Quién lo diría pero, nuevamente se repite ciclo que comenzó el 2008 con el primer gobierno de Michelle Bachelet. Dos presidentes que han gobernado los últimos doce años en nuestro país. Pero qué podemos sacar como lección de esto sino la construcción de los típicos  colash mentales con los sucesos e hitos más destacados tanto de uno como de otro.

El colash que yo puedo armar en relación a los gobiernos de izquierda, que por lo demás han sido los con mayor presencia desde la vuelta de la “democracia” no son tan auspiciosos como la de sus adherentes.

¿Somos un mejor País? Sin duda somos mejor que hace treinta o cuarenta años. Pero suficiente para sentir que somos los mejores… definitivamente no somos los mejores. Y no porque las condiciones naturales no lo hayan permitido, sino por la audacia de quienes han definido su identidad basada en la necesidad.

¿Quién con sano juicio no quiere que seamos exitosos? ¿Hay personas dispuestas a sacrificar el éxito tan solo por su ideología? Como diría un conocedor del mundo popular: “No comen, ni dejan comer”. Y no es que sean considerados como malos perdedores o irresolutos, sino más bien, como anarquistas conservadores. Están dispuestos a mantener la degradación de la sociedad a costa de no ir en contra de sus propios principios.

Hoy Jorge Baradit, escritor e historiador chileno de izquieda, aportó un comunicado en redes sociales en donde alude y señala que el gobierno de Bachelet sería considerado como uno de los mejores de la historia porque abrió el cambio hacia los sectores populares, con mucha torpeza, pero aportanto con reformas desde las financieras hasta las consideradas de derechos sociales.

Todavía recuerdo al senador Quintana presidente del PPD hablar sobre una retro excavadora y a otros insistir sobre los derechos básicos como la salud y la educación de calidad.

Se quejaron del primer gobierno de derecha desde los 90´ por la corrupción, por mezclar la política con el sucio dinero y por tener un presidente mirando sus empresas más que la necesidad del pueblo. Y muchas cosas son verídicas aunque ninguna legalmente comprobada.

Entonces, seamos justos. Llenemos el colash de Bachelet:

Inició su periodo investigada por los aportes extranjeros a su campaña política, luego por el escándalo de su hijo y su nuera. Seguido de eso a los salientes ministros Arenas y Peñailillo tanto por la reforma para aumentar impuestos como por el dinero irregular de SQM para financiar su campaña política. La pésima gestión y control de desastres naturales entre los que se recuerdan, el terremoto de Tarapacá y Coquimbo, el aluvión de Atacama y los incendios de Valparaíso. Las innumerables fallas del sistema de transporte público, el aumento de las listas del plan AUGE y sus muertos, las reiteradas renuncias de ministros del comité político por la evidente falta de liderazgo, los jubilazos  de familiares de personeros ligados al gobierno, la ligereza e improvisada forma de abordar la  desmunicipalización en educación y la ley de inclusión que han aumentado la brecha entre lo privado y lo público, el aumento de la delincuencia, la cesantía, el estancamiento en la economía y la exorbitante  deuda externa.

Yo me pregunto con todos estos antecedentes que son objetivos; ¿Realmente será recordado como el mejor gobierno de la historia? ¿Bachelet será más recordada por la ley de aborto que por la corrupción que la involucra a ella y a su familia?

Chile lamentablemente sufre de amnesia selectiva y definitivamente será recordada como una mujer afable, cercana al pueblo con su delantal de médico y con iniciativa ciudadana. Que fue capaz de liderar sin vacilación sobre la contingencia y sobre quienes gobernaron con ella. Que nunca dudo en proclamar la equidad, aunque el crecimiento nunca llegará a superar el 3%. Que su danza fue motor para la vida sana y para la disminución de la desigualdad. Gracias Bachelet por el Oscar, gracias por tu linda sonrisa, por hacer todo en la medida de lo posible y por tu amor por la patria. Te extrañaremos… ojala al gobierno nunca vuelvas.

 

Un chileno sin problemas de memoria.

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