• Quema de monos, una costumbre que se extingue cada vez más
    Quema de monos, una costumbre que se extingue cada vez más
Hacer muñecos para despedir el año es una tradición nortina que, en la región de Coquimbo, sólo algunas familias se han preocupado de mantener con vida

A sólo días de que llegue el fin de año, las familias comienzan a reunirse para cumplir una antigua tradición que busca despedir, a través del fuego, al año que se va.

Se trata de la quema de monos, estos particulares personajes fabricados a mano y rellenos de ropa y artículos viejos, que viene a simbolizar todas las cosas acontecidas en los últimos doce meses las cuales, al ser incineradas, dejarían abiertas las puertas para que el destino disponga de cosas mejores.

Esta tradición, que se vive en todo su esplendor en el norte grande del país, aún puede ser apreciada en la región de Coquimbo, aunque con menor medida. Así lo comenta el historiador Gonzalo Ampuero quien dice que “esta costumbre netamente nortina no está tan arraigada en la gente de la región, es más, esta sería la última zona en que se realiza esta tradición, que no es muy antigua en La Serena y Coquimbo, ya que llegó hace sólo unos 40 años”.

La noche del 31 de diciembre, las calles y plazas de los distintos sectores de las ciudades se llenan con decenas de “monos” encendidos los que, en el caso de La Serena, se encuentran relegados a Las Compañías y la Antena.

Rolando Muñoz (36) solía reunirse con sus amigos del barrio Cisternas para confeccionar estos muñecos. “El trabajo para hacer estos monos empezaba una o dos semanas antes, cuando con mis amigos del barrio nos poníamos a juntar ropa vieja y otras cosas para quemar. Nos conseguíamos un montón de cosas para tratar de hacerlo lo más real posible”, y agregó que “por lo general, la inspiración de cada mono que hacíamos veníamos de una persona en específico. Me acuerdo que en una oportunidad se nos ocurrió personificar al mono en honor a un maestro ‘chasquilla’ que siempre iba para nuestras casas. Él daba la hora en cada cosa que arreglaba”.
En relación a esta costumbre, monseñor Manuel Donoso comentó que “la gente suele realizar diversos actos para despedir el año pero, en lo personal, no me parece correcto quemar la figura humana”.

Y es que esta tradición también tiene sus riesgos, en algunas ocasiones, el fuego ha llegado a alcanzar los cables eléctricos o las dependencias de las casas, haciendo de las fiestas una tragedia. El sub comisario Claudio Loyola, de la Sexta Comisaría de Las Compañías, dijo que “siempre estamos efectuando los patrullajes correspondientes con el fin de determinar dónde están ubicados esos muñecos y evitar que ocurran desórdenes o accidentes que puedan involucrar el corte de tránsito del sector donde está instalado”.

Además de la labor de Carabineros, no existe una ordenanza municipal que estipule qué lugares son ideales para la instalación de los “monos”. Al respecto, el alcalde Roberto Jacob dijo que “esto se debe hacer con mucho cuidado porque siempre hay riesgo de accidentes. Lo importante es celebrar estas fiestas con seguridad”. 
 

 

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