Luego de ser postergado tras el inicio de la pandemia, se suponía que la mañana del día miércoles en una audiencia de coordinación vía zoom, se definiría una nueva fecha para el inicio del juicio oral en el caso del fatal accidente del Puente Zorrilla ocurrido la madrugada del día sábado 27 de abril del 2019.
Originalmente, el proceso fue fijado para principios de este mes de julio, pero evidentemente no podrá llevarse a cabo. Sin embargo, ahora que el Poder Judicial intenta avanzar en las causas pendientes, los intervinientes fueron llamados para revisar la viabilidad de efectuar el litigio bajo nuevas circunstancias, es decir, de manera remota.
Sin entendimiento
Tras la reunión en la que participaron el abogado querellante Raúl Castillo, el fiscal del Ministerio Público Marcial Pérez, y en representación del imputado el abogado Carlo Silva, finalmente no hubo consenso y no se pudo definir una nueva fecha. De hecho, ni siquiera quedó establecido si será factible realizar este juicio vía zoom, o se esperará a que estén las condiciones para efectuarlo de manera presencial.
Para el querellante Raúl Castillo, quien representa a Joselyn Traipe, la mujer que iba en el vehículo que fue impactado por el conductor que transitaba en una camioneta en estado de ebriedad dejando como saldo a su esposo y a su hijo fallecidos, además de su hija menor con severo daño cerebral irreversible, el juicio definitivamente no puede realizarse de manera remota, algo en lo que coincidió con su contraparte, Carlo Silva, pero entonces, ¿por qué no se zanjó el tema en la audiencia del miércoles? Según Castillo, esto tiene que ver con que el imputado no pudo participar en esta audiencia de coordinación, lo que para él, era imprescindible.
“Se nos informó que el imputado no estaría, y es él quien tiene que manifestar su voluntad respecto a si está de acuerdo o no con realizar el juicio mediante videoconferencia u otro. De no estar presente, como sucedió, se arriesga demasiado”, precisó el abogado.
Claro, de acuerdo a Castillo, pese a que, su defensor estaba presente, posteriormente, el imputado podría desconocer cualquier acuerdo al que se llegara en esa instancia.
“Dejábamos demasiadas grietas abiertas. Podría darse que posteriormente designara a otro defensor, y señalara que no tuvo noción de la audiencia, que no le pidieron su opinión, que no estaba de acuerdo, etc…, por lo tanto, nosotros solicitamos que se pospusiera esta audiencia para cuando el sujeto pudiese estar presente y manifestara expresamente, ante el tribunal su voluntad”, enfatizó el querellante, quien, eso sí, remarca que efectuó esta petición por motivos meramente prácticos, ya que su postura es que este juicio no se puede llevar a cabo de otra forma que no sea presencial, dada su complejidad.
Molestia en la contraparte
Consultado, el abogado defensor del imputado, Carlo Silva fue enfático en señalar, antes que todo, que “este juicio es demasiado técnico, no se puede realizar vía zoom, porque hay mucha prueba donde se van a mostrar vídeos, imágenes con un peritaje de un experto donde le vamos a demostrar al tribunal cómo se podría haber evitado la consecuencia de muerte si las víctimas hubiesen tomado las medidas de seguridad”, expresó Silva, quien se manifestó particularmente molesto por “la dilatación” del proceso en la que, según dice, estaría empeñado el querellante Raúl Castillo.
“Lo que pasó el miércoles no tiene sentido. Mi representado no podía estar presente, por eso estaba yo, y aquí estoy en absoluto desacuerdo con el señor Castillo, puesto que sólo se necesitaba la voz mía para expresar que mi cliente exigía un juicio presencial, pero el señor Castillo, no sé a pito de qué, y como le gusta dar la nota alta pidió que estuviera presente mi cliente, lo que no hace nada más que dilatar el debate y seguir enfrascados en una discusión que se podría haber resuelto perfectamente, y con eso ya tener todos una mayor certeza”, aseveró.
Factor Covid
La interrogante que surge es, ¿por qué no pudo participar de esta audiencia el imputado? De acuerdo a lo que se informó en sala, el individuo de 33 años quien cumple prisión preventiva en Huachalalume, no podía salir de su módulo ya que estaba en un régimen de aislamiento debido a que se detectó un caso de Covid-19 positivo en ese sector del penal, por lo que a la fecha alrededor de 70 internos son sospechosos de tener el virus.
Esto resulta inédito, ya que hasta ahora todos los reclusos contagiados provenían desde Santiago, pero en este caso el sujeto es de la zona y se encuentra en el establecimiento penitenciario desde el mes de junio, lo que abre otro manto de dudas, respecto a los contagios en la cárcel. ¿En qué momento se contagió?, ¿cuántos internos más están con el virus activo? Aquello todavía es una interrogante.