• Las redes sociales son en donde, en mayor medida, se divulgan las noticias falsas ya que existen un menor control.
  • Se han convertido en un problema mundial que ni los grandes medios de comunicación han podido contrarrestar hasta ahora.
  • Algunas son ridículas e increíbles, pero de igual forma hay personas que creen ante la falta de versiones oficiales.
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El Día
En la era de las redes sociales, las también denominadas “fake news”, han alcanzado dimensiones insospechadas e incluso han logrado influir en las decisiones de las audiencias. Desde la academia, enfatizan en que lograr derrotarlas es el gran desafío de los medios y el periodismo actual. Sin embargo, la tarea no es fácil y muchas veces las personas “se quedan con lo primero que leen”. Se cree que existe un vació legal para sancionarlas, pero abogados aseguran que actualmente existen herramientas que castigan los contenidos de estas publicaciones, que pueden constituir injurias y daños morales, además de otros delitos cuando se trata del interés colectivo o la seguridad nacional.

Miércoles por la tarde y las alarmas se encienden en la redacción diario El Día. A través de las redes sociales un individuo que se hace llamar “El Contraperiodista” informa sobre la muerte del actual Concejal por La Serena Alejandro Pino Uribe, tras sufrir un accidente automovilístico.

Los llamados vienen y van. Se hace necesario chequear tan delicado antecedente, lo cual no tarda demasiado. En menos de 20 minutos el equipo constata era totalmente falsa y que Pino se encontraba en perfecto estado de salud. De hecho, el mismo afectado desmintió la información mediante un audio de WhatsApp donde además expresó que interpondría acciones legales en contra de “este personaje” que horas más tarde eliminaría todas sus cuentas en el ciberespacio.

MENTIRA RÁPIDA Y DAÑO INMEDIATO

Pero el daño ya estaba hecho. Familiares y amigos del periodista y presidente regional de Renovación Nacional pasaron un mal rato que difícilmente podrán olvidar, todo por culpa de una mentira divulgada por un sujeto que, según se verificó más tarde, acostumbraba “realizar bromas”, inventando situaciones que jamás ocurrieron.

El caso de Pino Uribe puso sobre la mesa un tema que desde hace un tiempo viene generando preocupación en los medios de comunicación formales. Se trata de las noticias falsas o “fake news” que amenazan la credibilidad del periodismo confundiendo a las audiencias y poniéndolas en el constante dilema entre lo que es cierto y lo que no corresponde a la realidad.

UN REALIDAD MUNDIAL A LA QUE LA REGIÓN NO ESCAPA.

En el mundo es una realidad. Las noticias falsas viralizadas a través de plataformas como Facebook, Instagram o Twitter pueden tener un afán sarcástico e injuriosos, que produzca daño-como lo sucedido con Pino Uribe-, pero también pueden ser derechamente producidas con la intención de moldear las conductas de la opinión pública con resultados insospechados.

El año pasado, por ejemplo, se relacionó a importantes acontecimientos internacionales con información engañosa. Desde la interferencia rusa en la campaña presidencial estadounidense hasta el resultado del Brexit que terminó con la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

A nivel nacional, el inicio del 2017 también estuvo marcado por las fake news. Las teorías que se tejieron en torno a las causas de los incendios forestales en la zona centro-sur del país rayaban en lo inverosímil, pero aun así lograban repercusiones extraordinariamente amplias.

Y la región no ha estado ajena. En marzo del 2015 el por entonces Gobernador de Elqui Américo Giovine, presentó acciones legales en contra de quienes publicaron en redes sociales la existencia de afluentes de agua potable contaminados luego de un intenso temporal, debido a la alarma pública que se generó.

LA ERA DE LAS REDES.

Pero, ¿qué ha generado esta ola de fake news?, ¿por qué siguen proliferando? Las interrogantes son demasiadas y también las posibles respuestas, lo cierto es que el auge de las nuevas tecnologías y sobre todo las redes sociales propician este fenómeno. Así lo consigna el periodista y actual Decano de la Facultad de Comunicaciones de Pontificia Universidad Católica de Chile, Eduardo Arriagada, quien sostiene que las encuestas hablan por sí solas. “En el estudio Bicentenario que realizamos en la universidad habla de que un 90% de la población está conectado a las redes y se informa a través de ellas, lo que se conjuga con la penetración de los teléfonos inteligentes generando este escenario”, explica el docente.

En el mismo sentido, de acuerdo al sitio web economyaynegocios.cl la era de las redes sería la gran responsable del creciente fenómeno y en el 2017 noticias falsas sobre Chile fueron vistas o compartidas 3,5 millones de veces en las diferentes plataformas de interacción social.

LA SOCIEDAD DE LO INSTANTÁNEO

Cierto, las fake news están ahí y en la era de internet parece ser imposible controlarlas. El análisis entonces, según sostiene el sociólogo, magíster en Investigación Social, Cristóbal Reyes, debe centrarse en por qué llegamos a creer estas informaciones.

Para el profesional la razón es mucho más de fondo y tiene que ver por un lado con la formación ciudadana y por otro con la crisis que vive el periodismo. “La irrupción de las nuevas plataformas ha generado que las personas no necesariamente se informen con los medios que trabajan de manera más profesional que han perdido terreno. De hecho, muchos han tenido que cerrar dando paso a la crisis actual”, enfatizó Reyes.

Otros de los factores en los que pone acento el sociólogo es en el privilegio de la inmediatez por sobre la profundidad, algo en lo que para él, han caído ciertos medios, por supuesto ante la competencia y la demanda de las audiencias. “Muchas veces parece ser que es más importante llegar rápido para salir primero, que contar un relato profundo y verídico, esto acarrea una serie de vicios en cuanto al chequeo de la información y otros elementos que llevan a que lo se le entrega al público no es la verdad, o es la verdad a medias”, agrega.

EL PELIGRO DE LA INTENCIONALIDAD

Para Reyes lo más grave de las noticias falsas es cuando se utilizan deliberadamente para influir en las opiniones colectivas, algo que, según sostiene, suele suceder en época de elecciones tanto en Chile como en el mundo.

En este sentido, cree que los medios que divulgan las fake news intentan reforzar creencias subjetivas y convertirlas en verdades absolutas con un propósito y pone el ejemplo de lo ocurrido en los últimos comicios presidenciales en Chile donde, sostiene, se viralizaron videos de los candidatos presidenciales. “Claramente aquí existía la intención de influir, generando efectos en el comportamiento de las personas y probablemente los tuvieron, porque si las noticias falsas existen y alguien está generándolas se debe a que dan resultados”, asevera el sociólogo.

UNA CUESTIÓN PSICOLÓGICA.

La psicóloga de la Universidad Central, Carla Pizarro, insiste en que se dan diversos factores para que la gente llegue a creer en la falso, y en esa línea explica que en general las fake news, pese a que pueden tener efectos e influencia insospechada, la mayoría de las veces son sencillas, no demasiado elaboradas, ya que, “mientras más simple sea la mentira, es más factible que se la crea verdadera”, asevera la profesional.

Agrega, además, que es más fácil que una noticia falsa sea creíble mientras más personas van internalizándola o compartiéndola puesto que “si todo el entorno cree en la noticia falsa, no habría por qué dudar”.

Pero también hace hincapié en la responsabilidad de las fuentes primarias de información, es decir las autoridades. Sostiene que ante una situación de incertidumbre que afecta a toda una comunidad, el ser humano se vuelve susceptible a creer para “completar la realidad” y sentirse seguro. “Hay situaciones en que la gente necesita de certezas que deben venir de las fuentes de mayor importancia. El problema es que esto no siempre sucede”, asegura Pizarro.

SUPUESTOS VACÍOS LEGALES.

Pareciera que poco se puede hacer para combatir las noticias y publicaciones falsas en internet, pero existirían salidas legales que no dejarían impunes este tipo de acciones, y, por ejemplo, Pino Uribe podría ampararse en ellas.

La abogada encargada de la Clínica Jurídica de la Universidad Católica Del Norte, Margot Aguilera, explica que cualquier persona que se vea afectada por un fake news, siempre puede hacer valer su derecho a la honra y recurrir a la justicia si se siente vulnerado. “Se pueden interponer acciones de protección que en primera instancia buscan que la corte ordene que se eliminen las publicaciones de internet y también una indemnización por perjuicios debido al daño moral”, sostuvo la profesional, quien, eso sí, precisó que “el proceso es muy lento”.

Pero esto es en relación a las informaciones que afectan a una sola persona y que generalmente provienen de cuentas en redes sociales que no están asociadas a otro sitio. Según la abogada, cuando el fake proviene desde un medio de comunicación “poco serio”, pero que vende las noticias como reales, la situación cambia y existirían “vacíos legales” que tienen a las grandes potencias mundiales tratando de legislar.

LAS ARMAS QUE HOY ENTREGA LA LEY.

Pese a que hay coincidencia en que hay que avanzar en la legislación para sancionar a los responsables de las noticias falsas, no estaríamos en un total desamparo, esto, de acuerdo a la tesis del abogado Christian Scheechler, Doctor en Derecho de la Universidad de Deusto (España) y académico de la UCN.  

Scheechler admite que no hay una figura específica que tipifique a la noticia falsa como delito, pero el contenido de estas publicaciones puede ser susceptible a sanciones que las leyes actuales ya contemplan. “Lo más común es que estas informaciones contengan injurias o calumnias y sobre esa base se pueden denunciar”, consigna.

Pero, ¿qué ocurre cuando la noticia pretende la manipulación mediante la falsedad? El abogado asevera que en estos casos “tampoco existe un completo vacío” y alude a que la Ley 12.927 de Seguridad Superior del Estado, en su artículo 4, letra G, castiga a quienes propaguen por cualquier medio, incluidas las redes sociales, noticias o informaciones tendenciosas o falsas destinadas a destruir el régimen republicano y democrático de Gobierno, o perturbar el orden constitucional, la seguridad del país y el régimen económico monetario, entre otros. “Es decir hay una legislación que protege los derechos colectivos. No hay una total impunidad. Sólo que las figuras son restrictivas y abarcan ciertos ámbitos de las noticias que pueden calificarse como falsas”, precisó Scheechler.

LA INCITACIÓN AL ODIO

El doctor en derecho también remarca que en Chile existe la figura legal conocida como Incitación al odio y, en lo que tiene que ver con el ejercicio del periodismo en la ley 19733, en su artículo 31 sanciona a quien realizare publicaciones destinadas a promover odio respecto de cualquier grupo de personas en razón de su raza, sexo, religión o nacionalidad. “La incitación al odio también puede estar contenida en lo que se conoce como noticia falsa y es una acción que está regulada y reviste un castigo”, asegura el experto, agregando que esta disposición abarca tanto a los medios oficiales como a lo que se publica en las redes en la práctica de la comunicación social.

LOS DESAFÍOS PARA LOS MEDIOS

Qué hacer frente al nuevo escenario parece ser el gran desafío del periodismo actual. Claro, quedarse con los brazos cruzados dejando que la falsedad se imponga sería lo peor que podrían hacen quienes pretenden informar con la verdad.

Desde la Asociación Nacional de la Prensa (ANP) han insistido en los peligros de las fake news, puesto que pueden generar un daño y una preocupación innecesaria a las personas. “La gente debe dimensionar hasta qué punto se les puede creer a las redes sociales, porque están pasando de ser elementos de libertad de prensa a casi de un libertinaje. Creo que a nivel mundial hay que detener este asunto y legislar en esta materia”, sostuvo el vicepresidente de la organización, Ricardo Puga Vergara.

En esta línea, precisó que como ANP, están llevando adelante una campaña concientizando a la gente para que chequeen las noticias y no crean lo primero que ven en sitios poco confiables, y para eso, precisamente están los medios serios que cuentan con editores y periodistas profesionales, rigurosos con el manejo de la información, que identifican sus fuentes, y cuyos contenidos son verificados.

En el Colegio de Periodistas también han alertado de la situación. La presidenta regional, Nathalie Castillo, cuestiona la credibilidad de las redes sociales como fuente de información ya que mucho de lo que se publica no es real y confunde a la opinión pública. Por lo mismo, remarcó que en este contexto, es importante reivindicar el rol de los periodistas. “Deben cumplir siempre con la ética profesional (…) De todas formas, como opinión pública no podemos dar crédito a que cada post en redes sociales es noticia. Hay que saber discernir”, aseveró.

LA VOZ DE LA ACADEMIA.

Para el profesor y decano de la Facultad de Comunicaciones de la PUC, Ricardo Arriagada, los medios tradicionales deben afrontar el fenómeno viendo a las redes como una solución y no como parte del problema, integrándose a ellas para generar vínculos con la audiencia sin dar cabida a que estos mismos lazos se produzcan con los sitios que difunden información poco confiable. “Ese es el camino para los medios oficiales, porque muchas veces se prioriza el rentabilizar las audiencias que llegan las redes, cuando debiese ser más bien un espacio de discusión”, sostuvo.

Según el académico, el periodista de hoy también debe asumir un rol orientador, estar presentes en las redes para guiar a las personas y educarlas con respecto a las informaciones que aparecen en estas plataformas. “El profesional debe convertirse en un nodo, aprovechando la marca de su medio y su misma marca, para ganar credibilidad en la gente que le sigue”, expresó Arriagada.

Desde la Universidad de La Serena, el director de la Escuela de Periodismo, el profesor Cristián Muñoz, puso el acento en el tema de la ética. Aseguró que es fundamental en el combate contra las fake news, ya que este elemento es esencial para marcar la diferencia entre un periodista profesional y alguien que difunde contenido falso.  “Hay que estar constantemente reforzando la responsabilidad en la profesión”, consigna Muñoz.

Está convencido de que la clave es “marcar las diferencias”, entre quienes tienen formación y los que hacen periodismo ciudadano y difunden cualquier cosa. “Esa diferencia está en la investigación y en el contraste de fuentes. Nosotros no podemos caer en el juego de entregar noticias a medias, por más espectaculares que sean, porque nuestro objetivo es entregar información fidedigna y verificada”, precisó, ya que esta es la única forma, según Muñoz y todos quienes defienden la verdad de la información, de cumplir el rol social que tienen tanto los medios como el periodista mismo con la comunidad, la cual debe estar bien informada y de manera veraz para tomar sus propias decisiones en una época donde los contenidos abundan y vienen de todas partes. Sin duda un gran desafío. 4601iR

 

“LA LEGAL, NOTICIAS DEL KORTE”

Pero el periodismo también cumple el rol de entretener, y la parodia es uno de los géneros aceptados, siempre y cuando se declare abiertamente. En este punto, en el ciberespacio chileno desde el 2012 existe Lalegal.cl, un sitio de noticias que no corresponden a la realidad y que tiene como fin entretener a las audiencias mediante el humor y la sátira.

Conversamos con su administrador, Pedro Torrealba quien asegura que desde que comenzaron la gente captó rápidamente que se trataba de “chistes” y lo viralizó. “Buscamos parodiar a los medios tradicionales usando sus mismas noticias, pero con titulares absurdos”, consigna, dejando claro que su intención nunca ha sido que se piense que lo que ellos dicen es verdad, sino que se han asegurado que esté claro que son exactamente lo contrario. “Se decidió como línea editorial, crear titulares totalmente absurdos para que la gente no tuviera esta sensación de sentirse engañada con la noticia”.

Su honestidad ha hecho que nunca hayan tenido problemas legales, es más, sus parodias son valoradas transversalmente. “No hemos tenido denuncias ni gente ofendida. Al ser un medio que comunica a través del humor, las personas celebran cuando salen noticias en La Legal referente a temas que les interesan y en las que están involucrados”, puntualiza Torrealba.

Por último, Pedro manifiesta que una de las claves de su éxito es precisamente la interacción con la audiencia lo que garantiza que sepan perfectamente quienes son ellos, sin espacio para dudas. “La Legal tiene un poder de reacción muy eficaz, ya que cualquier usuario puede mandar una idea de titular o una noticia completa. Cada vez que ocurre una noticia muy importante, La Legal ya cuenta con una versión de los hechos”, concluyó.

 

BRIGADA DEL CIBERCRIMEN PREPARADA

El coordinador del cibercrimen de la PDI en la Región de Coquimbo, el subcomisario Lorenzo Macaya ratifica que la noticias falsas que proliferan en las redes sociales han experimentado un boom en el último tiempo, y que, en el caso de la zona, la mayoría tiene que ver con las que contienen injurias o calumnias en contra de terceras personas.

Pero también han tenido que investigar publicaciones que han generado alarma pública como la que afectó a la Provincia de Elqui en el 2015, por la supuesta contaminación de aguas. En esta línea, Macaya precisa que como cuerpo policial están totalmente preparados técnicamente y que cuentan con todas las tecnologías para realizar esta labor. “Tenemos protocolos establecidos en estos casos, y cuando pasa algo solicitamos a las empresas norteamericanas que manejan estas redes sociales, lo que nos permite rastrear direcciones IP, y seguir todo un curso investigativo correspondientes”, aseveró el detective.

 

 

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