Hemos aprendido por tristes experiencias, que la naturaleza y disposición de casi todos los hombres, en cuanto reciben un poco de autoridad, como ellos suponen, es  comenzar inmediatamente a ejercer injusto dominio (D y C 121:39)

Una de las cosas que más odio en la vida, además de que no respeten mis tiempos, es ver un pseudo líder hacer de las suyas de manera flagrante. He llegado a pensar que estas cosas solo me desagradan a mí, aunque con el tiempo y en la medida que pongo atención a las personas logro entender que es una molestia para todos.

Por lo tanto, quise comenzar esta columna con estas justas, sabias y apropiadas palabras, porque de verdad no hay nada en el mundo que odie más, que un “líder” sin liderazgo.

Una labor tan honrosa no debe ni puede ser de exclusiva responsabilidad de un inepto. Pero, ¿Por qué pasa? Bueno pasa por que queremos y permitimos que pase.

Discutíamos en un curso de liderazgo educacional hace unas semanas, las barbaries que comenten a diario personas que creen tener el poder para dirigir el destino de miles.

Hoy sin ir más lejos, la madre tierra y todos nosotros nos vemos afectados por un idiota que no tiene nada más que hacer, que ordenar a sus bufones que lancen un poderoso y destructivo misil balístico con el solo fin de intimidar al otro idiota que lamentablemente esta en este maravilloso continente.

Ahora, también sé que el liderazgo trae consigo poder; lo que no todos entienden es que este poder supone mayor entrega, mayor compromiso, más deseos de servir y no de ser servido. Tal como Jesucristo lo hacía…

Hace algunos meses con estupor escuche de un excelente joven el lamento porque su líder más cercano solo esperaba de él  el fracaso.   Como este despreciable ser puede solo esperar el fracaso de aquellos que le confían a diario su trabajo. Dios, para los creyentes, de seguro no lo haría… nos pone pruebas, pero no con el fin de hacernos caer, sino de hacernos más fuertes y sabios.

En otra oportunidad tuve la oportunidad de ver como otro “líder” se jactaba diciendo: ¡Acá el único que piensa soy yo! Quien va a esperar algo de este mono, con el respeto que se merece el mamífero,  si lo único que hace es despreciar el esfuerzo y el empeño de sus subalternos en las tareas encomendadas.

Usualmente estos personajes culpan al resto por los fracasos, ya que por la  miopía e ignorancia que padecen nunca son capaces de reconocer sus equivocaciones. Pero el día que las organizaciones crecen u obtienen buenos resultados es por su capacidad de liderar… y nuevamente los subalternos no dicen nada, porque hay que conservar el trabajo o la posición.

Hoy realmente me da lo mismo que piensen o que digan, ya que no pienso hipotecar el derecho que tengo de progresar. Si lo haces mal te lo voy a decir, pero no como tú lo harías, ya que es mi responsabilidad  educarte. Así que, vamos a llorar juntos  hasta que nos vaya mejor. Y si lo haces bien también te lo voy a decir para que juntos gocemos de los beneficios que entrega el éxito en la tarea cumplida.

Así que invito a otros a sumarse y no dejarse coartar por estos monos con navaja que por lo demás, están en todos lados. No tenemos que depender del estado de ánimo o de las relaciones contractuales, porque estás no pertenecen al ámbito de la legalidad.

Tal como nos dijo  Carlos Díaz en su charla de liderazgo: “Los resultados dependen de las Relaciones” (R+R)

Así que, si quieres el éxito comienza a respetar y  a valorar a las personas, porque de ellas dependes para que el tiempo te reconozca.

“No hay metas imposibles, solo hombres incapaces”

 

Para ti MB, LM, JJ y otros más…

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