La recordada voz de La oreja de Van Gogh lleva más de un decenio trabajando en su carrera de solista y hoy ya tiene cuatros discos a su haber. El último de ellos, “Nacidos para creer”, la trae de regreso a Enjoy Coquimbo y es un trabajo donde “me he desnudado completamente”, según afirmó desde España en conversación con El Día.
“En el show se van a encontrar con canciones de mi nuevo disco, pero también haremos un repaso de mis años de carrera”.
¿Con qué se van a encontrar los coquimbanos en este nuevo espectáculo?
“Se van a encontrar con canciones de mi nuevo disco, pero también haremos un repaso de mis años de carrera, pasando por mi etapa en La oreja de Van Gogh y también por todos mis discos en solitario. La verdad es que estamos armando el repertorio y cada vez nos cuesta más, porque son muchas canciones ya y ¡madre mía, cómo elegirlas! Estamos eligiendo las que quiere el público y las que quiero yo, para que sea una gran noche. Me gusta que en el concierto la gente se olvide de todo, que sólo vivamos ese momento”.
El 2016 estuvo en el mismo escenario, ¿qué recuerdos atesora de su paso por Coquimbo?
“Tengo un recuerdo muy bonito de ese día, al igual que ahora, era verano y había una pool party, estaba todo el mundo de fiesta, ¡qué ganas de haber ido a la pool party! El público fue maravilloso, cuando salí al escenario todo cobró sentido, todo cobró vida. La verdad es que los coquimbanos son muy respetuosos, muy entregados y sensibles con las canciones. Me da una gran satisfacción ver que están disfrutando tanto como lo está haciendo uno y la banda”.
“Me he desnudado completamente en mi último disco, son todas experiencias autobiográficas”.
¿Cuál es su expectativa ante este reencuentro con su público de la región?
“Mi expectativa de este show es que sea tan bonito como la última vez, porque además fue en la misma fecha y fue espectacular, una magia y una energía desde el escenario hasta el público. Estoy con muchísimas ganas de que llegue el día, estoy con todos los preparativos para llegar a Chile, tengo muchas ganas de volver a verlos”.
¿Qué extraña de Chile?
“Ay, me encanta la comida chilena, el marisco y el salmón. Me gusta mucho vuestro carácter y que tienen lugares maravillosos, tengo recuerdos inolvidables, como estar en el Festival de Viña más de una vez, con todo su cariño fiel y entrañable”.
3 años lleva la cantante sin visitar la región.
Regreso recargado
Luego de 4 años en silencio, Amaia Montero volvió a los estudios de grabación para mostrar, paradójicamente, su faceta más delicada, dura e irónica. Es así como en el primer sencillo de esta nueva etapa, “Nacidos para creer”, se oye una metáfora muy personal en torno a su proceso de liberación ante los prejuicios de la prensa y de la sociedad, como el tener 40 años y no estar casada o un constante cuestionamiento por el peso del otro. En el videoclip se refleja su encarcelamiento, el cómo vivió presa en lo que el mundo decía de ella, pero que finaliza con una sonrisa y una Amaia en libertad. Así es hoy la cantante, así enfrenta su vida con 20 años de carrera.
¿Con qué palabras puede sintetizar este nuevo disco?
“Yo lo veo como un striptease emocional. Uno no escribe igual cuando tienes 20 o 30 años, que cuando ya tienes 40, ¿no? Además, ahora ya sabes un poquito más de qué va todo esto de la vida, entonces es cuando ya empiezas a quitarle importancia a cosas que no la tienen. Como digo, es un escribir más emocional porque uno lo hace con otro atrevimiento, me he desnudado completamente en este disco, son todas experiencias autobiográficas y sobre todo son la auténtica verdad”.
¿A qué rincones íntimos recurrió para componer este álbum?
“A todos, toqué un poco de todos los lados, el personal, pero también el terreno del amor, de las cosas que te hagan pensar y de fotografías que nos da la vida, donde cada capítulo es lo que nos está ocurriendo. Yo he ido aprendiendo de la vida y con toda esa mezcla de aprendizajes y sensaciones, mi manera de pensar y ver el mundo está reflejada en el disco”.
Al ser un trabajo autobiográfico, ¿fue difícil mostrarse tal cual es en cada canción?
“Sí, hombre, desnudarse no fue nada fácil… No es fácil hacerlo, ni mostrar los sentimientos, pero para mí es esa la manera. La honestidad es fundamental en mi trabajo, en mi carrera y en mi vida, para poder encontrarme con la gente, al final son ellos quienes se identifican con las letras, así que se ve reflejada la honestidad, este disco es como un espejo de uno mismo. Esto no quiere decir que fue fácil de hacer, pero a la hora de elaborar un disco tiene que ser sincero, contar la verdad”.
¿Con qué desafíos se enfrentó en este regreso a la música?
“Siempre es un desafío y cada vez más, porque ya son muchos años, muchas canciones. Hay muchos desafíos en mi camino, el proceso de composición es complicado, pero bonito, porque cuando sale la canción es algo incomparable con nada. El primer desafío es conmigo misma, para dar siempre lo mejor de mí. Hay que evolucionar, hay que enfrentarse y hay que mantener una mezcla perfecta y equilibrada en el proceso de la reinvención para no dejar de ser uno mismo nunca”.