obviamente por lo de la coronación, todas las entrevistas. Pero igual es bonito”.
La música presente
Desde niña, Antonia se ha sentido atraída por las artes. La música es algo muy importante para ella, llegando a ser enfática en asegurar que “voy a seguir con ella toda la vida. El tocar violín ya es parte de mí”. Por lo mismo, está muy agradecida de quienes han contribuido en su formación,que seguramente también se alegraron bastante con este nuevo logro de la joven belleza coquimbana.
Respecto al tema musical, recordó que “partí a los 5 años con un profesor. Luego continué en el Colegio Claudio Arrau, hasta octavo básico. Estudié la enseñanza media en la Escuela de Música (Jorge Peña Hen), con el profesor Reynaldo Ferrera. Y siempre he estado en las orquestas, en la orquesta de la Escuela de Música, la de la Universidad Católica del Norte. Siempre la música presente, desde que soy pequeña”.
Ese talento quedó en evidencia en el reciente concurso de belleza, ya que fue algo que llamó la atención tanto del jurado como del público. “Ahora dicen ‘ella habla tantos idiomas, que hace esto o lo otro’, pero no son cosas que vengo haciendo ahora para el certamen, sino que son para mi vida. Entonces tengo que aprovechar. Es un trabajo de años que me va a servir ahora”, puntualizó Antonia.
En cuanto a su futuro académico en la ULS, ahora que tiene que ir a la final internacional en Estados Unidos, la reina comentó que no abandonará los estudios. “Realmente no creo que sea necesario. Sí voy a dejar de lado algunos ramos para alivianar la carga de este semestre, pero voy a continuar, no voy a congelar. Porque mis estudios también me van a ayudar en el certamen internacional. No quiero dejar la carrera de lado y además uno pierde el ritmo si congela”.
La soberana igual recordó que, sólo horas después de haber sido elegida Miss Mundo Chile, volvió a su rol de universitaria. “Llegué al tiro a clases. Fue bien bonito, hasta mis profesores me han felicitado. Yo no esperaba que supieran, pero se masificó mucho la información. Mis compañeros también estaban súper felices, mis amigos, todos me han felicitado. Harta gente, vecinos que me ayudaron poniendo Me Gusta en internet. Hasta una amiga vecina que tiene un negocio puso una foto mía”.
También destacó que “durante el certamen la gente del hotel, la gente de Ovalle, me apoyó harto porque yo era la única candidata representando a la región, la local. Y en la final también fue mucha gente, no sólo de mi familia sino también gente que fue a ver el espectáculo, la que me apoyó, con aplausos, decían mi nombre. Uno en el escenario lo siente harto, porque le da confianza. Fue muy importante”.
“Yo postulé como probando suerte prácticamente en el casting, que fue en febrero. Y luego empecé a ver mi avance, que quedaba entre las 40, las 15 y así como que me fui entusiasmando. Después ni siquiera me esperé que estaría en la final, pero mis capacidades me llevaron a eso”. El 50% del puntaje era del jurado, y el otro 50% de pruebas preliminares.