Será una cuestión cultural o no, pero siempre intentamos evadir la responsabilidad de lo que pasa a nuestro alrededor.

Durante esta semana,  en la Escuela donde trabajo se está desarrollando una iniciativa liderada por la Cultura CTI (Ciencias, Tecnología e innovación en el corazón de las escuelas) con el fin de promover una cultura de reutilización, cuidado y conservación del medio ambiente. Cuestión no menor, si reconocemos que la basura literalmente nos está llegando hasta el cuello y que la madre tierra es quién recibe toda nuestra falta de principios medio ambientales. 

¿Por qué nos está llegando la basura hasta el cuello? Justamente por que preferimos hacernos los desentendidos sobre la relación que se produce entre nuestros desechos y nuestras prioridades.

Vemos en TV que las marejadas aumentan cada año, que los terremotos, huracanes y un sin fin de llamados de atención que pasan de largo solo hasta cuando nos afectan.

Como experiencia personal, en la temporada de verano lleve a mis hijos a la quebrada que se encuentra al costado de la casa. No alcanzamos a llegar a la entrada y ya nos encontramos con restos de electrodomésticos, escombros y desechos de todo tipo. Lo más lamentable de todo,  es que en su sabiduría los elementos originarios (bichos, plantas, animales y aves silvestres) intentaban convivir y sobrevivir a toda esta maligna intervención liderada por el “ser racional”. La verdad a esta altura del partido, creo firmemente que lo que menos hacemos es actuar por la razón… que culpa tienen las hormigas, las abejas, los peces… ninguna ya que su tarea es estar para ayudarnos a nosotros a existir. El problema, es que cada día que pasa limitamos más sus posibilidades de coexistencia, sobre todo cuando en nuestra escala de prioridades la conservación y protección del entorno están en la parte menos relevante.

Esta semana hemos aprendido que es posible hacer cambios importantes. Que esos cambios pueden ser liderados por nosotros y transferidos a nuestros estudiantes. Para que de esa forma se garanticen dos cosas esenciales:

1.- Disposición

2.- Educación

Teniendo estas dos cosas presentes, el cambio ocurrirá pero en el orden  adecuado. Desde la escuela hacia la familia y entorno.

Lamento mencionar que el tiempo se nos agotó y que el cambio debe ser ahora. Que debemos sumarnos a la cultura de menos desecho. Como educadores somos responsables de la promoción de este cambio.

Podemos heredar un país más limpio, más seguro, con generación de energías limpias y con las condiciones mínimas para la sobrevivencia. Así como podemos elegir a quienes nos gobiernan, también podemos elegir el lugar donde vivir y como vivir.

Ya que no es posible meter más culpa debajo de la alfombra, porque lamentablemente se nos llenó de basura.

El Papa Francisco I dijo:

“La tierra, nuestra casa parece convertirse cada vez más e n un inmenso depósito de porquería. Muchas veces se toman medidas sólo cuando se han producido efectos irreversibles para la salud de las personas”.

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