El gran talento de Richard Vargas, músico no vidente de Vicuña, cautivó al maestro Roberto Bravo y a los socios de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) La Serena, quienes vieron en él el ímpetu y el esfuerzo que le dedica a la música, por lo que decidieron donarle un piano de pared para que siga disfrutando y desarrollando este arte.
Pero la historia parte un año antes, cuando el propio Roberto Bravo, invitado por el gremio constructor para promover acciones de sostenibilidad, visitó escuelas de La Serena donde se practica música. Fue así como estuvo en el Colegio Héroes de la Concepción, la Escuela de Música Jorge Peña Hen y la Escuela Luis Braille. Fue en esta última donde se deslumbró con los dones interpretativos de Richard Vargas Torres.
Bastó que Richard hiciera un solo en el antiguo teclado del establecimiento, con piezas de Bach y Liszt, para que Roberto Bravo se emocionara hasta las lágrimas y lo aplaudiera de pie. Atrás dejó de su condición de maestro para elogiar a este joven que le puso talento y corazón. Cuando terminó, Bravo se acercó y lo abrazó, momento donde le preguntó cuál era su sueño. “Tener un piano”, confesó Richard.
Fue así como se iniciaron así las gestiones con los socios de CChC La Serena, quienes encomendaron a la Fundación Social CChC que realizara un informe social, el que evidenció la vulnerabilidad del joven, quien vive con su madre, hermana y padrastro en Vicuña, estudia en un 2x1 y no tiene la posibilidad de desplazarse por sus medios fuera de la comuna.
Hace unos días y en una sencilla ceremonia en la sede regional, Richard y su mamá fueron citados para darles una sorpresa: Se había reunido el dinero para comprar un piano que le permitirá depurar sus cualidades técnicas. Y como la sorpresa debía ser total, el propio Roberto Bravo se hizo parte de la entrega.