• Todavía son muchas las familias que viven en condición de vulnerabilidad en la zona. Especialistas indican que el escenario económico influye, pero también las políticas sociales que se apliquen.
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Lautaro Carmona
*Especialistas analizan las cifras y advierten que la falta de oportunidades laborales y los vaivenes económicos estarían influyendo en esta realidad, pero plantean que el análisis debe ir más allá de las cifras económicas y que se debe realizar un trabajo social mucho más profundo. *Pese a que la pobreza por ingresos y la pobreza multidimensional disminuyeron en la zona 1,9 y 1,0 puntos porcentuales respectivamente respecto de 2015, desde el Gobierno manifestaron su preocupación por el estancamiento que, a su juicio, han tenido estos indicadores a nivel local.

Hace algunos días, el Ministerio de Desarrollo Social dio a conocer las cifras de la encuesta Casen 2017 que reveló que, en el caso de la pobreza por ingresos, a nivel país se reporta una tasa de 8,6%, lo que se traduce en que 1.528.284 personas viven en esta situación. Lo anterior implica una baja de 3,1 puntos porcentuales con el año 2015, para el cual era 11,7%.

De igual forma, el análisis indica que la pobreza extrema se ubicó en un 2,3%, lo que representa una baja de 1,2 puntos porcentuales en relación a la última medición. Esta cifra significa que 412.839 personas están en esta situación a nivel nacional.

"La pobreza no es solamente una situación económica, sino que una situación social donde influyen diferentes dimensiones, por eso es muy importante no sólo observar los ingresos”, Daniela Henríquez, Socióloga y Dir. Alterna del Instituto de Políticas públicas de la UCN

También se evaluó la pobreza multidimensional, que considera aspectos como el acceso a la salud, educación, entorno, entre otros. A juicio del Ejecutivo, las cifras revelan un estancamiento en este indicador. Esto porque el porcentaje asciende al 20,7%, lo que equivale a 3.530.889 personas, solo 0,2 puntos porcentuales menos que el 20,9% de la medición 2015, variación que, precisan, no es significativa.

RESULTADOS REGIONALES

En el caso de la pobreza por ingresos, los resultados de la encuesta Casen 2017 arrojan que en la Región de Coquimbo la tasa llega a 11,9% de la población, 1,9 puntos porcentuales menos que la medición efectuada el 2015, donde la cifra llegaba a 13,8%. Esto se traduce en un total de 92.055 personas.

Si se revisan las cifras históricas, en las últimas 6 mediciones este indicador ha ido disminuyendo sostenidamente. En el 2016, por ejemplo, el porcentaje llegaba a 37,9%, en el 2009 bajó a 30,9%, el 2011 a 26,1%, mientras que el 2013 cayó a 16,8%.

22,6% De la población de la zona está en situación de pobreza multidimensional.

Pero pese a ello, el seremi de Desarrollo Social Juan Pablo Flores manifiesta que los datos locales generan preocupación, toda vez que este 11,9% se ubica por sobre la media nacional (8,6%) “y lo más complejo es que el año 2013 a la fecha ha existido una fuerte desaceleración, entonces podríamos señalar que se ha ido generando un estancamiento”.

A su juicio, las razones que explican esta situación, la autoridad regional sostiene que “principalmente ha sido asociado a la debilidad en la creación de nuevos empleos”.

 

¿ESTANCAMIENTO?

Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la tasa de desocupación en la región en los últimos 3 trimestres móviles ha sido de 8,3%; 8,1% y 7,4% respectivamente. En el último tiempo ha sido un tema de preocupación para autoridades y el mundo privado.

A eso se suma otro dato interesante de la misma entidad, que hace algunas semanas dio a conocer los datos de la última Encuesta Suplementaria de Ingresos, que reveló que el 50% de los trabajadores de la región gana $336.972 o menos. En tanto, el ingreso laboral promedio mensual el 2017 en la zona se ubicó en $461.747.

Pero para los especialistas, el análisis debe ir mucho más allá y considerar otros factores.

Respecto a la interpretación que se puede hacer de los datos de la encuesta Casen y sobre la discusión de si revelan o no un estancamiento a nivel local, Rodrigo Sfeir, economista y académico de la Universidad Católica del Norte (UCN) manifestó que “a nivel nacional la pobreza, medida en términos de ingresos, no se ha estancado, sino que disminuyó”.

En el caso de la Región de Coquimbo, agrega, también disminuyó “el problema es que la pobreza regional sigue siendo mayor a la media nacional, la cual se situó en un 8,6%”.

En cuanto a los factores que podrían estar influyendo en esta situación, precisó que “podría haber dos grandes razones, la falta de dinamismo en la economía regional y una política pública que no ha sido lo suficientemente eficiente en lograr sus objetivos”.

Uno de los problemas más complejos que se derivan de los datos, dice, es que en la zona se sigue acrecentando la distribución del ingreso. “Hemos retrocedido en todos los indicadores utilizados, incluido el Indice de Gini. Esto sin lugar a dudas es una muy mala noticia, porque quiere decir que el fenómeno de la concentración de la riqueza se sigue acentuando”.

De hecho, precisa, si se considera los ingresos provenientes del trabajo, esto es excluido los ingresos autónomos y las transferencias del Estado, el 10% de la población con mayores ingresos pasaron de ganar 34 a 39 veces más que el 10% de la población de menores ingresos.

A su juicio, el contexto económico regional de los últimos años no ha sido muy favorable para mejorar los resultados de esta zona dentro del contexto de la encuesta CASEN “pero no creo que un mayor dinamismo económico vaya a solucionar el tema de la distribución del ingreso, toda vez que las competencias laborales requeridas por los distintos sectores económicos son cada vez más complejas y sólo por temas de formación la brecha se podría seguir acrecentando, la “ley del chorreo” claramente no funciona”.

Por su parte, Daniela Henríquez, socióloga y directora alterna del Instituto de Políticas Públicas de la UCN, señala que efectivamente la reducción de la pobreza por ingresos es bastante baja en comparación a las que se han tenido en períodos anteriores y no es estadísticamente significativa en la Región de Coquimbo. “Mirando el vaso medio lleno, la pobreza ha disminuido, pero no de manera significativa y con menor ritmo de períodos anteriores”.

La especialista también recalca que es importante instalar que la pobreza no es solamente un aspecto económico, sino que una situación social donde influyen diferentes dimensiones. “Por eso es muy importante no sólo observar los ingresos, porque todas las regiones tienen mayores niveles de pobreza multidimensional que por ingresos. Y esto nos muestra que hay variables sociales que inciden en la pobreza por ingresos”.

Esto se reafirma, añade, cuando se observa que grupos sociales en mayor situación de exclusión o vulnerabilidad, tienen mayores niveles de pobreza por ingresos y multidimensional “mujeres, niños, población indígena, población rural, son grupos que generalmente presentan cifras más rojas que la media y esta vez esto vuelve a evidenciarse dejando de manifiesto que la pobreza es un fenómeno mucho más complejo que el dinero”.

 

POBREZA EXTREMA

Otra cifra preocupante es que la actualidad son 23.227 las personas que viven en pobreza extrema en la región, lo que equivale al 3% de la población. En relación al 2015, este indicador se redujo 1,0 puntos porcentuales, donde la cifra llegaba a 4%.

Ahora, si en análisis se hace en el largo plazo, los datos también indican que, de igual forma, ha tenido una caída sostenida. El 2006 el porcentaje era de 15,9%, el 2009 era de 11,8%, el 2011 de 9,5% y el 2013 se redujo a 5,3%.

El seremi aclara, eso sí, que aquí también hay que hacer una diferenciación entre las personas que se ubican en segmentos más vulnerables y las que viven en situación de calle. “No hablamos de casos tan duros”, especifica.

De hecho, sostiene, a nivel regional, de acuerdo al último registro social, en la región el número de personas en situación de calle es de 451 personas. De éstas, el 70% se encuentra en la conurbación La Serena-Coquimbo.

“Hay un aspecto importante a destacar y es que como ministerio de desarrollo social estamos trabajando fuertemente con el programa Calle, que se aboca a las personas más vulnerables, en situación de calle, que viene a apoyar y ha tenido indicadores de éxito bastante importantes”, dijo la autoridad.

Asimismo, recalcó que del 100% de los usuarios que ingresan a este programa, prácticamente el 50% ya tiene un acercamiento o una vinculación con las familias “y eso es un acompañamiento que se realiza durante dos años. Además de un apoyo que se realiza en el ámbito psicolaboral, psicosocial, que les permite reinsertarse a la sociedad”.

Con la creación del Ministerio de la Familia y Desarrollo Social, agrega, están trabajando para revocar estos números “porque sabemos que no solamente tenemos que trabajar y los distintos esfuerzos focalizarlos al individuo, sino que también a las familias. Ese es el reto y el trabajo que estamos realizando”. Por otro lado, advierte, por medio del Fosis se espera continuar apoyando a los emprendedores de la región.

 

POBREZA MULTIDIMENSIONAL, LO MÁS PREOCUPANTE

Pero hay un indicador al que los especialistas señalan hay que poner mayor atención, que es la pobreza multidimensional, que toma en cuenta además aspectos como el acceso a la salud, la educación el entorno y otros.

En el caso de la Región de Coquimbo, un 22,6 % de la población está en situación de pobreza multidimensional, registrándose una disminución de 1,3 puntos porcentuales con respecto al año 2015, en donde la cifra estaba en 23,9%. 

El seremi de Desarrollo Social, Juan Pablo Flores, reconoce que se deberá trabajar en este aspecto. “La pobreza multidimensional está asociada principalmente con las debilidades que se generen en la creación de empleo y, como señala también esta encuesta, que la distribución de ingresos no ha mejorado. Hay que apuntar a la creación de empleos y que sean asalariados, de calidad”.

Para la socióloga de la UCN, Daniela Henríquez, este es precisamente el aspecto que más nos debería preocupar como sociedad “porque si no se logran superar las barreras del ámbito multidimensional, probablemente la pobreza por ingresos no verá avances significativos en los próximos años”.

En su opinión, no es suficiente aumentar los ingresos vía transferencias, sino que es necesario mejorar las condiciones sociales que inciden en la escala de oportunidades de las personas. “Especialmente: seguridad social y escolaridad son las dimensiones con mayores problemas: más de 1/4 de la población en Chile, se encuentra en situación “carente” en estas dimensiones”, precisa.

Tiene que ver con un tema de ingresos, especifica, pero sostiene que también es súper importante de enfrentar desde las políticas públicas por los efectos en la cohesión social que conlleva. “Las personas sienten frente a la desigualdad, que el modelo de la meritocracia no es efectivo y en ese sentido, se debilita la confianza social hacia las instituciones y hacia las posibilidades de progreso de las mismas”.

Respecto a cómo afecta el escenario económico local a esta realidad, sostiene que “la contingencia económica afecta, pero principalmente a los indicadores asociados a ingresos. Las dimensiones de la pobreza multidimensional tienen relación con elementos mucho más estructurales de nuestra sociedad”.

En este sentido, le parece que es necesario avanzar hacia políticas públicas integrales que comprendan la pobreza como un fenómeno multifactorial. “Ya hemos avanzado en “medir” la pobreza de manera más integrada, ahora, frente a estos datos, debemos generar acciones que mejoren las oportunidades de las personas no sólo en cuanto ingresos, sino que a partir de herramientas socioculturales sostenibles en el tiempo que les permitan a las mismas personas, enfrentar la situación de pobreza”.

11,9% Es la tasa de pobreza por ingresos en la región, lo que se traduce en un total de 92.055 personas.

Para el economista y académico Rodrigo Sfeir, el hecho de que la pobreza multidimensional se haya estancado está fuertemente influenciado por la escolaridad y la seguridad social “por lo tanto, se podría explicar por el fenómeno migratorio, esta tesis se refuerza al comparar los niveles de pobreza entre los chilenos y los extranjeros, donde por primera vez el porcentaje de pobres entre los nacidos fuera de Chile  (10,8%) superó al porcentaje de pobres de los nacidos en Chile (8,5%)”.

Esto, indica, sin lugar a dudas, supone nuevos desafíos para el país “no sólo en términos de ordenar el tema migratorio, sino que también desde el punto de la política pública, ya que estaríamos en presencia de un nuevo factor de vulnerabilidad, lo que en términos de pobreza se sumaría a problemas de género y de los pueblos originarios”, puntualizó. 3701i

 

¿Hacia dónde deberían apuntar las políticas públicas?

En cuanto a las políticas públicas que se deberían implementar para disminuir estos indicadores, Rodrigo Sfeir manifestó que se necesitan cambios profundos y de largo plazo. “Los programas de proempleo nos van a permitir dar un salto cualitativo y cuantitativo importante, los temas de inclusión, cobertura y calidad en la educación preescolar y escolar en los sectores más vulnerables son claves para lograr mejoras sostenidas en los diversos indicadores de la encuesta CASEN”, precisó.

 

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