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Mientras algunos han logrado mantenerse utilizando plataformas digitales, ejerciendo otras actividades o derechamente yendo a la calle, otros han tenido serias dificultades para salir a flote. La reducción de aforos y cambios de fase siguen siendo una brecha, lo que ha generado necesidades que esperan el próximo Gobierno aborde de manera urgente.

Desde marzo de 2020, la realidad para el mundo artístico y cultural en el país y por cierto en la Región de Coquimbo no ha sido fácil, debido a que las imposiciones propias del Covid-19, sobre todo durante los primeros meses, generó un verdadero “apagón” de los conciertos, tocatas y presentaciones en general.

Dos años después, con los altos y bajos de los cambios de fases, quienes conocen desde dentro esta realidad conversaron con diario El Día y comentaron la forma en que la han afrontado.

“Muy malos tiempos”



Jorge “Coke” Araya Santana, voz, guitarra y flautón del grupo “Magnolia”, en conversación con El Día, señaló que “muchos músicos, artistas y creadores aprovecharon el tiempo de pandemia para realizar nuevas creaciones, pero lo cierto es que a estas alturas la realidad se nos ha complicado mucho. Estamos viviendo un tiempo muy apretado, y hay que decir que la gente que está trabajando en el arte y la cultura ya no damos más. Por eso en el caso mío estoy a favor del quinto retiro y esperamos que el presidente Boric esté dispuesto a apoyarnos con algún subsidio especial para nosotros”.

Quien también se refirió a los altos y bajos que ha vivido el mundo del espectáculo fue el guitarrista coquimbano Juan Carlos Aguilera, más conocido como “JC Blues”, integrante de The Hammond Trío Experience. Por estos días trabajando en la Isla Grande de Chilé, también reconoce las dificultades que ha pasado en este período. “Por ejemplo, acá en Chiloé hay un movimiento cultural bastante significativo, lo que por ejemplo no tiene lugar en nuestra región. En este período, hay gente que prácticamente no ha podido trabajar por las más distintas razones. Por suerte yo he tenido, por momentos, distintos apoyos y llamados de otros músicos, aunque igualmente ha sido difícil”, destacó el artista.

En el caso de Juan Carlos, ha podido realizar algunos lives y conciertos vía streaming, que en los momentos más duros de la pandemia fueron una posibilidad concreta para pagar los costos más elementales. “Incluso realizamos algunas master class, porque por suerte contamos con algunos apoyos permanentes. Pero para otros artistas ha sido mucho más duro, porque se han visto en la obligación de tener que trabajar en otra cosa. Son dos años nefastos para el arte y la cultura”, subrayó.

Para JC, sería muy bienvenida la existencia de un bono que permita aplacar la falta de trabajo. “La base de nuestro trabajo es viajar, y si hay restricciones muchas veces no nos podemos subir a un bus ni tampoco a un avión. Lo cierto es que donde está la plata, es donde hay que ir, lamentablemente, y si uno no tiene un contrato fijo con algún casino, por ejemplo, se hace muy difícil. Se han caído los festivales y grandes producciones, donde no sólo estamos nosotros. Hay sonidistas, productores, iluminadores, todo un mundo”, señaló.

Incluso, admitió que en los momentos más duros recurrió a la calle para “pasar el sombrero”.

“Al menos para mí no es problema, pero se entiende si hay otros que puedan sentir vergüenza o pudor de hacerlo”, dijo.

Abordando la realidad



El destacado contrabajista de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de La Serena, Manuel Figueroa Bolvarán, en diálogo con El Día, comentó que su actividad ha sufrido contratiempos, pero reconoce que ha tenido algo más de suerte que algunos de sus pares.

“Retorné a Chile desde Estados Unidos casi a la mitad de la pandemia, y me reintegré a las actividades virtuales de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de La Serena (OSULS) y a las clases virtuales como académico de la ULS. En 2021, con la reapertura de fronteras pude volver a salir del país. De todas maneras, he observado en mis colegas y ha sido transversal a todo el universo cultural es que nadie ha tenido la suficiente fortaleza económica, como instituciones u organizaciones, para poder afrontar este retorno a la presencialidad cumpliendo con las exigencias protocolares. Es el síntoma más claro de como se ha dado la realidad artístico-cultural en Chile”, afirmó.

Reiventarse



Quienes también le han dado dura batalla a la pandemia han sido los miembros de la Orquesta Filarmónica de la Antena, principalmente orientada a niños, adolescentes y jóvenes. Jorge Legua, presidente de la Academia de Música Pedro Aguirre Cerda - responsables de la orquesta- señaló que fue vital adaptarse.

“Cuando la pandemia llegó a la Región de Coquimbo y comenzó el cierre de los colegios, por suerte ya contábamos con un plan, que constaba en realizar trabajos a distancia. Rápidamente iniciamos con clases y presentaciones, las que efectuamos vía streaming, sobre todo durante el año 2020. Todo esto nos obligó a activar fuertemente nuestras redes sociales, y a través de eso logramos efectuar distintas actividades, que tenían que ver con conciertos, muestras y otros. Es cierto que hubo otras organizaciones que con la llegada de la pandemia quedaron nocaut, pero por suerte nuestras instancias aumentaron. Fue un aprendizaje”, declaró. 

 

 

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